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Los sectores más productivos ganan peso en la economía: digital y farmacia lideran el crecimiento

Varios trabajadores en el laboratorio de la fábrica de Reig Jofre, en Barcelona.

Daniel Yebra

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La economía española se ha divorciado definitivamente del 'ladrillo', cuyo absoluto protagonismo hasta el estallido de la burbuja 'inmobiliaria' en 2008 trajo atroces consecuencias: una profunda crisis con una destrucción de empleo desmedida (que las políticas de austeridad agravaron), desahucios, corrupción, emigración, altas tasas de abandono escolar... Ahora, la transición digital, la industria farmacéutica y el turismo son los motores de un crecimiento más “estable”, según lo describe el equipo de expertos de Caixabank Research, que ha realizado un innovador estudio sector por sector de nuestro país con conclusiones esperanzadoras para el futuro.

Efectivamente, el escenario de hoy es muy diferente al de hace 15 años. Tras los fuertes shocks que sufrió la economía española entre 2020 y 2023 [pandemia, inflación, subidas de tipos...] y después de una respuesta política del Gobierno de coalición más enfocada en proteger las rentas de familias y empresas, “la economía está tendiendo hacia un ciclo de crecimiento más estable, tal y como contemplan nuestras previsiones sectoriales”, apunta el informe del servicio de análisis del banco.

En 2023, la economía española creció un 2,5%, un ritmo de avance significativo pero inferior al registrado en 2022 (5,8%). “Si analizamos la descomposición sectorial de este crecimiento, podemos constatar una amplia heterogeneidad, como consecuencia aún de las dinámicas generadas por la absorción de los shocks que ha sufrido la economía española en los últimos años”, arranca el estudio.

“En la banda alta, destaca el sector de la hostelería con un crecimiento del 6,9%”. Una industria que en 2023 se benefició de la llegada de más de 85 millones de turistas internacionales, un registro que superó los niveles pre pandemia. El valor añadido bruto (el VAB, una forma de medir las ganancias de las empresas) de la industria manufacturera creció un sólido 3,3%, según la Contabilidad Nacional del INE, “como resultado del buen comportamiento de la industria del automóvil y la farmacéutica”.

En cambio, otras ramas industriales, sobre todo aquellas más intensivas en energía, experimentaron un retroceso de la producción industrial. Por otro lado, también según los datos del INE, el VAB de las actividades inmobiliarias se contrajo un 2,5% como consecuencia de la caída de las compraventas de vivienda en un entorno de tipos de interés más altos [por la austeridad monetaria del BCE], y el VAB del sector primario descendió un 2%, tras el fuerte descenso que ya había registrado en 2022 (–19,8%), fruto de la persistencia de la crisis del sector asociada con la sequía y los altos costes de producción.

“Las perspectivas de la economía española para el bienio 2024-2025 son positivas”. Según coinciden las estimaciones, se anticipa una ligera moderación del crecimiento del PIB, que pasará de un 2,5% en 2023 a cerca de un 2% en 2024, y luego se consolidará en 2025. “En este escenario, prevemos una reducción de la dispersión del ritmo de crecimiento entre sectores, a medida que el impacto del aumento de los costes de producción y el aumento de los tipos de interés se vayan diluyendo. De hecho, en estos dos años, no esperamos crecimientos negativos para el VAB de ninguno de los sectores analizados”, destaca el informe de Caixabank.

“Entre los sectores para los que esperamos un mayor ritmo de crecimiento en el bienio 2024-2025 destacan los ligados a la transición digital (como las tecnologías de la información y la comunicación, y los servicios profesionales) o sectores en los que España despunta por su elevada competitividad (como el farmacéutico o el turístico)”, prosigue.

Una de las grandes transformaciones de la economía española es el protagonismo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y de los servicios profesionales. “Estos sectores proveen servicios de alto valor añadido y se benefician de un crecimiento estructural elevado, dada su creciente relevancia en un entorno en el que la digitalización y las nuevas tecnologías ganan protagonismo”, observan los expertos de Caixabank.

El papel de esta industria ha sido crucial en la creación empleo en los últimos años, en los que se ha alcanzado un récord de más 21 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Y también en la fortaleza de las exportaciones. Además, es un sector más productivo (genera más valor o beneficios por hora de trabajo) que otros que tradicionalmente han sido importantes en nuestro país (construcción, turismo...), lo que teóricamente va acompañado de mejores salarios y condiciones laborales.

Los ritmos de avance de los sectores de la información y de las actividades profesionales y administrativas en los últimos trimestres multiplican varias veces el crecimiento del conjunto de industrias de nuestra economía, según los cálculos del banco, que excluyen “la Administración pública y defensa, educación y actividades sanitarias, y también sectores altamente regulados (sectores energético y financiero)”.



La industria farmacéutica asume el mismo rol en esta nueva era de la economía de España. “En los últimos 25 años, este sector ha ganado una enorme relevancia, convirtiéndose en un importante motor de las exportaciones españolas y de la inversión privada en I+D. Su elevada competitividad en los mercados internacionales y su elevado grado de especialización sugieren que el sector tiene margen de crecimiento”, resalta el estudio de Caixabank.

Turismo y construcción

Las perspectivas para dos de los sectores más importantes históricamente en nuestro país tampoco son malas. “A pesar de que ya ha superado los registros pre pandemia, el turismo ”se beneficiará de la recuperación del poder adquisitivo de los principales países emisores de turistas a España, gracias a un descenso de la inflación y a un incremento moderado de los salarios“. La mayor estabilidad geopolítica de España en relación con la de países competidores también seguirá jugando a favor del sector. ”Aun así, el débil crecimiento económico de la eurozona y una mayor disposición del turista español a viajar al extranjero serán factores que limitarán su expansión“, incide Caixabank Research.

En su informe anual, el Banco de España argumenta que, desde 2021 y hasta ahora, “cabe destacar el posible impacto positivo sobre las llegadas de turistas de los conflictos geopolíticos de Oriente Medio y, sobre todo, la mayor diversificación en términos de los destinos entre las diferentes regiones españolas y la mayor afluencia de turistas extranjeros en la temporada de otoño e invierno”.

Sobre la construcción, los analistas de Caixabank Research apuntan que “la oferta de vivienda nueva (en torno a las 110.000 unidades por año) es muy inferior a la demanda estructural a causa de la evolución demográfica (creación de 287.000 hogares netos en 2023, según la EPA, por el notable incremento de los flujos migratorios)”.

“En 2024, prevemos que la oferta de vivienda crezca de forma algo más dinámica a pesar de que sigan presentes los factores coyunturales que están impidiendo una mayor reactivación de la oferta (costes de construcción y de financiación elevados, aunque con tendencia a descender). De cara a 2025, la producción de vivienda podría incrementarse de forma algo más dinámica si se dan las condiciones adecuadas para ello (disponibilidad de suelo, impulso a la colaboración público-privada para la promoción de vivienda asequible, etc.)”, añaden.

Por otra parte, el sector de la construcción se verá beneficiado por el despliegue de los fondos europeos del Plan de Recuperación, “tanto la construcción residencial, con el impulso a la rehabilitación de viviendas, como la no residencial, gracias a los proyectos dedicados al desarrollo de infraestructuras, como redes ferroviarias”.

El sector primario y el automóvil

Otros dos sectores “estratégicos y en transformación” son el primario y la industria del automóvil, que “estimamos que avanzarán en la línea con la media de la economía”. Respecto a la agricultura, la ganadería y la pesca, después de haber caído un 19,8% en 2022 y un 2% adicional en 2023, “puede empezar a recuperar unos niveles de actividad más normalizados gracias a la estabilización de los costes de producción (energía, fertilizantes y piensos). Con todo, el sector sigue estando muy afectado por la sequía que padece buena parte del territorio español y su evolución sigue estando altamente supeditada a la mejora de las condiciones meteorológicas y a la capacidad de adaptación del sector al cambio climático”.

En el caso de los fabricantes de coches, sufrió intensamente tras la pandemia por la disrupción de las cadenas de valor global primero y por el aumento de los costes de producción después, una coyuntura muy desfavorable a la que se sumaron los retos estructurales de un sector que se encuentra en plena transformación tecnológica hacia la electrificación. “En 2023, el sector de la automoción creció con fuerza (la producción industrial creció un 9,3%, aunque todavía se encuentra un 5% por debajo del nivel de 2019). Prevemos que en 2024-2025 anote tasas de crecimiento más normalizadas pero significativas, ligeramente por encima del 2%”.

Por último, otros sectores con peso en el conjunto de la actividad, como el inmobiliario y el comercio, estarán también cerca de la media. “Las compraventas de vivienda resistieron mucho mejor de lo esperado al aumento de los tipos de interés, dejando un balance de 2023 más positivo de lo que se presumía. Prevemos que el número de compraventas seguirá descendiendo en el primer semestre de 2024, pero en el segundo semestre, a medida que se afiance la senda descendente de los tipos de interés y la actividad económica gane tracción, esperamos que el mercado inmobiliario recobre vigor y dibuje una trayectoria ascendente. Así, 2024 será un año de transición que de paso a un 2025 en el que esperamos que el sector inmobiliario vuelva a expandirse”.

Respecto al comercio, las perspectivas de consumo para 2024 y 2025 son favorables gracias al descenso de la inflación, a la creación de puestos de trabajo (muy ligada a los mayores flujos de inmigración) y a un incremento robusto de los ingresos, fruto precisamente del crecimiento del empleo y, del mismo modo, de cierta recuperación del poder adquisitivo de los salarios.

“No prevemos un decrecimiento para ninguno de los sectores de actividad considerados (en ausencia de nuevos shocks), pero hay algunos sectores para los que pronosticamos un crecimiento débil, inferior al promedio de la economía. Entre ellos destacan algunas ramas industriales, como la textil y la papelera, que presentan unas tendencias seculares menos favorables debido al elevado nivel de competencia internacional y a una presión de costes estructural con respecto a estos competidores”, concluye el informe de Caixabank Research.

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