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'Evasión o Victoria' del BCE ante Alemania

El presidente del BCE, Mario Draghi

Belén Carreño

Dentro del género bélico, una de las películas más atípicas ambientadas en la II Guerra Mundial fue la titulada en España como “Evasión o Victoria”, donde un grupo de presos deciden ganar al fútbol a los alemanes a sabiendas de que el triunfo les puede hacer ser ejecutados. Las deliberaciones de los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo sobre política monetaria recuerdan en ocasiones a aquella diatriba. Rendirse ante las presiones ejercidas por su principal país miembro, o plantarse y dar la cara por los países débiles del euro.

Aparentemente la decisión tomada este jueves por el BCE huele a victoria, aunque con matices. La institución ha confirmado hoy lo que los mercados descontaban hace semanas: una nueva bajada de tipos de interés hasta el mínimo histórico del euro, en un 0,5%. Algunas voces creían que la decisión de recortar el precio del dinero podría haber ido incluso más allá, habida cuenta de que, al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal lleva prácticamente desde el inicio de la crisis con el dólar rindiendo un 0%.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central, que se ha celebrado en Bratislava, significativamente fuera de Alemania, donde se ubica el Banco Central, Draghi ha dicho que el recorte se había hecho con consenso pero sin unanimidad. Draghi ha jugado con los signos, como es habitual en los banqueros centrales, y en su intervención no ha dejado claro si la falta de unanimidad había sido en bajar los tipos o en bajarlos solo al 0,5%.

En cualquier caso, si en algún momento en la mente de los consejeros del BCE anidó la idea de bajar los tipos más allá del 0,50%, las palabras la semana pasada de la canciller, Angela Merkel, que aseguró que Alemania necesitaba una subida de tipos, habrían disipado cualquier atrevimiento al respecto. No es muy frecuente que los alemanes hablen directamente de política monetaria, precisamente porque se suele dictar a favor de sus intereses sin tener que explicitarlo. Pero en esta ocasión el rumor de que la bajada de tipos era inminente, forzó a la canciller a saltarse la fingida prudencia sobre las políticas de esta institución y decir abiertamente cuál era su postura. El deseo de Merkel se quedó truncado este mismo martes cuando Eurostat, la oficina estadística europea, anunciaba que la inflación de la zona del euro va camino de nuevos mínimos, con apenas un 1,2% en el mes de abril.

Sin medidas extraordinarias

Sea como fuere, las medidas que finalmente ha adoptado hoy el BCE son más tibias de lo esperado. La bajada de tipos es una buena medida pero era un mínimo que se daba por descontado. El efecto sorpresa hoy debería haber venido de la mano de otro tipo de medidas orientadas a aumentar la liquidez, especialmente la de facilitar el crédito a pequeñas y medianas empresas.

La única medida complementaria a la bajada de tipos que se ha anunciado es la prórroga de la barra libre de liquidez hasta 2014. Hoy no tocaba anunciar esta medida, ya que el plan actual no caduca hasta el mes que viene, pero el BCE ha intentado forzar así una situación de contento en los mercados por una iniciativa inesperada.

Respecto a las posibles medidas orientadas a mejorar la liquidez de las pymes, SúperMario ha reconocido que estaban en una fase muy preliminar. En la rueda de prensa, ha expresado cómo en varias ocasiones durante la reunión se ha discutido sobre la “fragmentación” del crédito de la zona del euro, esto es, que las empresas se financian mucho más barato en Alemania que en España.

La otra novedad de la intervención de Draghi ha sido la de no oponerse frontalmente a la posibilidad de que los depósitos, que ahora mismo rentan un 0% en el BCE, puedan tener interés negativo, es decir, que la banca tenga que pagar por depositar su liquidez en la entidad. Aunque el italiano solo ha dicho que se enfrentaba a esta posibilidad con “la mente abierta”, su mención ha desatado una fuerte suspicacia entre los inversores.

Actualmente, los bancos tienen depositados alrededor de 120.000 millones de euros en el BCE. En el momento en el que la institución les pudiera cobrar, esa liquidez podría buscar otros destinos que fueran mínimamente rentable, como volver a dar créditos. Lo que a priori puede ser bueno para la economía, si los bancos retoman su negocio, se ha visto con reservas ya que también incrementa la incertidumbre sobre la solvencia de estas entidades.

Para rematar la jugada, el italiano se ha metido a hablar de política fiscal y a aconsejar, a lo Esperanza Aguirre, que los estados europeos deben recortar el gasto y bajar los impuestos. Lo más llamativo de este argumento de Draghi es que el banquero siempre se defiende de aplicar políticas expansivas para reactivar el crecimiento porque dice que esa misión no entra dentro de las competencias del guardián del euro. Sin embargo, para prescribir la receta de recortes, el italiano sí se siente con autoridad para emitir una opinión desde su puesto de responsable, único y exclusivamente, de política monetaria.

Consecuencia en los mercados

La poca resolución del guardián del euro para afrontar las demandas respecto a una mayor facilidad del crédito, ha dejado en un primer momento fríos a los mercados. Sin embargo, la primera reacción no es determinante, habida cuenta de que las órdenes de venta ya están preparadas para casi ponerse a funcionar en el inicio de la rueda de prensa. Hay que subir con el rumor y vender con la noticia, siempre.

Además de caer los mercados de acciones, el euro también se ha dado un buen traspié. Teniendo en cuenta que el día anterior se había acercado a la cota de 1,32 dólares, el desinflamiento es muy lógico, si se tiene en cuenta que la divisa europea está fuertemente sobrevalorada. También la rentabilidad de los bonos de los países periféricos ha comenzado a subir, frente a una caída del precio de la deuda alemana, lo que ha disparado inmediatamente las primas de riesgo que hasta hoy se encontraban en retroceso.

Veremos cómo el mercado procesa estas informaciones en los próximos días. Pero es muy probable que las bolsas presionen de nuevo al BCE a actuar de forma más agresiva en la próxima reunión. Los tempos, además, en este caso juegan en contra de la institución europea. Mayo es un mes vendedor por excelencia en los mercados, el mes en el que los inversores limpian sus carteras y deshacen posiciones para pasar un verano tranquilo.

Para el ciudadano, el efecto también está por concretar. Tradicionalmente, una bajada de los tipos de interés tumba el Euríbor, el indicador de referencia de las hipotecas, que ahora mismo está tan en mínimos (0,528%) que su recorrido a la baja es muy corto, aunque tenderá de forma natural a situarse algo por debajo del 0,50%

La principal repercusión sería que los bancos dieran créditos algo más baratos, pero la resistencia de las entidades financieras está más ligado a un problema de riesgos que a los márgenes o costes de facilitar préstamos.

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