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La OCDE señala a España como el país con más trabajadores en riesgo de contagio por COVID-19

Una camarera atendiendo a los clientes en una cafetería.

Laura Olías

7 de julio de 2020 13:49 h

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El informe anual de empleo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) está marcado cómo ha indidido la pandemia del coronavirus en el empleo en el llamado 'club de los países ricos' y por las recomendaciones para que la crisis en el empleo no derive en una “crisis social”. Uno de los datos por los que la organización internacional señala especialmente a España es por su gran proporción de trabajadores en puestos “en riesgo” al coronavirus. Casi seis de cada diez trabajadores (el 56%) desempeña trabajos que conllevan riesgos de infección al virus, la cifra más alta de los 24 países analizados de la OCDE, que presenta una media del 48% de trabajadores en riesgo.

En un momento de reapertura de muchos centros de trabajo y de recuperación de cierta “normalidad” tras los momentos más duros de la pandemia, la OCDE advierte de la necesidad de una vuelta al trabajo marcada por la seguridad y la prevención de la salud. Se trata del “principal objetivo a corto plazo para limitar la propagación del virus, evitar un aumento de las ausencias por enfermedad y asegurar que los trabajadores se sientan lo suficientemente seguros para trabajar con eficacia”, recoge el informe.

Según el análisis del organismo, alrededor de la mitad de la población trabajadora se encuentra “en riesgo” de contagio en el desempeño de su trabajo. Un dato que cambia según los países, con el mayor registro en España (56%), seguido de Eslovaquia (53%) e Irlanda (52%), y las cifras más bajas en Luxemburgo (39%), República Checa (44%) y Estonia (44%). El estudio justifica las diferencias entre países sobre todo debido a las diferencias en la composición de las ocupaciones, según el grado de proximidad física con los colegas de profesión y las interacciones físicas más frecuentes con el público.

Aunque el informe anual de la OCDE no desglosa más datos detallados sobre el riesgo de contagio que enfrentan los trabajadores –pendiente de la próxima publicación de un estudio–, sí subraya que las mujeres tienen relativamente más probabilidades de trabajar en empleos “de riesgo” en todos los países de la OCDE, excepto en Grecia. Lo mismo ocurre con los trabajadores de bajos ingresos, que con mayor frecuencia aceptan empleos que, en condiciones normales, los exponen a un contacto físico y a un mayor riesgo de infección.

Por otro lado, la OCDE apunta que los trabajadores en riesgo no varían demasiado en función de la densidad de población del lugar de residencia de los trabajadores: mientras que las zonas urbanas tienen una mayor proporción de trabajos que pueden realizarse desde el hogar, fuera de las ciudades tienen una mayor proporción de trabajos que no permiten el teletrabajo, pero que en cambio entrañan un bajo nivel de proximidad física.

Dada el elevado número de trabajadores expuestos al contagio, la organización recomienda “seguir fomentando el teletrabajo”, así como implementar “las prácticas de seguridad y salud en el trabajo” necesarias para limitad la propagación del contagio. En opinión de la OCDE no solo es recomendable “definir las prácticas adecuadas” para trabajar con seguridad sino también “apoyar a las empresas, en particular a las pequeñas y medianas” en su aplicación, para lo que recomienda la negociación con el diálogo social.

Más desempleo que el previsto por el Gobierno

El organismo proyecta sus estimaciones de desempleo, que llevarán los niveles medios de la OCDE a máximos, por encima de los datos registrados en la pasada crisis que comenzó en 2008. “La tasa de desempleo de toda la OCDE podría alcanzar el 9,4% en el cuarto trimestre de 2020, superando todos los picos alcanzados desde la Gran Depresión”, indica el organismo. Su previsión para España, el segundo país que registrará una mayor tasa de desempleo, es menos optimista que la del Gobierno. La OCDE estima que, en el mejor de los casos, España rozará el 22% de tasa de paro en el último trimestre del año (21,8%). En caso de un rebrote importante en la segunda mitad del año, la tasa de paro escalaría hasta el 25,5%.

Además, la crisis se seguirá notando en el empleo en 2021, que no logrará recuperar los niveles previos a la pandemia pese a la mejoría respuesto a 2020. La OCDE calcula que a finales del próximo año, la tasa de desempleo española se situará en el 17% en el mejor de los casos. Si hay un rebrote, el dato será del 20% al terminar 2021.

Angel Gurría, secretario general de la OCDE, ha incidido en la rueda de prensa de presentación del informe de la alta incertidumbre que todavía existe sobre el propio virus y, por tanto, también sobre sus efectos. Desde la prudencia de este contexto, la OCDE comparte algunas recomendaciones para la recuperación del empleo. El organismo celebra las medidas extraordinarias aprobadas por muchos países para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, como las condiciones más flexibles de los ERTE, la mayor protección de las bajas por COVID-19 y los créditos de liquidez a las empresas en España.

En opinión de la OCDE, en el corto plazo el apoyo público debe centrarse en los sectores que todavía se ven afectados por las medidas de contención y que están muy marcados en su actividad por la pandemia, pero en cambio sugiere ir retirándolo de aquellos que se reactiven y de los que no sean viables. En concreto sobre los ERTE (y medidas similares tomadas en otros países), el informe apunta que seguir manteniendo puestos que no van a sobrevivir en el futuro puede ser una manera de impedir la reestructuración que sufrirá la economía más adelante.

Las medidas que han dificultado el despido, que han tomado países como Italia y España, han impedido destrucción de empleo durante la pandemia, pero el organismo advierte de que también puede aumentar las consecuencias negativas para los trabajadores temporales, con más rescisiones de este tipo de puestos de trabajo y menos contrataciones ante las restricciones al despido del personal fijo. En España, el informe recoge que las ofertas de empleo se han reducido un 40% en junio respecto a los niveles precrisis.

Los más precarios son los más vulnerables

Tras los datos generales, la entidad teme que los colectivos más vulnerables del mercado laboral actual sean los más perjudicados en la crisis del empleo. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de bajos ingresos son los más afectados en los primeros efectos de destrucción de puestos de trabajo en esta crisis y recomienda a los países ricos que tomen medidas para que no queden atrás en la recuperación. La OIT también ha advertido del riesgo de que la pandemia haga retroceder en igualdad en el mercado laboral.

Angel Gurría ha destacado en rueda de prensa la recomendación de actuar “rápido” para que los jóvenes no sean “los grandes perdedores de la crisis”. Para ello, Stefano Scarpetta, director de Empleo del organismo, ha destacado la necesidad de “hacerlo mejor que en la pasada crisis”, en la que mucha gente joven estuvo desenganchada por años del mercado laboral o con inicios de sus carreras profesionales muy precarios. “Para eso necesitamos a los empleadores”, ha añadido Scarpetta.

En cuanto a los trabajadores con sueldos bajos, el estudio contempla que ha tenido “el doble de probabilidades” de tener que dejar de trabajar por completo en esta crisis en comparación con aquellos de ingresos más altos. Para proteger a los más vulnerables, aquellos que pierdan el empleo como consecuencia de la pandemia, la OCDE recomienda que algunos países amplíen la duración de las prestaciones de desempleo para evitar que los desempleados se desplacen con rapidez a prestaciones de ingresos mínimos “mucho menos generosas” y la mejora de la protección social de “los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores a tiempo parcial y otros trabajadores atípicos”. Muchos de ellos han sido apoyados mediante medidas temporales con motivo de la pandemia, como la prestación extraordinaria de 'paro' por cese de actividad para los autónomos en España. El orghanismo comparte la conveniencia de revisar el sistema de protección social estructural de estos colectivos para que no queden atrás en esta nueva crisis.

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