Más de 1.000 cámpines reabren este lunes una vez que el Ministerio de Sanidad ha aprobado el protocolo elaborado para el sector por el Instituto de Calidad Turística de España (ICTE), que rige para todos los establecimientos del país independientemente de su tipología, categoría o tamaño.
El protocolo exige elaborar un plan de contingencia en cada camping que identifique riesgos, asigne los recursos humanos y materiales necesarios, incluido el uso de equipos de protección personal, y determine cómo actuar si se detectan casos de clientes o empleados con síntomas de la COVID-19.
Según ha explicado en una nota la Federación Española de Campings (FEEC), para los empleados se impone el distanciamiento social, las tomas de temperatura y la “recomendación” de hacer test, así como la desinfección de objetos personales y herramientas de trabajo, entre otras medidas.
Para los clientes se fomentará la reserva online y el pago por medios telemáticos, además de que deberán evitar las visitas a recepción y se asignarán las parcelas dando prioridad a las que lleven 48 horas desocupadas, con la posibilidad, en caso de que fuera necesario, de dejar una parcela vacía entre dos ocupadas.
En la áreas comunes, además de respetar las distancias de seguridad, se controlarán los aforos pero está por definir cómo será el uso de las piscinas.
La presidenta de la FEEC, Ana Beriain, señala en la nota que este protocolo permite garantizar “al 100 %” la seguridad de los clientes, que además disponen de un plus de seguridad dado que están en plena naturaleza y con amplios espacios al aire libre.