Madrid contará con una residencia especializada en trastorno mental grave para personas mayores
El 46% de la población española manifestó un aumento del malestar psicológico durante el confinamiento, y un 44% señala que ha disminuido su optimismo y confianza, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Del estudio Salud mental y Covid 19, un año de pandemia, se deduce que la COVID ha supuesto un factor desencadenante de problemas de salud mental, especialmente los relacionados con trastornos de ansiedad y de estado de ánimo, que son los más frecuentes en la población general y han aumentado en aquellos con mayor vulnerabilidad o menores elementos de protección.
Esto se ha manifestado, por un lado, en aquellas personas con trastorno mental previo, que han requerido un aumento de la medicación. Así lo demuestra un estudio publicado en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría realizado por Daniel Navarro Bayón, Francisco Ballesteros Pérez, María Ángeles Romero Carmona y Miguel Simón Expósito, doctor en Psicología este último que destaca que “con más de 700 pacientes con trastorno mental grave, se encontró que en el 20% de los casos se había incrementado la medicación durante la primera ola de la pandemia”.
Por ello, Simón Expósito, también director de Innovación y Relaciones Institucionales de Grupo 5, ha llegado a la conclusión de que se hace más imprescindible que nunca un centro especializado en la atención a personas mayores con trastornos mentales graves y muy discapacitantes: esquizofrenia, trastornos psicóticos o trastornos de tipo bipolar. Sobre todo, argumenta Simón Expósito, “cuando, como consecuencia de su envejecimiento u otros motivos, presentan, además, dependencia o trastornos somáticos que hacen necesaria una intervención especializada”.
Si este servicio es único en España y esta atención no se presta en las residencias para personas mayores existentes en la actualidad, ¿qué ocurre con nuestros mayores con trastornos mentales cuando tienen que ir a una residencia geriátrica para que les cuiden?
Dejar de tener tratamiento psiquiátrico especializado
Arroja luz para dar a conocer su realidad Luis Agüera Ortiz, el último presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría y profesor de psiquiatría en la Universidad Complutense, además de Jefe de Sección del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario 12 de Octubre.
Resume que el problema de muchas personas mayores que tienen un trastorno crónico desde su juventud es que, “cuando entran en una residencia estándar, suele disminuir la accesibilidad real al tratamiento psiquiátrico especializado que tenían en su centro de salud mental o a sus especialistas, y pasan a tener seguimiento del médico de la residencia, que no es especialista en psiquiatría”.
Lo cual, teniendo en cuenta que padecen trastornos mentales graves y persistentes, “disminuye el nivel de calidad de atención a estas personas”, lamenta. Por esa razón, Grupo 5 ha escogido a Agüera Ortiz como asesor científico para formar y ayudar en el diseño puramente médico especializado de esta residencia, “donde pretenden trasladar toda su experiencia a personas mayores para que haya un equipo que les haga el seguimiento y no se les acabe la atención psiquiátrica a los 65 años”, explica el experto.
En su opinión, este Centro Grupo 5 Puerta de Hierro, que se suma a la red de residencias privadas de salud mental ubicadas en los distritos de Mirasierra, Canillejas y Latina, en las poblaciones de Alpedrete y Sevilla la Nueva en Madrid, y Mérida en Extremadura, supone una “experiencia pionera” al abrir una residencia poniendo el foco en la atención psicopatológica de los mayores y ofreciendo cuidados de atención a su dependencia.
“Se trata de un centro único en España”, coincide Simón Expósito, el primer centro especializado de salud mental y geriatría, en el que se han invertido más de 2,5 millones de euros para ofrecer 43 plazas residenciales dentro de sus 1.600 m2 con la intención de cubrir la demanda de las personas con trastorno mental grave cuando aparecen situaciones de dependencia ligadas a la edad o a otras circunstancias temporales o permanentes.
Un equipo que marca la diferencia
Para atender a todos esos pacientes, se generarán más de 40 puestos de trabajo directos, entre los cuales destaca un equipo transdisciplinar compuesto por profesionales de Psiquiatría, Terapia Ocupacional, Psicología, Enfermería e Integración social, entre otros. “El diseño de ese equipo es lo que diferencia a este centro de una residencia estándar, en la que no hay un equipo tan completo de atención a las personas mayores”, confirma el asesor Agüera Ortiz.
Además, la residencia dispondrá de servicios de apoyo domiciliario, apoyo sanitario, adherencia al tratamiento y cuidado de la salud física, siempre con el objetivo de combatir la desvinculación con el tratamiento psicológico y psiquiátrico especializado para que no los pierdan a partir de los 65.
El doctor en Psicología detalla que, en este tipo de centros, “se proporciona una atención integral que abarca la cobertura a sus necesidades sanitarias de tipo físico y de su psicopatología, con control de su medicación y su estado clínico en general”.
Además, en caso necesario, añade, “se presta cobertura a las necesidades básicas de su vida diaria en las que el usuario se encuentre limitado por su edad o dependencia: higiene y aseo, alimentación, etc.”.
De manera complementaria, prosigue, “se trabaja la recuperación de habilidades y la integración en la comunidad de las personas residentes, al tiempo que se mantiene su vínculo familiar y social y se proporciona soporte a la familia”.
Igualmente, se procura atención a la necesidad de estancia temporal por razones de dependencia transitoria, en los casos en los que la persona presente situaciones puntuales que requieran apoyo para la realización de sus actividades básicas de la vida diaria, como consecuencia, por ejemplo de intervenciones quirúrgicas, o pérdida de apoyo temporal de los cuidados, por ausencia de la familia, por citar dos casos.
La familia también recibe apoyo
En ese sentido, la residencia organiza el apoyo a las familias y cuidadores principales para que lleven mejor la situación de su ser querido dependiente, proporcionando la posibilidad de respiro familiar e información realista sobre la enfermedad. Incluso la asisten mediante el asesoramiento y la formación de los allegados en el manejo de conductas problemáticas o en el desarrollo de las habilidades necesarias de comunicación y cuidado del familiar.
Para todos los pacientes, la idea es “huir de aquellas salas de geriatría clásicas de los hospitales psiquiátricos, se trata de hacer algo más moderno y humano, siguiendo los requerimientos y parámetros actuales”, concluye el expresidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría.