El mensaje de que la crisis ya ha terminado, y que tan presente ha estado en los discursos de todas las primeras espadas representativas del sistema capitalista, se está empezando a resquebrajar.
Desde distintos ámbitos (incluido el sindical) ya pusimos en cuestión estas afirmaciones entendiendo que la crisis económica no era una más del ciclo habitual de la economía, sino que era una crisis sistémica. Entendíamos que era una crisis provocada por el agotamiento del actual sistema económico y por su incapacidad para dar respuesta a las distintas problemáticas a las que, en la actualidad, nos enfrentamos: crisis económica, crisis ecológica y crisis de cuidados.
Ha tenido que ser la crisis de algunas empresas representativas del tejido productivo vasco (TRW, Arcelor Mittal, Productos Tubulares…) la que de golpe nos haya abierto los ojos a la gran mentira que nos estaban contando.
La situación de estas empresas (todas ellas multinacionales) es la que ha asaltado, sin permiso y de sorpresa, los titulares de todos los medios de comunicación y la que ha puesto imágenes y nombres a una situación que muchos trabajadores y trabajadoras de PYMES estaban sufriendo y, que por su escasa relevancia, no llegaba a los mass media.
Sin embargo, no podemos olvidar que la situación de estas grandes empresas no es exclusivamente suya, sino que afecta también a las contratas de las empresas principales y , por tanto, tiene un tremendo impacto social y económico en pueblos y comarcas afectadas. El “divide y vencerás” aplicado por el capitalismo en las últimas décadas se ve abiertamente en estos conflictos. Mientras que todo el mundo se preocupa por los puestos de trabajo indefinidos, nadie habla de la situación de las contratas, ni de los y las eventuales que seguramente despedirán en Avilés si Arcelor Mittal consigue llevar adelante sus planes. Es un reto del para el sindicalismo el abordar de manera conjunta y global estos conflictos, sin aceptar la categorización de la clase trabajadora impuesta por las grandes empresas.
Al mismo tiempo, esta situación ha demostrado que tanto la actuación del gobierno vasco como la del navarro durante estos años de crisis han sido desacertadas. Han empleado su tiempo y el dinero público en buscar soluciones inmediatas y rápidas que le sirvieran de propaganda y le reportasen resultados electorales. Sobra decir, que ni se les ha pasado por la cabeza establecer cauces de participación que posibilitasen a la ciudadanía opinar sobre qué modelos socio-económico sería el óptimo.
Todo lo contrario, durante este periodo de crisis ambos gobiernos han profundizado en muchas de las causas que nos han traído estas nefastas consecuencias. No es casualidad que las empresas que han puesto de relieve esta cruda realidad sean todas multinacionales. Empresas que juegan con las vidas y proyectos de miles y miles de personas como si de un juego de rol se tratase, cerrando fábricas en una parte del planeta para abrirlas en otro con un único objetivo: engordar su cuenta de beneficios.
Uno de los pilares de la política industrial del Gobierno Vasco y del Gobierno navarro ha sido subvencionar a empresas privadas con el único objetivo de que se mantuvieran en Euskal Herria y sin ningún tipo de contraprestación. No es la 1ª vez (por desgracia y con toda seguridad no será la última) que estas empresas al comprobar que en otro punto del planeta su rentabilidad aumenta, bajen la persiana y queden con buenas cantidades de dinero público.
Es necesario que ambos gobiernos autonómicos se replanteen su política industrial. Tienen que dejar de dar dinero público a la empresa privada deben abandonar la dinámica de aumentar la competitividad a través de la precarización de la clase trabajadora. Es necesario que se replanteen la revitalización del tejido económico en base a criterios de respeto a nuestro entorno y que se primen los intereses de las personas por encima de los beneficios empresariales.
No todo vale con el objetivo de crear empleo. En este momento donde tener un empleo no garantiza los recursos necesarios para tener una vida digna y la precariedad está llegando llega a todas las capas de la sociedad es perentorio poner en el centro del debate las necesidades que tenemos las personas que conformamos este país y no los intereses de empresas que sólo piensan en engordar los bolsillos de sus accionistas.
En nuestra opinión, temas como el reparto del empleo, la jornada de 35 horas o menos, la exploración de nuevos sectores productivos que conlleven creación de empleo y que rompan con los modelos tradicionales de producción… son alternativas que se deberían experimentar y ,aunque se nos acusa de ser personas utópicas y de no ser realistas, creemos que perseverar en formulas que ya han demostrado su fracaso solo nos llevará a otro nuevo fracaso social.
Ante esta grave situación, los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT han convocado una manifestación para el próximo día 23 de abril bajo el lema “Gure industriaren defentsan. Por una política industrial real”. Tanto ESK como Steilas nos sumamos a esta iniciativa y nos alegramos de que, en situaciones como esta, por fin hayan sido capaces de priorizar lo que nos une por encima de lo que nos separa. Aunque nos hubiera gustado que fuera un modelo de movilización más amplio y unitario, entendemos que una movilización de este tipo era necesaria. De igual manera, esperamos que esta unidad no sea una isla en el desierto y la unidad lograda se pueda extender a más ámbitos.
Sobre este blog
Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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