Euskadi registra en una semana una subida del 40% en los ingresos por COVID-19

La presión asistencial generada por la COVID-19 en los hospitales vascos se ha disparado en la última semana. La subida se aprecia con tres indicadores: uno, el pasado miércoles se registraron 52 ingresos nuevos de una tacada, el peor dato desde el 29 de julio; dos, en la UCI hay 19 pacientes críticos cuando hace una semana eran cinco y hace dos tres; y, tres, ha subido un 44% en catorce días y un 38% en siete días el número total de personas hospitalizadas. A ello se le suma la incidencia generada por la gripe o por la bronquiolitis, enfermedades respiratorias que cohabitan con el Sars-Cov-2.

Según el informe semanal que ofrece cada lunes el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), hay 289 pacientes ingresados con COVID-19 en este momento. Eran 208 hace una semana y 200 hace dos. Los hospitales no tenían tantos casos de esta patología desde principios de agosto, es decir, en los últimos coletazos de la ola de contagios de julio. Ahora mismo, hay casi 30 ingresos de mayores de 60 con coronavirus por cada 100.000, un valor que prácticamente se ha duplicado en poco tiempo. Además, diez menores de edad también han tenido que ser internados en los últimos días.

En cuanto a los fallecimientos, la estadística ha confirmado el dato adelantado la pasada semana por este periódico: 2022 es ya oficialmente el año con más decesos de personas con COVID-19 por delante de 2020 y con gran diferencia sobre 2021. Son ya 8.213 las muertes totales registradas por Osakidetza después de una semana con 25 nuevas defunciones. Eso sí, se estima que en 13 casos el virus no fue la causa principal del 'exitus letalis'.

Hace justamente un año se produjo un fuerte repunte de la pandemia coincidiendo con la llegada de la variante ómicron del virus. En la Navidad del pasado año es cuando los hospitales llegaron a sus más altos niveles de ocupación desde el confinamiento y, como consecuencia de ello, también repuntó la mortandad asociada.

Como el sistema público ya no registra pruebas, la subida de la presión asistencial coincide con una bajada teórica de la transmisión del virus, en concreto del 11% en el caso de la tasa a siete días por cada 100.000 habitantes. Los datos, eso sí, encierran contradicciones como la subida del 21% en los casos en nonagenarios. Para ellos la situación es ya de alerta roja -más de 400 casos por cada 100.000 en 14 días- y la probabilidad de fallecimiento es próxima al 20%.

En cuanto a la campaña de vacunación, Osakidetza ha informado de que el 29,6% de la población diana -el 78,3% en el caso de los mayores de 80 años- ha recibido ya el segundo refuerzo contra este patógeno. Se dispone de alrededor de 280.000 unidades del nuevo preparado de Pfizer adaptado a las nuevas variantes, también a ómicron, aunque quedan aún unas 36.000 vacunas pediátricas y unas 12.000 Pfizer ordinarias.

“Es verdad que se ha visto un notable aumento en las hospitalizaciones y UCI. Por el momento, es pronto para hacer un análisis”, indican desde Salud. Añaden que “se seguirá de cerca esta tendencia” aunque apuntan a que “el resto de indicadores no parecen mostrar cambios bruscos”, en relación a la “incidencia en mayores de 60, positividad o letalidad”.