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Divulgar para proteger el mar

Dos participantes en las actividades de snorkel de Plancton. / Plancton

María Muñoz

La necesidad de un empleo y la preocupación por la protección y conservación del medio marino hizo que hace Eli Bonfill y Aurora Requena formaran un tándem profesional a través de Plàncton, Divulgació i Serveis Marins, una empresa que ofrece talleres, actividades y servicios de divulgación, comunicación y educación para precisamente preservar todo el entorno marino. “Nos conocimos haciendo un máster y luego trabajamos juntas en la Asociación Catalana de Oceanógrafas y Oceanógrafos y vimos que podíamos hacer algo las dos”, explica Requena, oceanógrafa, al igual que su socia.

Decidieron instalarse en una localidad del sur de Tarragona, L'Ametlla de Mar, y desde ahí empezar a darse a conocer y contar a lo que se dedicaban a albergues, ayuntamientos, colegios y organismos de investigación. Dos años después, son varios los talleres y charlas que han impartido, los materiales divulgativos que han editado y las actividades que han realizado con el fin último de dar a conocer los fondos marinos y sus costas. “La actividad que más éxito tiene es el snorkel, aunque solo podemos realizarla desde junio a septiembre”,snorkel explica Requena, quien señala que en la zona la temperatura aún es buena y la próxima semana tendrán una nueva salida.

En estas salidas, Plàncton ofrece visitas guiadas para conocer el fondo marino. “Facilitamos el traje de neopreono, las gafas y el tubo y antes de entrar al agua damos una pequeña charla de biología marina contando las especies que se van a encontrar”, cuenta la científica. Los itinerarios duran dos horas y en todo momento los participantes están acompañados de las investigadoras que les van contando qué es lo que están viendo o dónde pueden encontrar animales poco conocidos. Las salidas se realizan siempre desde la playa, para, explican, “facilitar la confianza con el medio marino”. La ventaja frente a otras actividades acuáticas, subrayan, es que para practicar el snorkel no es necesario ni licencia ni un equipo complejo.

Fuera de temporada, cuando empieza a bajar la temperatura del agua, las actividades se desarrollan en tierra. Varias están enfocadas a niños, a quienes a través de talleres tratan de contarles que hay en el mar y en la costa y por qué hay que preservarla. “En uno de los talleres utilizamos un robot pequeño, como los que se emplean en investigación, pero a pequeña escala, lo sumergimos y luego los chavales pueden ver lo que se graba y participar en todo el proceso como si fueran ellos los investigadores”, explica Requena.

Los niños, subraya, son los que tienen mayor conciencia a la hora de saber que tienen que cuidar el mar y la costa. “Creo que en las escuelas se realiza mucha labor en este sentido”, afirma. Sin embargo, opina que aún falta una mayor concienciación por parte de las instituciones y organismos públicos. “A veces les falta la visión global de que lo que están haciendo en tierra también está repercutiendo en el mar”, afirma.

El primer año de vida de Plàncton pudieron sobrevivir gracias a los ahorros, “y que nuestra infraestructura básica no requería de una gran inversión”, ya que todo lo que ganaban lo empleaban en la compra de material. Poco a poco comenzaron a realizar algún proyecto de consultaría ambiental, además de las actividades y los talleres, y ahora otras dos personas pueden trabajar en la empresa. “Procuramos trabajar con profesionales locales”, explica. Y en época de crisis, en que las instituciones locales tienen muy mermados sus presupuestos, han recurrido al intercambio. “A veces hemos intercambiado servicios por material o la cesión de un local”, señala la oceanógrafa.

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