“¡Cómo me van a decir a mí que si estoy votando al PSOE estoy votando a los terroristas! Si yo en los años ochenta iba a muchos funerales en el País Vasco por guardias civiles asesinados y nunca vi allí ni a Aznar ni a Mayor Oreja, ni a ninguno de éstos. Ni a Savater ni a ninguno. ¡Si allí nada más que íbamos Txiqui Benegas y yo! ¿Por qué? Porque entonces mataban a policías y a guardias civiles, y a algunos militares, y allí no aparecía nadie.
Eso sí, bastó que empezaran a matar a algún profesor de universidad, a algún periodista, y entonces ya algunos le vieron las orejas al lobo y empezaron a cambiar su actitud. Pero cuando mataban a guardias civiles en los años 80, que eran cien al año, y les sacaban por la puerta de atrás de los gobiernos civiles para que no se viera ni siquiera la caja del cadáver, a Fernando Savater yo no le veía nunca en un funeral. Sí le leí en el entonces diario 'Egin', de Batasuna, artículos diciendo que había que darle a los vascos el derecho de autodeterminación. (…) Ahora se viene de esta parte porque le amenazaron. ¡Bienvenido!, pero póngase por detrás, por favor, porque ponerse en primera fila molesta”.