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Por qué protestan los repartidores de empresas como Glovo: bajadas de 'salario' y desprotección en plena pandemia

Un repartidor de Glovo en el centro de Madrid, en una Puerta del Sol desierta.

Laura Olías

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En plena pandemia por el coronavirus, las calles están prácticamente desiertas por las medidas de contención del virus. Aun así, los repartidores de plataformas digitales con sus mochilas a cuestas mantienen una de las imágenes habituales de las ciudades. La comida a domicilio ha sido decretada un servicio esencial, por lo que siguen trabajando. En las últimas dos semanas muchos han estallado sobre todo en dos movilizaciones, una manifestación espontánea en Madrid el día 16 y una huelga internacional el pasado día 22, alimentadas por un gran descontento. En especial, por unas tarifas que no han aumentado pese al riesgo de contagio y que, en el caso de Glovo, incluso las ha reducido en plena crisis en ciudades como Madrid y Sevilla.

“Es increíble. Estoy arriesgando mi vida y la de mi familia, que en realidad debería ganar más. Cómo pueden ser tan mezquinos de bajarnos la tarifa”, critica Fernando García, repartidor en Madrid que ha sufrido el descenso de la base fija que paga Glovo a los riders, “de 2,50 euros a 1,20”. “La gente ya estaba bastante jodida y aprovechan para bajarnos la base ahora, sin consultarnos ni nada y luego nos citan a reuniones de propaganda a decirnos que es lo mismo porque nos dan bonus. ¿Se creen que somos tontos?”, denuncia el mensajero.

García ha decidido denunciar la situación sin ocultar su identidad, algo poco común en estos casos por temor a represalias. “Me sindiqué en UGT y hablo porque esto no es justo”, afirma. La compañía ha aplicado estas rebajas en pleno estado de alarma en algunas ciudades, como Madrid, Sevilla y Málaga. Repartidores de Barcelona apuntan a eldiario.es que este mismo lunes se ha aplicado el descenso en la tarifa fija de los “2,80 euros a 1,30”.

En Madrid, el mismo día que se aplicaron los descuentos, los repartidores organizaron de manera espontánea una manifestación por las calles de Madrid para denunciar los sucedido, como difundieron en redes sociales desde cuentas como RidersxDerechos, colectivo de repartidores que ha encabezado la denuncia de las condiciones laborales de los mensajeros de plataformas digitales. También protestaron frente a los supermercados de Glovo (Superglovo) y las oficinas de la multinacional.

La pandemia destapa de nuevo la precariedad

“La crisis de la COVID-19 lo que ha provocado es hacer estallar todo”, afirma Rubén Ranz, responsable de Tu Respuesta Sindical de UGT, con un papel muy activo en las reivindicaciones de los repartidores de plataformas digitales y en la lucha en los tribunales para reivindicar la relación laboral (y no de autónomos) entre las empresas y los riders. “La gente está muy cansada e incluso los que defendían a las plataformas se han unido a movilizaciones”, añade el sindicalista.

Es el caso de la Asociación Autónoma de Riders, que respalda el modelo de autónomos y es afín a las empresas como Glovo y Deliveroo, pero que en esta ocasión también denuncia la bajada de tarifas que ha aplicado de forma unilateral la empresa fundada por el catalán Oscar Pierre. Su presidente Badr Eddine Hilali (conocido como Naruto) apunta a eldiario.es que no son sostenibles estos precios y teme que, aunque ahora Glovo esté compensando el recorte en la parte fija con bonus, la compañía deje de hacerlo cuando pasen “dos o tres semanas” y los repartidores sufran ya de manera importante las reducciones en sus ganancias.

Fernando García denuncia que esto ya está ocurriendo. “En la primera semana los bonus estaban siendo como del 55% aproximadamente, pero ya esta semana son del 45 o 40% la mayoría, ya están bajando”, asegura el repartidor de Madrid. García reparte en bici e insiste en que le “encanta su trabajo”, pero ve cómo las actuaciones de Glovo cada vez premian más los envíos en moto o coche y hacen insostenible la distribución más sostenible.

Fuentes de Glovo afirman que “este sistema de pago comenzó a implementarse a principios de 2019 y ya está operativo en la mayoría de países donde estamos presentes”. En el caso España, “la implementación empezó en el último trimestre del 2019 y antes del COVID-19 ya estaba operativo en 23 ciudades”, indican en la compañía y aseguran que la puesta en marcha de este sistema “se paró de manera temporal debido a la crisis generada por el coronavirus”.

Manuel Amallo Carrión es repartidor de Glovo en Barcelona, donde no se habían rebajado los precios hasta este mismo lunes. El repartidor participó en el paro internacional de riders del pasado día 22, que se impulsó desde Ecuador y Argentina tras la muerte de una mensajera, para reivindicar de hecho una mayor remuneración en estos días en los que los mensajeros se están exponiendo a un riesgo extra de contagio. También reivindica más facilidades por parte de la multinacional para facilitar el acceso a mascarillas y guantes.

Sin una opinión sobre la discusión acerca de si estos mensajeros son autónomos o deberían estar contratados laboralmente (como están diciendo la mayoría de tribunales españoles y la Inspección de Trabajo), Amallo Carrión lo que exige es una remuneración digna y acorde al servicio que prestan los trabajadores. Si en los días de lluvia se premia salir a repartir con un plus, este mensajero no puede entender que esto no ocurra ante una pandemia.

Aunque en Glovo apuntan que no tienen “constancia de que ningún repartidor haya hecho huelga”, en ese día la compañía implementó bonus que llegaron a superar el doble del precio del pedido, como ha podido comprobar este medio, algo que no es habitual según los repartidores. Desde UGT denuncian que algunos repartidores aseguran que sufrido mermas en su puntuación de excelencia o la plataforma les ha quitado horas de trabajo ya asignadas tras secundar secundar el paro. En Glovo aseguran que “nunca se perjudica a los repartidores por conectarse o desconectarse a la plataforma”, aunque la compañía ya ha sido condenada en el pasado por despedir a un trabajador por hacer huelga.

Los problemas no están solo en Glovo

Rubén Ranz destaca que, aunque el caso más sonado es el de Glovo, Deliveroo también ha aplicado modificaciones que están perjudicando a los riders. Se ha eliminado en estos días la asignación de franjas horarias, de modo que los repartidores pueden salir y repartir a cualquier hora del día, “pero en la práctica lo que suceden es que echan muchas más horas porque no hay pedidos y no hay reparto de la gente en horarios”, apunta Ranz.

Deliveroo ha unificado además en estos días las ocho zonas de Madrid en una sola. “De modo que la aplicación te puede mandar de una punta a otra de Madrid, se hacen pedidos mucho más largos, lo que perjudica mucho a las bicis frente a las motos”, explica el sindicalista, que indica que el otro día un chico “recogió un pedido en Getafe y lo tenía que llevar a Rivas”, a 21 kilómetros. También supone un recorte en las ganancias porque se pueden hacer menos pedidos a la hora y el pago es por cada entrega. Fuentes de Deliveroo afirman a eldiario.es que “es un cambio que ya estaba planificada desde antes de la crisis”.

Sin protección de la salud de los trabajadores

Otra de las cuestiones que deja al descubierto la emergencia sanitaria es la falta de protección de la salud de los mensajeros por parte de las empresas, responsabilidad de un empleador con su empleado, ya que estos riders sobre el papel son autónomos y deben proveerse de los guantes y material necesario para preservar su salud. UGT y otros colectivos como Free Riders han denunciado a la Inspección de Trabajo esta desprotección de los mensajeros. Según ha podido saber eldiario.es, la autoridad laboral tiene actuaciones abiertas respecto a las condiciones de trabajo estos días en plataformas digitales.

Las empresas no garantizan las medidas preventivas a todos sus mensajeros, pero varias plataformas han lanzado distintas iniciativas, como el reparto voluntario de “133.000 mascarillas y 70.000 guantes” en el caso de Glovo, recomendaciones de protocolos de seguridad en todas las plataformas para que las entregas se hagan sin contacto con el cliente y reembolsos de hasta 25 euros para compras de material preventivo en caso de Deliveroo y Uber Eats.

Luis, repartidor de Uber Eats, se ha acogido a uno de estos reembolsos y agradece que Uber Eats no haya modificado las condiciones de trabajo, como han hecho Glovo y Deliveroo. “Lo de Glovo es incomprensible, yo dejé de trabajar con ellos. La gente está muy indignada con la bajada de precios”, sostiene el mensajero.

En Deliveroo explican que en “caso de que un rider contraiga COVID o deba guardar cuarentena por prescripción médica, se ha habilitado un fondo de soporte económico que les cubre durante 14 días”. Rubén Ranz destaca que a muchos repartidores les molestó esta estrategia de la empresa, en la que la compañía no asume una política de prevención para todos sus mensajeros, “animan a la gente a seguir repartiendo así, pero luego te pago si te contagias”.

“Les decimos que son esenciales para la sociedad, pero no les ayudamos. Y la policía les para muchísimo, lo que genera muchos problemas a gran parte de ellos”, recuerda Ranz, riders que no tienen permiso de trabajo o de residencia y temen repartir y ser parados por las autoridades. El sindicalista confía en que el Tribunal Supremo falle lo antes posible sobre si estos trabajadores son falsos autónomos, para que (en caso de que sean declarados asalariados) las empresas tengan que hacerse cargo de sus empleados y cumplir las normas laborales.

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