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Sangre en la orina ¿debo preocuparme?

Varios urinarios.

Mercè Palau

La sangre suele provocar casi siempre cierta alarma. Ver sangre en la orina no es una excepción. Lo que en términos médicos se conoce como hematuria, no suele ser en la mayoría de los casos un motivo de alarma importante. Pero tampoco debe ignorarse porque, de lo contrario, puede ser signo de alguna afección grave. Se calcula que entre el 5% y el 10% de todos los pacientes remitidos a urología acuden por hematuria. 

Puede ocurrir que no seamos conscientes de ello. Se habla en este caso de hematuria microhematuria, que es cuando la orina tiene su color habitual (amarilla) y solo se detecta sangre al mirarla en el microscopio. Puede suceder que la orina, en lugar de tener su color habitual, tenga un tono rosa, roja o incluso tirando a marrón. En este caso se habla de macrohematuria (lo percibimos a simple vista).

¿Por qué aparece sangre en la orina?

Las causas por las que aparece sangre en la orina pueden ser varias. Una de las más comunes suele ser la infección de orina (en condiciones normales, la orina es estéril y no debe contener bacterias). Por otro lado, los cálculos renales y vesicales pueden causar irritación y abrasión del tracto urinario, lo que lleva a una hematuria. También los traumatismos en cualquiera de los componentes del tracto urinario o de la próstata puede provocar sangre en la orina. 

Algunos medicamentos como los anticoagulantes o antigregantes pueden facilitar el sangrado de ciertos órganos, y el aparato urinario es muy sensible a ello. Este problema desaparece por sí solo. También ciertos alimentos como la remolacha o las bayas pueden darle a la orina una apariencia roja parecida a la sangre, pero esto tampoco debe ser motivo de preocupación. 

Sin embargo, la hematuria también puede ser un síntoma de una infección del tracto urinario o un trastorno más grave, como cáncer en cualquier parte de esta zona. Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la hematuria es uno de los síntomas que aparece en el 70% de los casos de cáncer de vejiga. Por tanto, nunca debe ignorarse. 

En ocasiones, pueden aparecer síntomas como escozor y al orinar, necesidad de orinar con frecuencia, presencia de coágulos, cansancio o malestar general, dolor en los costados.

Cómo se trata la hematuria

La mejor manera de tratar la sangre en la orina es tratar su causa subyacente porque, en realidad, la hematuria es un síntoma, por lo que el tratamiento se centrará en la afección que la causa. Por ejemplo, si la afección está provocada por una infección del tracto urinario, se trataría con antibióticos. En algunos casos, como sangrado pese a los antibióticos o sangre visible en ausencia de infección, puede ser necesario realizar otras pruebas y evaluaciones. Algunas de las que destaca la Asociación Británica de Cirujanos Urológicos (BAUS, por sus siglas inglesas) son buscar antecedentes clínicos (enfermedades previas, medicación previa traumatismos, hábitos tabáquicos, cirugías previas, etc.); un examen físico o un análisis de sangre (si ya no se ha realizado). 

La Asociación Española de Urología (AEU) añade una ecografía urológica en busca de células cancerosas, litiasis o agrandamientos prostáticos; citología de orina para buscar células anormales en la vía urinaria; TAC, que da información más precisa que la ecografía y de posibles patologías ureterales); cistoscopia (permite visualizar la uretra y la vejiga); otras pruebas como resonancia nuclear magnética, urografía intravenosa, etc.

Para los cálculos renales, el tratamiento es farmacológico, aunque este dependerá del tamaño y la localización de los cálculos. En algunos casos puede ser necesaria la litotricia extracorpórea por ondas de choque o cirugía endoscópica. Ante un caso de hematuria por un traumatismo, el reposo y la ingesta de abundantes líquidos es el tratamiento indicado. Los tumores del aparato urinario precisan cirugía.

Es difícil distinguir de manera fácil si la sangre se origina en los riñones, los uréteres (conductos que transportan la orina desde los riñones a la vejiga), la vejiga o la uretra. Cualquiera que sea el caso debe evaluarlo un médico, incluso si se resuelve de manera espontánea. 

Como recuerda Eva García Fernández, especialista del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, no debe confundirse el sangrado en la orina con otras hemorragias procedentes de otras zonas como la vagina, el recto, la vía espermática o zonas cutáneas del área anogenital. En función del origen del sangrado, el tratamiento será uno u otro.

El objetivo de las pruebas es doble. Por un lado, determinar si existe una anomalía de la vejiga y, por otro lado, evaluar el tracto urinario superior (riñones y uréteres). Es muy importante acudir al médico en cuanto se observe sangre en la orina. Él será el que, en función de parámetros como la intensidad o la gravedad, los antecedentes y otros aspectos como la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, decidirá cuál es la prueba más indicada. 

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