El turismo se convierte en aliado de los ecosistemas con un plan de restauración ambiental
La firma mallorquina RIU Hotels & Resorts ha dado un paso significativo en su estrategia de sostenibilidad, Proudly Committed,con el anuncio de dos nuevas alianzas destinadas a preservar la biodiversidad en Andalucía; las primeras de la cadena en este ámbito dentro de la región.Las entidades con las que RIU ha forjado alianzas son la Asociación HyT (Hombre y Territorio) y la cooperativa Ecoherencia;organizaciones que cuentan con una sólida trayectoria en iniciativas de protección ambiental.
Respecto al trabajo conjunto con Ecoherencia, este se enfocará en la recuperación de zonas dunares y salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz, un enclave que presenta deterioro. El proyecto será implementado con el respaldo de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz, además del Parque Metropolitano de los Toruños y la Algaida. Entre las acciones previstas se encuentra la retirada de especies vegetales invasoras, la reintroducción de flora autóctona adaptada al ecosistema dunar, y la instalación de captadores de arena. Desde RIU Hotels & Resorts confirman que se pondrá especial atención en la mejora de hábitats de nidificación para especies de aves protegidas como el chorlitejo patinegro y el charrancito, ambas incluidas en directivas europeas de conservación.
Por otro lado, la actuación prevista junto a la asociación HyT tiene como eje la regeneración de la posidonia oceánica, una planta marina endémica del Mediterráneo cuya presencia es vital para la salud ecológica de las costas. Este proyecto se llevará a cabo en el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, concretamente en la franja litoral correspondiente a la provincia de Málaga. La iniciativa contempla la plantación de esquejes de esta fanerógama marina para favorecer su recuperación, así como la creación de jardines de coral naranja, una especie endémica amenazada. Además del componente restaurador, el programa incluirá acciones de sensibilización dirigidas a la comunidad local, con el objetivo de fomentar un modelo de gestión que garantice la conservación a futuro.
Sendos proyectos tendrán una duración mínima garantizada de tres años, lo que constituye un compromiso duradero. Desde la cadena hotelera aseguran que este plazo les permite implementar estrategias de restauración con rigor científico y evaluar su efectividad a lo largo del tiempo. La continuidad del trabajo, además, posibilita la adaptación de las medidas en función de los resultados y las necesidades detectadas sobre el terreno. En este sentido, RIU ha optado por un enfoque basado en el impacto medible y sostenido, con un horizonte temporal que permite generar redes de cooperación entre actores locales e instituciones públicas y privadas.
El ‘know-how’ sobre el terreno
La Asociación Hombre y Territorio, constituida en 2003, cuenta con un equipo técnico especializado en ecología marina y terrestre, y trabaja en sinergia con universidades, administraciones públicas y entidades sociales. Su metodología se basa en la integración del conocimiento científico con la participación ciudadana, lo que facilita el diseño de programas de conservación efectivos y adaptados al contexto local. En el caso del litoral malagueño, su experiencia previa en cartografía submarina, evaluación del estado ecológico y gestión de reservas marinas aporta un valor añadido a la intervención respaldada por RIU. Al mismo tiempo, este apoyo le permite a la organización ampliar el alcance de su actuación y afianzar su presencia en espacios protegidos clave del sur peninsular.
Por su parte, Ecoherencia es una cooperativa sin ánimo de lucro fundada en Jerez de la Frontera en 2012, cuya actividad se ha consolidado en ámbitos tan diversos como la agroecología, la educación ambiental y la restauración de hábitats degradados. Su enfoque combina innovación social con una base científica rigurosa, promoviendo cambios estructurales en el modo en que las personas y organizaciones interactúan con el entorno natural. En el marco del proyecto con RIU, la entidad pretende convertir la intervención en el Parque Natural Bahía de Cádiz en un modelo replicable para otras áreas con problemas similares. Asimismo, contempla la implicación de voluntariado ambiental y de centros educativos como parte del proceso de sensibilización comunitaria.
Proyectos en zonas que no son aleatorias
Tanto el Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo como el Parque Natural Bahía de Cádiz tienen dos características comunes: presentan un elevado valor ecológico y están sometidos a una presión humana creciente, que amenaza su equilibrio. En el caso de la Posidonia, la regresión de sus praderas ha sido documentada por el Instituto Español de Oceanografía, que atribuye este fenómeno al fondeo de embarcaciones, el cambio climático y la contaminación. Por su parte, las zonas dunares del litoral gaditano han sufrido procesos de urbanización, acumulación de residuos y pérdida de cobertura vegetal, afectando directamente a la fauna aviar. Las intervenciones previstas actúan sobre estos factores con un enfoque técnico fundamentado.
RIU Hotels & Resorts cuenta con cuatro establecimientos en Andalucía, ubicados en áreas costeras que, por su ubicación, se benefician directa o indirectamente del buen estado de los ecosistemas marinos y terrestres. Esta vinculación geográfica justifica su implicación en iniciativas de protección ambiental en los entornos donde opera. Según datos de 2024, la cadena recibió a más de seis millones de clientes en sus 98 hoteles distribuidos en 21 países, lo que le otorga una posición relevante dentro del sector turístico internacional. Desde hace varios años, ha iniciado una línea de trabajo centrada en integrar criterios ambientales y sociales en su actividad, bajo la etiqueta Proudly Committed, con la que pretende reforzar su papel como agente transformador del turismo responsable.
