Durante la vuelta al cole tras el confinamiento por el coronavirus las trabajadoras de comedores escolares públicos protagonizaron una huelga debido a que las medidas de protección contra el virus suponían una carga extra a las ya de por sí duras funciones que tenían que llevar a cabo cada día. La necesidad de espacio para evitar contagios hizo que los comedores tuvieran que servir la comida en más turnos de lo habitual y reduciendo el tiempo de las comidas, por lo que los trabajadores tenían que ofrecer el servicio de una forma más rápida. “Se han tenido que doblar turnos, en la mayoría de los comedores se dan de comer a tres turnos de niños en dos horas por lo que los niños están comiendo en un cuarto de hora. Estamos las mismas trabajadoras que antes del coronavirus y tenemos que desinfectar, montar, desmontar mesas”, comentaba por aquel entonces a este periódico Agurtzane, una de las trabajadoras que llevaba desempeñando la labor durante 18 años.
Pese a las jornadas de huelga realizadas en 2020 y a que las restricciones y por tanto, las medidas contra la COVID-19, han ido disminuyendo en los colegios, las condiciones del servicio no han mejorado. “Las trabajadoras hacen todo lo posible para poder dar un servicio seguro y de calidad, pero cada vez es más difícil dado el empeoramiento de las condiciones laborales que vienen sufriendo. Cada día son más las funciones que tienen que asumir y que no les corresponden”, han denunciado este lunes desde el sindicato LAB, que en representación de las trabajadoras, han exigido al Departamento de Educación que “se siente a negociar” las normativas que regulan las condiciones laborales del sector.
“En los últimos años, llevamos denunciando públicamente la necesidad urgente de modificar la orden del 22 de marzo de 2000 por la que se regulan los comedores escolares públicos, así como la circular del viceconsejero de Educación y Servicios en relación al funcionamiento de los mismos. Sin embargo, el consejero de Educación Jokin Bildarratz, junto con el viceconsejero Xabier Aizpurua, se niegan a sentarse a negociar dichas dos normativas justificándose en que las trabajadoras de comedores escolares son personal subcontratado y es con las empresas que gestionan el servicio de comedor escolar con las que tenemos que negociar. Negociaremos el convenio colectivo con las empresas concesionarias del servicio, pero no las normativas de funcionamiento de los comedores escolares, que son competencia exclusiva del Departamento de Educación. ¿Por qué exigimos al Departamento de Educación que se siente a negociar con la representación sindical? Porque en las diferentes normativas vienen recogidos aspectos que influyen directamente en las condiciones laborales de las trabajadoras de comedores escolares, tales como, ratios, funciones, jornadas y horario del comedor”, han asegurado a través de un comunicado.
Una monitora por cada 45 alumnos de secundaria
Según denuncian, los ratios de alumnos por trabajadora son “inasumibles”, ya que una monitora se hace cargo de nueve alumnos de dos años en los comedores, de 15 alumnos de entre 3 y 5 años, de 37 de entre 6 y 11 años y de 45 de entre 12 y 15 años. “El comedor escolar es parte fundamental en la educación integral que el alumnado recibe durante su etapa académica, desde los 0 años hasta que finaliza la educación obligatoria; por lo tanto, debe considerarse un espacio más del centro educativo, donde se sigue aprendiendo y educando, y no ser valorado como un mero servicio complementario como hace el Departamento de Educación. Es evidente que al Departamento de Educación no le importa lo más mínimo todo lo que esté relacionado con el servicio de comedor, y prueba de ello es que, en la nueva ley de Educación, somos nuevamente las olvidadas”, han criticado.
Por ello, han exigido al Departamento de Educación y, en especial, a su consejero, Jokin Bildarratz, que “haga una apuesta real por los comedores escolares y llame urgentemente a una mesa de diálogo con las representantes de las trabajadoras para negociar la orden del 22 de marzo de 2000 y la circular de comedores”. “Queremos unos comedores seguros y de calidad, tanto para las trabajadoras como para el alumnado, y para ello es imprescindible que el Departamento de Educación dote de más recursos”, han indicado, para después concluir diciendo que de no ser atendidas sus peticiones, el sindicato “se verá obligado intensificar la acción sindical”. Este periódico se ha puesto en contacto con el Departamento de Educación que ha declinado realizar comentarios al respecto.
elDiario.es/Euskadi
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