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Así rompe barreras sociales la educación superior en línea

Desfile de doctores durante una graduación de UNIR.

La digitalización es una respuesta a las demandas de la sociedad. Una de las más estratégicas es la de educación superior, porque incide directamente en el desarrollo económico y social. Según la OCDE, los adultos con educación universitaria entre 25 y 34 años ganan un 38% que los que solo tienen secundaria. Esta cifra sube al 70% entre las personas de 45 y 54 años. (Informe “Educación de un vistazo 2019).

En EE UU, Obama destinó una inversión de 100.000 millones de dólares para formación TIC y otros 400.000 millones en digitalización. Gracias a ello se crearon 15 millones de puestos de trabajo y aumentó el PIB un 4,1%. 

Aplicada a la educación superior, la tecnología digital va a potenciar su carácter de palanca de progreso económico y social. Porque la oferta educativa actual no puede atender a la creciente demanda de estudiantes en los países emergentes.  

En 2018, el 44 % de las personas entre 25 y 34 años de los países de la OCDE poseía un título universitario; diez años antes esta cifra solo era del 38%. La población de adultos con un grado universitario se ha expandido y ha contribuido sobremanera a este crecimiento. 

Crecerá la demanda de educación universitaria

Se prevé que América Latina pase de los actuales 30’4 millones de estudiantes. a 65’6 millones, en 2040, según un informe del grupo de estudios Población y Sociedad. El número de estudiantes por cada 100.000, casi se duplicará, al pasar de 4.500, en 2020, a 8.674 en 2040, según el estudio Massification of Higher Education revisited.

Sin embargo, la oferta educativa actual no va a poder atender a tal volumen de demanda. En Ecuador, actualmente 100.000 estudiantes anuales que superan la prueba de selectividad no tienen plaza en la educación superior. 

Solo la modalidad de enseñanza virtual puede cubrir esa laguna. Se prevé que en el 2040 haya un importante incremento de estudiantes en línea en alguna de las áreas con incremento de población (Pacífico y Este de Asia llegará a tener 38’6 millones de estudiantes en universidades virtuales; y América Latina 9’8 millones), según el Grupo de estudios Población y sociedad.

Llegar donde no llega la universidad presencial

La ventaja de la formación virtual es que llega a donde no llega la universidad presencial, sobre todo en países emergentes. Le ha cambiado la vida a miles de personas que antes no tenían la posibilidad de acceder a una universidad tradicional.

Una Universidad digital puede lograr que muchas de esas personas progresen social y económicamente. Reduce las desigualdades sociales, especialmente graves en Latinoamérica. Como consecuencia, facilita la inclusión de aquellas personas que quedaron apartadas de la educación superior convencional.

“La digitalización de las universidades les ayuda a seguir cumpliendo su misión como vehículos de inclusión e igualdad”, afirma el rector de la Universidad Internacional de La Rioja, José María Vázquez García-Peñuela.

Romper barreras físicas y de comunicación

En otros casos, la formación virtual salva obstáculos geográficos y permite que personas que viven en lugares remotos y carecen de buenas comunicaciones puedan estudiar.

Es el caso de Olivia Bailarín, maestra y miembro de una comunidad aborigen de las montañas de Antioquia (Colombia). Se graduó en el máster de Educación Inclusiva e Intercultural de UNIR. Para obtenerlo, debió emprender durante un año una caminata mensual de tres días hasta llegar al centro donde podía acceder a internet y seguir las clases de esta universidad. De no contar con la tecnología digital no hubiera podido hacer el máster.

“Las universidades en línea son una palanca de progreso de las sociedades, y muy especialmente en Iberoamérica” subraya el rector de UNIR. 

Una educación de calidad, inclusiva y sin barreras

Proeduca, matriz de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), considera que la función social de la Universidad es crucial para el progreso tanto personal como de la sociedad en su conjunto. Por eso impulsa una educación de calidad, inclusiva y sin barreras.

  • Contribuye al crecimiento personal y profesional: Los estudiantes de Proeduca, que tienen una media de 35 años y en su mayoría con responsabilidades familiares y laborales, aseguran que acceder a una educación superior les ha cambiado la vida y les ha permitido mejorar en la sociedad.
  • Al 68% de los graduados de América Latina, la formación recibida en la UNIR les permitió mejorar sus condiciones laborales. 
  • En el 61% de estos casos, lograron una mejora salarial, y en el 40%, tuvieron un ascenso en sus trabajos. 
  • Un 36% lograron cambiar de empleo tras graduarse, y encontraron encontrar mejores condiciones laborales. Algo más de la mitad lo hizo al año siguiente a finalizar su formación.
  • Es un recurso de progreso social para países que necesitan profesionales para crecer y desarrollarse en las diferentes áreas.

Eugenia Medina Torregrosa, ecuatoriana de 51 años, cursó el Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos (RRHH) en la Universidad Internacional de la Rioja. Era psicóloga industrial, pero su padre la animó para que se labrara una carrera más ambiciosa y Eugenia hizo el posgrado a distancia, al tiempo que trabajaba, y llegó a la cúpula directiva de Price Waterhouse Coopers (PwC). 

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