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ENTREVISTA | Robin Chase

“¿Ha hecho Uber cosas mal? Sí, pero también ha hecho otras excelentes”

Robin Chase.

Marta Garijo

Las conversaciones resuenan en La Nave, una antigua fábrica en el barrio de Villaverde en Madrid reconvertida en centro de eventos, donde se celebra la quinta edición del South Summit. A este encuentro, donde acuden jóvenes emprendedores para buscar financiación para sus ideas y las grandes empresas buscan oportunidades de inversión, ha venido también Robin Chase como una de las ponentes estrella.

Chase es una de las madres de la economía colaborativa después de que en el año 2000 fuera cofundadora de Zipcar, empresa pionera en el negocio de carsharing que compró Avis en 2013. Tras este movimiento, Chase siguió ligada al mundo de la movilidad y las plataformas. Se fue a Francia y allí fundó Buzzcar, otra empresa dedicada al alquiler de coches, pero esta vez de particulares. A pesar de que su nombre no sea muy conocido por el gran público, en la feria varios asistentes se acercan a ella para darle sus tarjetas y contarle sus proyectos.

Ahora, vive en Boston y explica que está muy involucrada en temas relacionados con el coche autónomo, cómo este puede afectar a la economía, al desarrollo de las ciudades y a la mejora del medio ambiente. “Es una gran transición, lo que me interesa de esta es que el coche autónomo supondrá una oportunidad de repensar la ciudad”, apunta Chase.

Es también miembro del Consejo de Tucows (portal de descarga de software) y presidenta ejecutiva de Veniam (compañía dedicada a desarrollar soluciones relacionadas con el Internet de las cosas en movimiento).

El modelo de transporte está cambiando, pero hay varios. Usted fundó dos compañías y cada una tiene un modelo. ¿Cuáles son las ventajas de cada uno?

Zipcar, dado que es propietario del coche, solo va a ponerlo en un lugar donde el vehículo vaya a ser bien utilizado. Cuando la gente me preguntaba que cuándo iba a llegar a su barrio o a su pequeña ciudad, yo tenía que decirles que nunca porque no iba a ser suficientemente usado. En cambio, con el modelo de Buzzcar [donde se alquilan coches de particulares], tras la fusión con Drivy, había 35.000 coches y un millón de usuarios.

Cuando usas el coche de alguien, este ya existe, lo que significa que si lo alquilo una vez a la semana, o una al mes o un al año, pues ya estoy contenta. Vemos así que el alquiler de coches llega a una ciudad donde no había empresas de alquiler de coches y donde no habría carsharing. Lo que tienen común Zipcar y Buzzcar es la estructura de plataforma que tienen donde se pone en contacto a las personas que tienen exceso de capacidad.

¿Estamos cambiando el modelo económico?

Absolutamente.

Los consumidores ya no son solamente consumidores, sino que también son productores.

¿Has oído mis charlas? [Chase tiene varios vídeos colgados en Internet donde explica cómo ha cambiado el rol de los consumidores, que también ofrecen ahora servicios]

Pero en cambio el entorno no está tan preparado, la regulación, el tema de los impuestos... ¿Cómo pueden los gobiernos gestionar esto, hacerlo más sencillo?

Es interesante esto porque el argumento que están utilizando los gobiernos se basa en el modelo económico antiguo, en el que ellos imaginan que uno es empleado a tiempo completo, y toda la idea de impuestos, beneficios sociales, regulaciones... está pensada para un modelo en el que uno es trabajador a tiempo completo para una compañía. Un modelo que considera que la compañía tiene todos los activos y los controla.

Mi sugerencia, cuando pienso en los gobiernos, es que necesitamos reducir las diferencias... ahora mismo tenemos fuertes distinciones entre si eres un empleado a tiempo completo o a tiempo parcial o si eres freelance y tenemos diferentes regulaciones de impuestos. Tenemos que reducir estas regulaciones, si trabajas cuarenta horas o si trabajas una hora, necesitamos que se apliquen las mismas normas.

Una de las criticas de esta nueva economía es la precarización laboral.

Exactamente. Cuando la gente hace esa crítica me parece una vision miope porque la gente parece que está tratando de decir que que la economía colaborativa está arruinando el mercado laboral. Pero, espera un segundo. Tenemos toda clase de empresas que durante los últimos 20 años están haciendo todo lo posible para tratar de no pagar todos sus impuestos. No es una idea nueva. Hay un cuadro muy utilizada en Estados Unidos que es la gráfica de la productividad laboral frente a los salarios. La productividad laboral está subiendo desde 1970, mientras que los sueldos se mantienen planos. Lo que nos dice que es que esto no tiene que ver con la economía colaborativa, sino con el capitalismo y cómo el sistema de incentivos impositivos ha sido creado. Tenemos que repensar el sistema fiscal.

Otra de las críticas es la del pago de impuestos. En el caso de España, una de las grandes luchas de la industria hotelera contra plataformas de alojamiento es por esto.

Las empresas tienen que pagar impuestos, esto tiene todo el sentido del mundo y esto está fuera de debate. La cuestión es cómo hacemos más sencillo para que la gente pueda pagar esos impuestos. En vez de hacerlo de una forma muy complicada rellenando muchos formularios, que se haga de forma más sencilla y rápida

Hablemos también de la normativa relativa a la seguridad, que también tiene que ver con esto. Una de las cosas que la industria hotelera y los taxis aseguran es que a ellos se les aplican normativas que no se aplican a Airbnb y a Uber, por ejemplo. Me preocupan mucho la salud y la seguridad pública, pero hay que observarlo todo con una perspectiva más abierta. Así, si pensamos en un hotel y en mi habitación, mi casa ha tenido que cumplir unos estándares de construcción y ocupación. No quiero que le pase nada a mi hija de dos años, así que, si es seguro para mi hija de dos años por qué no va a serlo para alguien más. 

Cuando hablamos de esta nueva economía y utilizamos la denominación de colaborativa a veces la gente considera que dentro de esta solo puede haber actividades sin ánimo de lucro. ¿Qué es la economía colaborativa?

No utilizo el término sharing economy  (economía del compartir) por ese problema que tiene la gente con el término. Si pensamos, por ejemplo, en Zippcar, nadie tiene duda de que es carsharing porque un coche es compartido entre 30 ó 40 personas y ellos están pagando por ello. Así que, cuando la gente argumenta que cuando hay dinero de por medio no es este tipo de economía, creo que esto es profundamente incierto. La otra parte que no me gusta del término es que la gente piensa que es solo de persona a persona y solo objetos físicos. Pero aunque es cierto, esto solo corresponde a un pequeño subsector. Por eso prefiero el término collaborative economy (economía colaborativa) y no sharing economy.

Por ejemplo, ¿podemos considerar a Uber economía colaborativa?

Me gustaría poner más perspectiva en la historia. ¿Ha hecho Uber cosas mal? Sí, absolutamente, ha incumplido algunas normas y también ha dejado de pagar algunos seguros, pero también han hecho otras otras que son excelentes. Ahora hay unos 500.000 personas, puede que más, que pueden hacer dinero por ellos mismos sin tener que estar empleados o desempleados. Miremos específicamente en lo que está mal, y no la compañía en general.

Lo compararía con que si se piensa en el capitalismo, al comienzo de las industrialización los niños trabajaban siete días a la semana y luego nos dimos cuenta y vimos que no era una buena norma que los niños trabajaran. Hay cosas que hay que arreglar, por supuesto, pero miremos a la cosas concretas que están mal y no a lo general. Si los gobiernos nos quieren hacer que veamos la economía y el empleo de la forma anterior, nos están diciendo que como individuo no puedes tener el control de tu salud económica, que un jefe te tiene que contratar o no contratar, pero que tú personalmente no tienes ese poder de decisión.

En este entorno, hay algunas compañías que se han puesto en contra, otras que han entrado en negocios con plataformas, como Avis que compró a Zipcar en 2013. ¿Cuál es el papel de las empresas tradicionales?

Creo que todo lo que pueda ser una plataforma se va a convertir en una plataforma porque es económicamente irresistible. Ganas dinero con bienes que están fuera de la compañía y es más económico, eres más eficiente a nivel de recursos. Creo que todas las antiguas compañías están desesperadas pensando en cómo van a conseguirlo. Mi consejo es que deben hacer lo que solo una empresa puede hacer y no puede hacerlo un individuo. Si piensas, por ejemplo, en Airbnb, la plataforma está haciendo el seguro, la comunicación, la gestión de los pagos, la aplicación moderna, el marketing... pero deja al individuo que lidie con la parte local y la customización.

Estamos hablando del futuro, pero ¿cómo de lejos es el futuro?

El futuro es ahora. En agosto vi en una presentación una diapositiva con cuáles eran las compañías más grandes ahora y hace veinte años, ocho de las 20 eran ahora empresas de tipo plataforma. Está ocurriendo ahora. Miro a las viejas compañías y no hay sitio ya para las empresas totalmente integradas. La economía colaborativa es aquella donde la gente y los activos están fuera de la empresa y no dentro. Tú no controlas a la gente y a los activos, tú eres el centro de actividad y ofreces el valor que necesitan.

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