Los jóvenes extremeños, abocados al empleo temporal y mal pagado
Los datos del paro muestran que el desempleo juvenil bajó en julio. Sin embargo las cifras juveniles muestran que ellos siguen siendo los verdaderos ‘damnificados’ por la crisis.
El grueso de quienes trabajan lo hacen con contratos estacionales, ligados al mundo agrícola o la hostelería. En precario. Pese a la bajada de los inscritos en las listas del paro, el número de chicos y chicas desempleados ronda el 55 por ciento. Lo que significa que uno de cada dos jóvenes que desea trabajar no lo consigue.
Se une que al menos 4.000 jóvenes hicieron las maletas y se fueron tanto a otras regiones como al extranjero a buscarse la vida, según los datos que manera el Consejo de la Juventud de Extremadura.
Su presidenta, Elena Ruiz, pone el acento en que el riesgo de pobreza sigue aumentando pese al aumento de los contratos también entre ellos. El motivo es que se ven sometidos a empleos mal pagados y temporales.
Jóvenes además sobrecualificados, si se tiene en cuenta que uno de cada dos tiene una formación superior al trabajo que desempeña, siendo la brecha aún mayor entre las mujeres.
Señala Miguel Coque, de CCOO Extremadura, que la región necesita “sustancia gris”, jóvenes formados que lleven a cabo su proyecto vital y profesional. “Y no camareros”.
Una juventud que lleve encabece proyectos de industria, innovación y desarrollo, y aunque sean pequeños proyectos, que se sostengan.
Un plan específico para los jóvenes
El sindicato reclama con urgencia un plan de empleo juvenil específico que permita a quienes fracasaron en sus estudios retornar a las aulas y seguir formándose; así como un proceso de autorización que acompañe a quienes tienen formación, pero no logran integrarse en el mercado laboral. Desde el primer momento.
Un espacio entre el fracaso escolar y el mundo laboral. Considera esencial que se reactive el sistema de garantía juvenil en la región, cuya filosofía se basa precisamente en estos principios.
El representante de CCOO Extremadura incide en que ya se han puesto encima de la mesa medidas como las subvenciones a la contratación in definida o el plan empleo experiencia. Pero exigen medidas específicas para los jóvenes, con políticas activas de empleo para ellos.