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Derivados financieros: tres opciones para invertir en ellos

Foto: M. B. M/Unsplash

Javier Díaz

La inversión en mercados financieros es una de las opciones más rentables para los ahorros y, para acercarse a este mundo, cada vez son más los que recurren a los productos derivados frente a las operaciones más tradicionales.

A menudo, los derivados financieros son vistos como una opción compleja, pero lo cierto es que gracias al asesoramiento de los brokers o intermediarios la iniciación en ellos es accesible para una amplia variedad de perfiles de inversores; y los servicios online de compañías como IG, líder del sector en España, permiten a cualquiera operar cómodamente desde casa y contar al mismo tiempo con la confianza del respaldo de profesionales.

A grandes rasgos, los productos derivados tienen un valor determinado por la evolución del precio de otros activos, llamados subyacentes, que pueden ser varios: acciones, índices, materias primas, bonos de deuda, divisas, criptomonedas… Además, los derivados se operan mediante apalancamiento, lo que significa que para invertir en ellos no es necesario desembolsar en un principio el 100% de su valor nominal, solamente una pequeña parte del mismo, por lo que empezando con un capital reducido se pueden obtener unos beneficios importantes.

Para comprender el funcionamiento de los derivados financieros, veamos varios ejemplos de cómo sería realizar una inversión con ellos, operando en todos los casos con:

  • El IBEX 35 como subyacente, la referencia que marcará el resultado de la inversión.
  • Una inversión inicial de 5.000€.
  • Variación del punto: 1€. Cada punto que suba o baje la cotización del IBEX, supondrá un euro de ganancias o de pérdidas.
  • Un valor nominal de la operación de 9.000€. Es la cantidad total que representa la operación, aunque el apalancamiento que caracteriza a los derivados hace posible que el capital a aportar sea menor, a diferencia de una inversión tradicional.

Con estos elementos, observamos cómo sería una operación con tres de los derivados más extendidos, CFD, barrera y turbos24.

Contratos por diferencia (CFD)

Un CFD con el IBEX 35 se salda con la diferencia entre el valor del índice al inicio de la operación y su valor en el momento de cierre del contrato, que no tiene una duración fija y puede producirse en cuanto lo decida el inversor.

Se trata de un producto apalancado, por lo que se contrata depositando una garantía inicial, de 900€ (que son devueltos al finalizar la operación) si se pacta una operación de 1€ el punto. Así, se puede abrir una posición comprando con un IBEX en 9.000 puntos y cerrarla en el momento en que alcance los 9.100 puntos, recogiendo los 100€ de beneficio.

Pero también, y esto es una de las ventajas de los CFD, si prevemos que la tendencia de la bolsa sea a la baja, se puede realizar una operación de venta con el IBEX en 9.000 puntos, y cerrarla cuando el índice caiga hasta los 8.900, obteniendo el mismo rendimiento que en la operación de compra. Esta modalidad es muy útil para operar en mercados bajistas, de otro modo mucho más adversos, y también para cubrir carteras en caso de que otras inversiones realizadas previendo alzas sean desfavorables.

Barrera

Las barrera son derechos de compra sobre un activo con un plazo determinado. Con este producto el inversor sabe en todo momento lo máximo que podría perder, al fijar esta cantidad previamente con un nivel de “knockout”.

En este caso, para operar con 1€ el punto, se paga una prima inicial de 102€ (ya que el contrato tendría un mínimo de 100 puntos de distancia con el precio de origen), un desembolso mucho menor que con los CFD.

Las compras pueden ser de tipo “call” y “put”, lo que en la práctica significa que en estas operaciones también se puede apostar al alza y a la baja. Llegado el plazo, que normalmente se establece de seis a doce meses, se obtienen las ganancias que corresponden a la subida o bajada en puntos del IBEX.

En las barrera, existe también la posibilidad de establecer un “knockout”, por ejemplo a 40 puntos de distancia de la entrada al mercado (por arriba o por debajo), por lo que, en caso de que su evolución fuese contraria a la prevista, las máximas pérdidas serían de 40€.

Turbos24

Con los turbos24, un derivado que también consiste en una opción de compra o venta sobre otro activo con un plazo fijado, se puede elegir el nivel de apalancamiento de la operación, lo que permite gestionar el riesgo de manera exacta. Los turbos24 de IG son los primeros que se pueden operar las 24 horas del día.

Para comprar 100 turbos del IBEX 35, a un precio de 1,666 € cada uno y un apalancamiento de 56 veces, las garantías a depositar serían de 167,5€. Si el índice sube 100 puntos, los turbos subirían un euro, pasando de 1,666 a 2,666€, con unas ganancias, por tanto, de 100€. Al igual que con las barrera, se puede fijar un “knockout” que ponga un freno al llegar a un nivel de pérdidas.

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