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Viaje al volcán de Extremadura

Volcan El Gasco

Pilar Armero

Hace la friolera de entre uno y dos millones de años chocó un meteorito contra las montañas de Las Hurdes, fundió las rocas y las convirtió en piedras volcánicas que saltaron en toneladas de pedazos. Ocurrió concretamente en el término municipal de Nuñomoral, junto a la alquería de El Gasco, donde durante años los vecinos han estado utilizando esas piedras volcánicas para hacer pipas de fumar, reproducir en miniatura las típicas viviendas hurdanas y hasta para vendérselas a fabricantes de pantalones vaqueros cuando en los 80 se puso de moda el deseado efecto del lavado a la piedra.

Más allá de ese aprovechamiento económico, aquel fenómeno hizo que Extremadura contase con un primer Lugar de Interés Científico, el volcán de El Gasco, uno de los destinos más singulares que incluir en el recorrido de los viajeros por la región. La petición de esa distinción para este paraje llegó en 2003 y fue respaldada a nivel nacional por instituciones y organismos de la importancia de la Sociedad Geológica de España, la de Defensa del Patrimonio Geológico y Minero o el Laboratorio de Geología Planetaria, entre otros.

En realidad no se trata de un volcán propiamente dicho, sino de un cráter de unos 50 metros de diámetro que se formó por el impacto del meteorito. Situado en una zona de acceso complicado, al atractivo que por sí mismo ofrece la huella de un fenómeno de estas características, se le suma un impresionante paisaje de bosque hurdano a base de madroños y pequeñas encinas, salpicados por musgo y líquenes. Por si fuera poco, desde este paraje se puede alcanzar la cascada de la Meancera que tiene ni más ni menos que una altura de 100 metros que sobrecogen a quien la descubre.

Reservas de orquídeas y narcisos

Han tenido que pasar 11 años para que Extremadura sume nuevos lugares de Interés Científico a su oferta de naturaleza. Fue a finales del año pasado, 2014, cuando la Junta declaró de golpe y porrazo otros siete más: la Cañada de Sierra Calera en La Morera; la Sierra de los Olivos en Los Santos de Maimona; El Guapero en Navalvillar de Pela; la Dehesa del Rincón de Mirandilla; El Sierro de Almaraz; Piedra Furada en Olivenza y Sierra Utrera en La Zarza.

 Comparten título con el volcán de El Gasco, aunque lo que les distingue en este caso es que son escenarios en los que crecen variedades muy especiales de orquídeas y narcisos que se encuentran en los catálogos de especies amenazadas.

Si a bote pronto y sin más explicaciones a uno le proponen que visite un Lugar de Interés Científico es posible que la opción no suene especialmente apetecible. Sin embargo, cuando se conocen los secretos que guardan se convierte en una de las propuestas más interesantes que los viajeros pueden incluir en la agenda de destinos por recorrer dentro de Extremadura. Sobre todo si buscan opciones distintas.

 

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