Enrea, arrepío, tupío, pilila...Landero vuelve al lenguaje de su infancia
El escritor Luis Landero, el Premio Nacional de las Letras Españolas 2022, ha regresado este vienes al lenguaje de su infancia en Alburquerque (Badajoz), su localidad natal, a palabras como enrea, farraguas, tupío, arrepío, pilila o bolindre, con las que tiene una “relación sentimental”.
Landero, nombrado recientemente hijo predilecto de Alburquerque, ha participado en el acto de entrega de los premios de la XXXIII edición del Concurso Internacional de Narraciones Cortas que lleva su nombre, organizado por el IES Castillo de Luna, dirigido a alumnos de Secundaria.
En su intervención recordaba su infancia a través del lenguaje de aquel entonces, palabras en desuso o “descatalogadas”.
Entre las decenas de palabras que ha citado estaban merendisca, brutarate o botarate, gasparullo, morgañera, tenderengue, amargusear o flechaito.
“Con todas ellas tengo una relación sentimental, palabras queridas que están unidas a mi momento fundacional de vida, a mi infancia, porque uno tiene que conservar siempre al niño que lleva dentro, pero sin renunciar por ello al sabio que uno puede llegar a ser con estudio, dedicación, con observación y empeño”.
A su juicio, “la pareja formada por el niño que aporta la inocencia y la intuición, y el sabio que uno puede llegar a ser, es estupenda, como maravillosa es la pareja que forman la hormiga y la cigarra”.
El certamen ha recibido esta edición 268 los relatos de España y de Iberoamérica.
La ganadora ha sido Sofía Maeso, de El Palmar (Murcia), mientras que los dos accésit han recaído en Zoe Goicoetxea, de Torrelodones (Madrid) y María López, de Badajoz.
El primer premio está dotado con 600 euros y los dos accésit con 300 euros cada uno.
Los relatos ganadores serán publicados por la Editora Regional de Extremadura.
Landero ha agradecido especialmente el trabajo de la directora del IES organizador, Luciana Pintor, que se jubilará al finalizar el curso, y ha recordado el inicio del premio a cargo de “agitadores culturales como Ángel Campos, al que Extremadura debe mucho”.
También ha tenido palabras para Rafael Fenoll, otro agitador cultural que da nombre al teatro de la Casa de la Cultura local.
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