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Del bitcoin a la nueva criptomoneda venezolana: guía para saber qué son las divisas electrónicas y para qué sirven

La bitcoin es la criptodivisa más conocida.

Marta Garijo

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este domingo que planea crear una criptomoneda que quiere llamar petro. El mandatario aseguró que el petro les “va a permitir avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país” y añadió que para llevar a cabo este desarrollo creará un observatorio nacional de blockchain. Aunque todavía no hay muchos detalles de esta nueva moneda, Maduro aseguró que estará respaldada por el petróleo y el gas del país. Hasta que conozcamos más datos sobre el proyecto, hacemos un repaso sobre qué son las criptomonedas y para qué sirven.

¿Qué es una criptomoneda?

Es una moneda virtual. La más conocida (y una de las más antigua) es el bitcoin que nació en 2009 desarrollada por Satoshi Nakamoto (nombre ficticio de su desarrollador o desarrolladores) . Esta moneda se basa en la tecnología blockchain, o cadena de bloques, que permite que se hagan transacciones de forma descentralizada sin que exista un banco central que gestione la política monetaria o que pueda en un momento dado sostener la cotización. El valor de las criptodivisas se fija en el mercado en función de la oferta y la demanda, pero no hay detrás un organismo como puede ser el BCE o la Reserva Federal.

De hecho, el bitcoin está estos días en el ojo del huracán por su fuerte repunte que le ha llevado a superar los 11.300 dólares, lo que supone que su valor se haya multiplicado casi por doce en lo que va de año (cerró 2016 con una cotización de 968 dólares). Esto ha llevado a que aumenten las voces que alertan de la existencia de una burbuja en el bitcoin. Uno de los últimos ha sido el premio Nobel de Economía, Robert Schiller (que precisamente fue galardonado por sus estudios en este campo) al comparar el comportamiento de el bitcoin con el de burbujas pasadas. Algo que ya habían dicho algunos grandes banqueros de inversión, acusados por otros de querer desestabilizar su valor.

¿Solo existe el bitcoin?

No. En la plataforma coinmarket puede verse la cotización de más de 1.300 monedas de este tipo con nombres tan diferentes como Populos, PinkDog o Vulcano. En total, tienen una capitalización conjunta de casi 343.700 millones de dólares, según la misma plataforma. Aunque el bitcoin es la que mueve más dinero, con un capitalización de 190.000 millones de dólares tras la que se encuentra el ethereum, cuya importancia está creciendo en los últimos tiempos. A diferencia del bitcoin que tiene un límite de 21 millones de unidades que se pueden crear, el etherum no tiene este límite.

¿Quién controla las monedas electrónicas?

Las monedas electrónicas no están controladas por ningún banco central, son una moneda descentralizada, cuyo valor se basa en la oferta y la demanda. Esto puede tener como consecuencia fuertes oscilaciones del valor. Si la gente decide que esta criptomoneda no vale nada y empieza a vender, su valor se puede desplomar en cuestión de minutos. Y al revés si consideran que vale muchísimo. Aquí no vale el bazuca de Draghi, ni el helicóptero de Bernanke.

Entre las críticas que ha recibido este tipo de monedas, sobre todo el bitcoin, es que su utilización ha estado ligada a actividades delictivas y al blanqueo de capitales. La posibilidad de hacer operaciones en un entorno no regulado ha permitido que se dieran este tipo de actividades. La tecnología de bloques permite que cada unidad tenga un código asignado y el sistema de bloques funciona como un libro contable que registra los movimientos que se hagan movimientos, pero que a la vez también permite que los usuarios se mantengan en el anonimato.

Los supervisores bursátiles advirtieron a mediados del mes pasado de los riesgos que supone invertir en criptomonedas. El supervisor bursátil europeo, Esma, señalaba a las ofertas iniciales de monedas o tokens, que se conocen en la jerga del sector por sus siglas ICO, que responden a Initial Coin Offerings. Estas operaciones sirven para la captación de fondos, en vez de emitir bonos las empresas emiten estas criptomonedas o tokens. El organismo advierte de la “volatilidad” de la inversión y de que el inversor puede tardar mucho tiempo en recuperarla, en caso de hacerlo.

¿Qué tiene que ver el observatorio de blockchain que prepara Venezuela con las criptomonedas?

blockchainEsta tecnología de bloques, como ya hemos comentado antes, es la base de estas monedas virtuales. La cadena de bloques recibe esta denominación porque toda la base de datos está distribuida entre diferentes participantes, está protegida criptográficamente y organizada en bloques de transacciones de relacionados entre sí matemáticamente. Si hay un cambio en uno de los registros, este aparece en el resto.

Esta tecnología no solo permite el desarrollo de las criptomonedas, sino que tiene aplicaciones en ámbitos tan diferentes como la banca, la salud o la energía. De hecho, es una de las tecnologías en la que más inversión están realizando las grandes corporaciones que ven que gracias a ella podrán realizar transferencias de forma más rápida y segura o trabajar con historiales médicos. A la vista del usuario, la cadena de bloques es algo así como las www de Internet, algo que facilita la vida pero que no es perceptible a la vista.

¿Hay algún otro país en el mundo que tenga una criptomoneda?

Hace unos meses corrió como la pólvora por Internet que Estonia se preparaba para lanzar una criptomoneda con el nombre de estcoin. Un post de Kaspar Korjus, el director del programa e-Residency estonio (una suerte de programa para favorecer la digitalización del país), hizo una propuesta de crear esta criptodivisa y se volvió viral. Pero aunque en muchos lugares se entendió como una propuesta oficial del país, parece que era más bien un escenario hipotético planteado por Korjus, señala el diario económico FT.

Las criptodivisas todavía, y hasta que veamos si se materializa la idea venezolana, proyectos descentralizados y sin la existencia de un país detrás. Entre los retos que hay para el funcionamiento y generalización de estas criptomonedas está la regulación y el pago de impuestos. Por ahora, pueden utilizarse para hacer ciertas transacciones e incluso hay algunas pruebas para comprar en algunos comercios, el problema reside en que si esto no sigue unos patrones puede acabar creando una economía informal ajena a la economía formal.

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