Cayo César, segunda representación este año en Cáparra

“Cayo César” mostró esta noche de viernes en el escenario del yacimiento romano de Cáparra la faceta más despótica y cruel del tercer emperador romano, conocido como Calígula, pero también su lado más humano, como una víctima de su pasado y de sus propias acciones.
Este drama en un solo acto, escrito por Agustín Muñoz Sanz y dirigido por Jesús Manchón, protagonizó la segunda jornada teatral, de las cuatro programadas este agosto en el yacimiento de Cáparra, la única extensión cacereña del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Una coproducción extremeña de la compañía Atakama Creatividad Cultural con el Festival de Mérida, protagonizada por Juan Carlos Tirado, Miguel Ángel Latorre, Javier Herrera, Fernando Ramos, Beatriz Solís, Rocío Montero, Manuel Menárguez y Raquel Bejarano, que se adentra en la etapa pública más conocida del emperador, sus casi cinco años de gobierno, mediante un espectáculo dinámico -teatro, danza y música- presentado con un envoltorio sobrio y elegante.
Muñoz Sanz presenta a un personaje peculiar: irreflexivo, caprichoso, histriónico, extravagante, cruel, vengativo, amoral e inmoral.
También muestra el rosario de atrocidades, crímenes y perversiones -mito o realidad- del tercer emperador romano, conocido como Calígula, un apelativo infantil puesto por las tropas legionarias al mando de su padre Germánico, pero ahonda igualmente en una faceta más desconocida del déspota.
La trama discurre durante los más de cuatro años de gobierno de Cayo César, en los que sembró el terror y el pánico, e incluye reminiscencias de su pasado, marcado por la violencia.
El encargado de dar vida al emperador es Juan Carlos Tirado, del que destaca su interpretación por la especial intensidad del personaje, con el que, sin justificar de ninguna manera su modo de proceder, llega a empatizar, según el propio actor.
A ello contribuyen varios episodios en los que Calígula se quita la coraza ante al espectador para acusar a Tiberio de robarle su infancia, recordar con nostalgia a miembros de su familia muertos, a los que querría revivir, o para proclamar su soledad.
Unos sentimientos que pronto dejan paso a la excentricidad y la locura: “soy el elegido de los dioses”, “el primer dios humano”, “que me odien con tal de que me teman”, frases que dan cuenta de la elevada consideración que tenía de sí mismo, de su maldad y poder ejercido sin escrúpulos.
Durante la obra, Cayo César desconfía de todos y solo encuentra consuelo en dos personajes: Drusila, su hermana, amante y cómplice, y, sobre todo, Incitato, su caballo favorito, con el que muestra su parte más humana.
Tal es la adoración que siente por Incitato que lo quiso nombrar cónsul, en un gesto de desprecio hacia los senadores, que se ven constantemente ridiculizados por el emperador.
El 67º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida continuará este sábado en Cáparra con la comedia “Anfitrión”, de Molière, en versión y dirección de Juan Carlos Rubio, con Pepón Nieto, Toni Acosta, Fele Martínez, José Troncoso, Daniel Muriel y María Ordóñez.
Se trata de una producción del Festival de Mérida y Mixtolobo.
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