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La reforma laboral y otras medidas del Plan de Recuperación suman 15.000 millones de euros a la economía

Un trabajador en una fábrica de la automovilística Renault, en Sevilla.

Daniel Yebra

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La reforma laboral y las nuevas leyes de empresas, formación y transición 'verde' suman ya 15.000 millones de euros a la economía de España. En la próxima década, toda la legislación vinculada al Plan de Recuperación elevará hasta en 50.000 millones el PIB (Producto Interior Bruto) de nuestro país, según calcula el Ministerio de Asuntos Económicos, a lo que hay que añadir el impacto directo de las inversiones favorecidas por los fondos europeo en estos años.

Las reformas económicas acometidas hasta ahora han engordado el nivel de PIB en alrededor de un punto porcentual (los 15.000 millones), a cierre del primer trimestre. Y el resto que está previsto que el Gobierno acometa, como la de los subsidios de paro y otras, o que acaba de aprobar, como la de vivienda, sumarán hasta tres enteros en total de aquí a 2031.

La economía de España roza ya el nivel de PIB pre pandemia, el que alcanzó al cierre de 2019, tras el fuerte crecimiento interanual del 5,5% en 2021 y otro 5,5% el año pasado, y de un 0,5% en el primer trimestre de 2023, en este caso respecto al último trimestre de 2022. “Con posterioridad, el crecimiento económico mantendría su senda expansiva, aunque iría moderándose progresivamente, convergiendo hacia tasas de crecimiento cercanas a su potencial”, explica el Ministerio del que está al frente la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

En un artículo reciente, el Banco de España aseguró que este crecimiento potencial pasa de un 1%, sin Plan de Recuperación, al 2% anual “en un escenario en el que una selección adecuada de los proyectos de inversión financiables con los fondos europeos es acompañada por reformas estructurales favorecedoras del crecimiento económico”.

En esa senda expansiva, el impulso reformista derivado del Plan de Recuperación irá tomando el relevo de las inversiones, como se observa en el siguiente gráfico. El impacto directo de estas inversiones de los fondos europeos elevó el PIB de España 1,3 puntos en 2022, y según las previsiones del Gobierno sumará 1,5 enteros en 2023, casi 2 puntos en 2024, en torno a 1 en 2025, y después se estancará en 0,5 cada ejercicio de los siguientes. Y será en esa segunda fase cuando la legislación que acompaña a este despliegue aporte la mayor parte de la mejora estructural de la economía de nuestro país, hasta superar los 3 puntos en total.



Impacto de la reforma laboral

Hasta el momento, la reforma laboral es la que mayor impacto está teniendo en la actividad económica. Pero, ¿cómo eleva una reforma laboral el nivel de PIB? Provocando cambios de fondo, estructurales. El más claro: la reducción de la temporalidad en el mercado de trabajo a mínimos.

Un efecto que directamente aumenta los ingresos públicos y disminuye el gasto en prestaciones. Indirectamente, al aportar estabilidad para empresas y trabajadores, apoya el consumo de las familias en general. También su capacidad para financiarse, que está relacionada con decisiones de compra de mayor valor añadido, como la vivienda, u otros bienes duraderos como los coches, la tecnología... Bienes que, además, exigen mayor “consumo de mantenimiento”, según se describe en la teoría económica. Por el lado de las empresas, supone potenciales mejoras en la productividad y la competitividad, incluso en la internacionalización.

Otro efecto estructural está relacionado “con un mejor ajuste [del mercado laboral] frente a futuras crisis”, destaca el Ministerio de Asuntos Económicos. Es decir, una “reducción del paro estructural”, que es reconocido por todas las instituciones como el principal problema de la economía de nuestro país. La reforma laboral busca que una recesión no conlleve una grave destrucción de empleo, lo que automáticamente significa una menor caída del PIB.



“Adicionalmente, la reforma de las políticas activas de empleo también permitiría reducir el paro estructural, favoreciendo el emparejamiento entre vacantes y desempleados, así como un aumento de la productividad”, inciden en el Gobierno.

Algunos ejemplos: un trabajador condenado a la temporalidad, que pasa de ser camarero, al paro, a después ser vigilante de seguridad, tiene grandes dificultades para mejorar para sus condiciones de vida y es letal para la productividad del conjunto del país. Asimismo, es un freno para el crecimiento a medio y largo plazo.

Ese mismo trabajador tiene muy difícil conseguir una hipoteca. El resultado es inseguridad para él y un lastre para la actividad económica de España. La reforma laboral combate estas situaciones. Y si ese trabajador consigue ahora un contrato indefinido, aunque sea intermitente y no varíen notablemente sus ingresos anuales, su perfil financiero para los bancos sí cambia radicalmente y también influye en sus decisiones de compra.

La formación

Otra transformación crucial que está relacionada con las reformas del mercado laboral, la formación y el fuerte incremento de las exportaciones de servicios no turísticos es la creación de puestos de trabajo relacionados con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y científicos. El empleo en estos sectores está aumentando a un ritmo del 25%, frente al 5% del resto de industrias. Y son trabajos mejor pagados frente a la media.



España está vendiendo más servicios de consultoría, ingeniería, I+D, telecomunicaciones o informática que nunca. Y esta tendencia implica un papel central a la nueva ley de Formación Profesional y al Plan Nacional de competencias digitales, que, según el Ministerio de Asuntos Económicos, “aumentarán la productividad, mediante la reasignación de trabajadores hacia sectores más productivos, acercando la oferta a la demanda del mercado laboral. Ambas reformas permitirán aumentar el PIB de largo plazo [hasta 2031] en 0,6 puntos porcentuales”. Este mismo cálculo le otorga 2,1 enteros solo a la reforma laboral.

Por último, las leyes empresariales de Crea y Crece y la de Startups sumarían 0,2 puntos a la economía en la próxima década, por su impacto en la productividad. Mientras que las medidas relacionadas con la transición 'verde' incentivarán el ahorro y una utilización más eficiente de los recursos, permitiendo mejorar la competitividad de las empresas españolas, “con un impacto positivo en el PIB de largo plazo de otros 0,2 puntos porcentuales”.

El Plan de Recuperación “contiene los ingredientes necesarios para contribuir de manera significativa a dinamizar el crecimiento potencial de la economía española. Sin embargo, su efectividad dependerá crucialmente de la calidad de los proyectos de inversión seleccionados y de su complementariedad con las reformas estructurales implementadas”, advierte del Banco de España.

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