La última entrevista del VII encuentro de periodismo iberoamericano de elDiario.es se ha centrado en desgranar el papel del editor de noticias. “Un editor, una editora, somos gente ignorante experta en hacer buenas preguntas”, ha definido Julio Villanueva Chang, uno de los editores de crónicas más riguroso de América Latina. “Yo soy un ignorante que quiero creer que soy un experto en hacer buenas preguntas. Y por ahí empieza el autoengaño”, ha añadido.
Julio Villanueva Chang es fundador de las prestigiosas revistas ‘Etiqueta Negra’ y ‘Etiqueta Verde’, consideradas entre los mejores medios de periodismo narrativo y ensayo internacionales. La subdirectora de elDiario.es Natalia Chientaroli ha roto el hielo irónicamente preguntando al periodista sobre su aversión a las entrevistas. “Una entrevista es casi siempre dos personas empobreciendo una experiencia”, ha afirmado Villanueva Chang. “Y aquí estamos”, ha lamentado Chientaroli, despertando las risas del público.
Sobre la edición, Villanueva Chang, ha resaltado la importancia de la intuición, “que es saber algo sin saber cómo lo sabes y tirar de la razón en milisegundos”, que él mismo utiliza habitualmente para diferenciar lo bueno de lo que no lo es. “Y por supuesto que la acumulación de intuiciones que se somatizan: mueves las cejas, te pasa un escalofrío, te duele a veces la panza, das pataditas nerviosas por debajo de la mesa...”, ha descrito el periodista. “Porque finalmente ser un editor es ser como un DJ, el verbo esencial es escoger, elegir, y esa elección es un asunto que no tiene que ver con el periodismo ni con la literatura ni con las artes, tiene que ver con una sensación”, ha añadido.
Tras ser preguntado sobre la autoridad necesaria para convencer a grandes escritores de someterse a su criterio, Villanueva Chang ha recordado el mantra utilizado en ‘Etiqueta Negra’: “Sálvame de mí mismo”. “Hay una vocación de naufragio en publicar, y yo no sé nadar. Eso me obliga a mí a tener soluciones más prontas, desesperadas y con la ilusión de acertar en el mal menor”, ha explicado. “Un editor es sobre todo una persona que aborrece el mundo, mi capacidad de aborrecer es muy veloz y eso me ayuda a negarme de inmediato a publicar algo en su primera versión”, ha descrito.
“¿Se puede publicar un gran texto sin un gran editor detrás?”, ha planteado Chientaroli. “Sí, pero tienes que ser un genio”, ha sido la respuesta de Villanueva Chang, una posibilidad que considera muy improbable para los mortales. “Siento que hay una desorientación [al escribir] y siempre se necesita una compañía, ‘Etiqueta negra’ y ese ‘sálvame de mí mismo’ es que yo no podía hacer esa revista solo”, ha reconocido, con mención a sus compañeros Elda Cantú y Eliezer Budasoff.
En cuanto al periodismo actual, Villanueva Chang ha lamentado que, en nombre de la verdad y la verificación, se haya “expulsado la vida psíquica del relato”, enajenando la oportunidad de hablar de la contradicción y las decisiones inexplicables de la gente, “como votar a Trump”. “Creo que el periodismo que necesitamos es sobre todo un periodismo ya no tanto de narración, sino la explicación, que también incluye la narración en sí misma”, ha defendido.
El periodista ha presentado también ‘Rebuzno (y punto)’, su nuevo proyecto en colaboración con Dromómanos, en el que a partir de enero comenzarán a publicar ensayos de entre 500 y mil palabras cada semana sobre fenómenos de la cultura popular. “Es un homenaje a Leoncio Bueno un poeta de Perú, anarquista, obrero, actor y que publicó un libro llamado ‘Rebuzno propio’, además de una reivindicación del burro. ”La idea es “invitar a los autores y a las autoras a rebuznar con nosotros”, ha añadido el periodista, que ha llamado a la audiencia a apoyar el trabajo de los periodistas.
Por último, Chientori ha puesto el foco en el título de la charla, ‘El arte de editar la realidad’, ante lo que el entrevistado ha concluído que “todo es inevitablemente una mediación, una interpretación”. “La materia prima de nuestro trabajo periodístico es el recuerdo propio y el recuerdo ajeno, y ahí hay un problema porque el mayor trabajo de la memoria es el olvido, es muy falible la materia prima, aunque se convierta en un facticismo del documento”, ha reflexionado Villanueva Chang, que ha sugerido que, por este motivo, la inseguridad debería ser vista como una virtud y no como una debilidad en el trabajo periodístico.