Más cultura y menos botellón: Vía libre a los menores en las salas de conciertos
Extremadura incorpora un cambio legislativo que reconoce que las salas de conciertos son recintos de expresión cultural, y por lo tanto los menores de edad tienen derecho a asistir a los espectáculos en directo que antes tenían vetados.
Se trata de una propuesta de cambio de ley de Podemos para permitir la presencia de menores, bajo determinadas condiciones, que salió adelante este jueves en el pleno de la Asamblea de Extremadura por unanimidad.
Las limitaciones
El cambio legislativo permite a los mayores de 16 años el acceso a estos recintos sin tener que estar acompañados. Los chavales de entre 14 y 16 años podrán acceder solo durante el tiempo del espectáculo. Eso sí, acompañados de mayores. Además los locales deben garantizar que no se fomenta la publicidad de alcohol durante el espectáculo.
Supone la modificación de dos artículos de la leyes de convivencia y el ocio, y la de prevención y control de la venta y publicidad de bebidas alcohólicas. La idea nace de una iniciativa ciudadana de la Plataforma Menores en los Conciertos. l portavoz de la plataforma ciudadana, Manuel Márquez Zurita, explicó en declaraciones a Canal Extremadura Radio que se da la paradoja de que la ley insta a favorecer la participación de los jóvenes en la vida social y cultural, mientras impide el acceso a las salas de los menores.
Tras varios años de vigencia, la Ley de Convivencia y Ocio no ha frenado fenómenos como el ‘botellón’ y el consumo masivo de alcohol entre los menores en las plazas y calles. Frente a esto la plataforma aboga por ampliar las opciones de ocio y cultura de los menores extremeños. Y las propuestas musicales y artísticas que llegan a las salas son eso, cultura.
Alternativas al botellón
El Consejo de la Juventud de Extremadura apoya la medida y aboga por el fomento de actividades creativas desde las edades tempranas. Comenta su presidenta, Elena Ruiz, el caso de bandas con músicos menores de edad que tampoco podían tocar en las salas porque tenían restringido el acceso.
Así reclaman una apuesta real y alternativas de ocio competitivas para los chavales. El objetivo, que tengan que elegir entre la actividad cultural o de ocio o el botellón.
Señala en este sentido Elena Ruiz que la solución no puede ser ofrecer fiestas por las tardes, cuando los botellones son en horario de noche. Más allá de las medidas coercitivas, apuestan por sensibilizar y ofrecer alternativas desde la educación, mostrando valores saludables y diferentes a las borracheras.
