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Gobierno “de ineptos” y “contubernio de estafadores” en la UE: las diatribas de una empresa de acogidos a la amnistía fiscal

Leopoldo Santorromán junto a Pablo Casado (en el centro de la imagen), en 2016.

Antonio M. Vélez

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“Un país de la UE ya está fuera de este contubernio de estafadores, tenemos un gobierno nacional de ineptos profesionales y gozamos de unas administraciones autonómicas y locales que hacen carrera en la torpeza, ineficiencia e idiocia”. Son afirmaciones recogidas en las últimas cuentas anuales remitidas al Registro Mercantil por Cartonajes Santorromán, empresa familiar riojana cuyos dueños se acogieron hace diez años a la amnistía fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy.

Con sede en Calahorra y unos 200 empleados, la empresa se dedica desde hace cuatro generaciones a la fabricación, comercialización y distribución de todo tipo de productos realizados en cartón ondulado, muy utilizado por la industria alimentaria o el comercio electrónico. En ella, el patriarca, Leopoldo Santorromán Blázquez, ejerce como presidente y su hijo, Leopoldo Santorromán Saldaña, es consejero delegado.

Este último preside desde 2008 la Asociación Española de Fabricantes de Envases y Embalajes de Cartón Ondulado (AFCO). Integrada en la CEOE, esta patronal representa a 71 empresas con una facturación directa de 3.680 millones de euros y 11.312 empleos directos, según su web.  

Los Santorromán, que contactados a través de AFCO y de su empresa no han querido atender a elDiario.es, estuvieron entre los beneficiarios de la amnistía fiscal que han cobrado subvenciones públicas en los últimos años. A esa medida, declarada inconstitucional en 2017, se acogieron 31.484 personas y empresas pagando de media un 3% por el dinero defraudado no prescrito. Solo ha trascendido cerca de un centenar de nombres gracias a diversas resoluciones judiciales e investigaciones periodísticas como la de Los Papeles de la Castellana.

En el caso de los Santorromán, su nombre afloró en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja: “algunos de los socios y administradores” de Cartonajes Santorromán, y en concreto, “el fundador de la empresa, y actual presidente del consejo de administración y el actual consejero delegado, así como las esposas de ambos”, se acogieron a la amnistía “mediante la presentación de declaraciones modelo 750 en las que reconocieron la no declaración de relevantes cantidades que arrojaban una suma de 527.559,26 euros”.

“Estas rentas no declaradas no pudieron tener otro origen que las ventas no declaradas de Cartonajes Santorromán, SA”, decía esa resolución.

Los informes de gestión presentados en los últimos años por la empresa se alejan mucho del tono plano y formal que suele caracterizar a estos documentos. Están trufados de invectivas contra los políticos, en especial el actual Gobierno, “el virus chino”, “los vagos”, “la voracidad recaudatoria de las administraciones públicas” o las “leyes absurdas”.

El último enviado al registro da cuenta de un incremento del 10% de los beneficios de la empresa, que “deja para las arcas públicas más de un millón de euros de nuestro esfuerzo, que será malgastado en contentar a los parásitos”.

Del coronavirus, afirma que “está claro que es chino por la forma de sus ojos, rasgados, el color de su piel, y el idioma en que habla y se manifiesta, que no entendemos en el mundo desarrollado”. Y arremete contra la mala gestión “que sobre el bicho chino han realizado las autoridades sanitarias en materia de bajas, altas y periodos de confinamiento”, “la nula gestión del servicio de atención primaria”, o leyes que “van en la dirección contraria a lo bueno, correcto o positivo”.

Y acaba así: “Calahorra, 17 de febrero de 2021. Miércoles de ceniza, comienza la cuaresma… tiempo de conversión y preparación…”.

Ese tono no es fruto de un calentón de cuaresma, fecha marcada en rojo en el calendario cristiano. En Cartonajes Santorromán es la tónica. Basta un vistazo a sus cuentas de los últimos años, accesibles a través de Insight View.

El anterior informe [“Calahorra 14 de Febrero de 2020 (San Valentín)”, concluía] decía no explicarse cómo se mantenía la actividad económica en España cuando “está clara la debilidad de nuestros principales clientes, Francia KO y Alemania a punto de entrar en recesión técnica, se mantienen las tensiones entre China y EEUU, el virus chino ha paralizado parte de su producción y comercio, UK ha dejado la CEE, (bravo por ellos), los tipos en negativo y ni aun así se invierte, han subido el SMI, control horario, Plan de Igualdad para todos, burocracia, leyes absurdas, etc. ¿No es esto incertidumbre?”.

“Estamos gobernados, por primera vez en la España moderna, por una coalición comunista-socialista-separatista; esto si [sic] que debe preocuparnos”, añadía, tras atribuir la “importante rotación” de su plantilla eventual “a la mala cualificación y actitud del personal disponible en el mercado”.

“Empieza a ser un problema muy serio la baja calidad intelectual, la falta de interés y compromiso a largo plazo y la poca responsabilidad que demuestran, un porcentaje importante de las personas que solicitan trabajo”.

Los informes de gestión suelen contener, eso sí, menciones a “la motivación, el esfuerzo, fidelidad y dedicación al bien del conjunto, por parte de nuestros colaboradores, en todos los niveles de la empresa”, como señala en las firmadas con este apéndice: “Calahorra 15 de febrero de 2019 (febrerillo el loco)”.

Operaciones en B

Por aquellas fechas, la Abogacía del Estado acababa de presentar un escrito solicitando autorización judicial para que la Agencia Tributaria pudiera registrar las dependencias de la empresa, tras detectar el Fisco “voluminosas operaciones sumergidas o con dinero B” por parte de Cartonajes Santorromán, que consiguió tumbar esa inspección en los tribunales.

Las cuentas firmadas en esos días pedían a “la multinacional de la política” que “dejen de sangrarnos a impuestos y costes” y reclamaban “derogar multitud de reglamentos y normas que afectan a la libertad económica, por ejemplo, tener que realizar esta auditoría, este informe de gestión y presentar las cuentas en un registro público”.

“Habría que analizar si la falta de gobierno en España, prácticamente todo el año, no ha sido un factor de mejora en la economía”, planteaban las cuentas del ejercicio 2016, que lamentaban que “lo poco que publicaron” en el BOE “fue para freírnos a impuestos”.

En las de 2014 se apuntaba que “no nos podemos quejar”, dados los buenos resultados de la empresa, pero se advertía: “Como la voracidad recaudatoria de las administraciones públicas está en el nivel confiscatorio, al final uno se plantea si no será más positivo perder dinero y, cuando todo se vaya a la porra, solicitar ayuda a las administraciones y quitarse el muerto de encima a costa de los españoles”. 

“Europa, en la que incluimos a España, y su socialismo, han demostrado ser un fracaso, e inciden en el error. Además las encuestas dicen que viene el comunismo de Podemos y cosas así”, se decía entonces, a modo de conclusión, antes de proclamar: “Siempre nos quedará el Atleti”.

En el informe fechado en febrero de 2018, con Rajoy todavía en Moncloa, se apuntaba que “nada indica que tenga que frenarse la recuperación”, aunque “puede que la situación política reste algo de fuerza a este crecimiento pero no creo que consigan hundir el barco”.

Y añadía: “Solo las empresas, las únicas que crean riqueza, soportan todo el peso del país, siendo por eso calumniadas, maltratadas y esquilmadas, por la clase política, sindical, periodística y ociosa, los vagos, que solo pretenden medrar a nuestra costa”. 

Y ya entonces apelaba esa “multinacional” del poder político “que siempre está en quiebra, no escucha nada de lo que decimos”. “Las cuatro o seis capas que la componen, desde el pueblo a Bruselas, ni se inmutan, se siguen embarcando en gasto suntuario y prescindible, (el AVE), contratación de funcionarios amigos, familiares y apesebrados (si usted no es del partido no encuentra trabajo en la administración), se empeñan en que vayamos en bici o coche eléctrico, sin analizar los costes ni la viabilidad y siempre tiene un nuevo proyecto corrupto para esquilmar nuestro dinero y ponerse una medalla… en fin, lo de siempre y sin visos sin solución”.

Salvedades del auditor

Otra constante en las cuentas de esta empresa son las múltiples salvedades detectadas por sus sucesivos auditores (el último, la firma Grant Thornton) por no informar de aspectos como las operaciones con su accionista minoritario, la papelera Saica, y negarse a entregarles las nóminas de la compañía o la información sobre los conflictos de interés de los consejeros.

Cartonajes Santorromán fue distinguida en octubre de 2019 como empresa del año por la Asociación Riojana de Empresa Familiar. En 2016, a su consejero delegado se le pudo ver junto al entonces vicesecretario de Comunicación del PP y luego máximo responsable de los populares, Pablo Casado, en un acto en Madrid organizado por la Federación Europea de Fabricantes de Cartón Ondulado (FEFCO).

Unos meses antes, en 2015 la patronal, la propia empresa y otras 17 competidoras fueron multadas con 57,7 millones por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por pactar precios y repartirse clientes. La Audiencia Nacional anuló la sanción en enero de 2019 por un defecto de forma.

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