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La Inspección de Trabajo en Valencia concluye que los repartidores de Glovo son falsos autónomos

Imagen de archivo de un repartidor de Glovo.

Laura Olías / Sergi Pitarch

Nuevo golpe de la Inspección de Trabajo a una empresa de repartos a domicilio. La Autoridad Laboral en Valencia ha concluido que los repartidores de Glovo, o 'glovers' como se les denomina, son falsos autónomos. La Inspección ha investigado la relación entre los mensajeros y la empresa catalana, tras una denuncia de Comisiones Obreras, y concluye que los trabajadores deberían ser asalariados, según recoge la reciente resolución a la que ha tenido acceso eldiario.es.

La Inspección de Trabajo concluye que en “la prestación de servicios en Valencia de los denominados 'glovers' (repartidores-mensajeros), concurren los presupuestos constitutivos del contrato de trabajo, es decir, dependencia y ajeneidad”.

Desde la compañía aseguran que reafirman “su convencimiento de que la relación que le une a los repartidores se ajusta a la legalidad” y lo justifican con el argumento de que los mensajeros “tienen la máxima libertad para decidir cuándo y cuánto quieren colaborar con la plataforma”.

El modelo laboral de Glovo, como el de otras empresas de reparto similares (Deliveroo o Uber Eats), se alimenta de mensajeros que deben darse de alta como autónomos para repartir para estas 'apps' digitales. Esta relación, defendida por las empresas, ha sido atacada por los sindicatos y los colectivos de repartidores que consideran que las empresas se ahorran el coste de tener un trabajador, pero que en la práctica los mensajeros no son independientes.

La Inspección estima que “procede la inclusión de los trabajadores 'glovers'” en el Régimen General de trabajadores y da de alta de oficio a los afectados, que según cifra CCOO ascienden a “más de 200 personas solo en la ciudad de Valencia”. Según explican en el sindicato, el número de repartidores en la actualidad es superior, pero esta es la cifra de las personas que repartían para la plataforma en el momento de la denuncia.

Fuentes de Glovo apuntan que “igual que sucedió con las actas de Zaragoza”, va a recurrir la de Valencia, “lo que implica la suspensión de las altas de oficio de todos los mensajeros de Valencia y el inicio del proceso judicial, para que sea un Juzgado el que valore si efectivamente la relación es laboral o no”.

Daniel Patiño, secretario de Acción Sindical, Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO PV, celebra el resultado de la Inspección y denuncia que “este modelo de economía de plataforma es insostenible porque no respeta los derechos laborales más básicos”.

Exige el dinero por las cuotas impagadas

La Autoridad laboral ha extendido un acta de liquidación a la empresa, para que Glovo abone el dinero no pagado en materia de cotizaciones a la Seguridad Social por estos trabajadores, aunque la cuantía aún no ha trascendido. La empresa catalana ya cuenta con un acta de la Inspección en su contra, en Zaragoza, que consideró que sus 326 trabajadores eran también falsos autónomos.

La compañía remite un comunicado en el que asegura que Glovo superó una inspección anterior de la autoridad laboral, en la que “se analizó en detalle cómo

opera la plataforma y, tras un análisis minucioso, se validó la forma de operar y

colaborar con los repartidores“.

Por otro lado, Glovo obtuvo la primera victoria de este tipo de plataformas en los tribunales, con una sentencia en primera instancia a su favor en Madrid tras la denuncia de un repartidor. En este caso, la jueza consideró que la relación entre el mensajero y la empresa se ajustaba “perfectamente a las condiciones definitorias del trabajo en régimen de TRADE” (los autónomos económicamente dependientes.

El pasado noviembre, Oscar Pierre, fundador, presidente y CEO de Glovo, defendió su modelo laboral en un encuentro con medios en Madrid. Pierre aseguró que si finalmente la justicia llegara a determinar que los repartidores deben ser trabajadores asalariados, “sería una buena faena, pero nos adaptaríamos, veríamos la manera”.

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