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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El Banco de España eleva el impacto del coronavirus con una caída de la economía española de hasta el 15,1% en 2020

Sede del Banco de España.

Rodrigo Ponce de León

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El servicio de estudios del Banco de España ha realizado una revisión del escenario económico de España por el impacto del coronavirus en tres escenarios diferentes que van desde una caída del 9% del PIB en 2020, si se consigue una recuperación temprana, a un descenso del 11,6% con una recuperación gradual, que es la señalada por el Gobierno, y un descalabro del 15,1% del crecimiento en el peor escenario de riesgo, según han explicado fuentes de la Dirección de Economía y Estadística del organismo supervisor.

“En el escenario de recuperación temprana el PIB español caería un 9% este año, y repuntaría un 7,7% y un 2,4%, respectivamente, en 2021 y 2022. Bajo el escenario de recuperación gradual, la reactivación económica sería más lenta, de modo que el producto retrocedería en 2020 un 11,6%, y pasaría a crecer un 9,1% y un 2,1% en cada uno de los dos años siguientes”, explica el informe del Banco de España.

Fuentes del servicio de estudios del Banco de España han admitido que “no es descartable que se produzcan shocks negativos, de manera que la senda del PIB sea menos favorable, con una caída del crecimiento más grandes, pero no vemos una evolución mejor a la recuperación temprana, es decir, no tenemos la previsión de que el PIB caiga menos de un 9%”. 

“La situación de enorme incertidumbre actual no permite descartar escenarios de riesgo más desfavorables, que podrían registrarse en un contexto de una evolución epidemiológica más adversa de lo esperado”, argumenta el Banco de España para justificar un horizonte “de recuperación muy lenta”,  con “confinamientos estrictos adicionales”, donde el retroceso del PIB en 2020 alcanzaría el -15,1%, con un crecimiento de la economía española de 6,9% en 2021 y del 4% en 2022.

La Dirección de Economía y Estadística del organismo supervisor apunta que la materialización de nuevos brotes de la enfermedad “haría aumentar la probabilidad de que las tensiones de liquidez asociadas al confinamiento deriven en problemas de solvencia, que serían más pronunciados en el caso de las empresas más endeudadas”. Las consecuencias serían “quiebras empresariales” que aumentarían los efectos adversos con “un aumento de la morosidad crediticia”  “originaría una destrucción del stock de capital y haría aumentar la probabilidad de fenómenos de histéresis en el mercado de trabajo (paro de larga duración que se mantiene con la recuperación económica)”.

El Banco de España estima una fuerte disminución del PIB en el segundo trimestre, con una caída (sin precedentes) de entre el 16% y el 21,8%, debido a una incidencia del confinamiento más elevada que en el primer trimestre (-5,3%), si bien se prevé un repunte de la actividad en la segunda mitad del año y una recuperación gradual a posteriori. Par el tercer trimestre vaticina un repunte de entre el 16% y el 19,3%, que se moderaría a entre el 3% y el 6,3% en el cuarto trimestre. 

 

El empleo, en términos de horas trabajadas, seguirá un perfil muy similar al de la actividad económica, mostrando caídas superiores al 10% en 2020 y una recuperación posterior que dependerá de los escenarios de recuperación. Incluso si se tiene en cuenta la senda más positiva el paro subiría al 18,1% este año, se incrementaría el paro en 2021 hasta el 18,4% y solo bajaría al 17,1% en 2022.    

“El aumento del desempleo se verá contenido por el uso de ERTE, aunque esto no evitará que la tasa de paro repunte”. De hecho, fuentes del Banco de España han comentado que el crecimiento del desempleo en 2021 (hasta el 18,4%) se debe a que ese año se espera que se cuente con el efecto de los ERTE, aunque las mismas fuentes han admitido que las previsiones se hicieron cuando el Gobierno había diseñado esta medida hasta el 30 de junio y  ahora se podrían expandir en el tiempo en determinados sectores con lo que el paro tendría otra evolución en año que viene.

La caída de la inversión de las sociedades no financieras en 2020 “será muy intensa”, según el Banco de España, que explica el retroceso por dos razones. Por un lado, por la elevada incertidumbre hará que las empresas tiendan “a renunciar a acometer nuevos proyectos de inversión”, y por otro lado por la “reducción muy significativa de los ingresos de las empresas” debido a las restricciones de actividad, lo que conlleva “un descenso de los recursos disponibles para acometer su gasto en inversión”. Fuentes de la Dirección de Economía y Estadística añaden que esta situación “no afecta solo al corto plazo, sino también al período posterior al levantamiento de las restricciones en la medida en que las empresas deberán afrontar el servicio de la deuda en la que están incurriendo en la actualidad”.

Respecto al déficit de las Administraciones Públicas (AAPP), el informe apunta que “la crisis tendrá un impacto muy severo sobre las finanzas públicas. El déficit de las AAPP, que en 2019 fue del 2,8% del PIB, se elevaría este año hasta el 9,5% en el escenario de recuperación temprana y hasta el 11,2% en el de recuperación gradual. El rebote de la actividad económica en 2021, junto con el desvanecimiento del impacto de las medidas de carácter transitorio adoptadas en respuesta a la pandemia, daría lugar a una disminución del déficit hasta el 5,8% y el 6,8 % del PIB en uno y otro escenario”. 

Comparado con el resto de los países europeos, “España se encuentra entre los países del área del euro que presumiblemente se verán más afectados, como resultado tanto de las medidas de confinamiento más estrictas desplegadas hasta el momento”, como por las características estructurales de su economía: el peso más alto del sector servicios “cuya prestación lleva aparejada una interacción social elevada, como los relacionados con el turismo, a los que la crisis ha perjudicado con especial intensidad”, y un tejido societario donde “es más elevada la proporción de empresas de tamaño reducido, que tienen más dificultades para acceder a herramientas efectivas con las que mitigar la disminución de liquidez originada por la caída de ingresos asociada a la pandemia”.

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