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¿Gobierno feminista?

El líder de Vox en Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo, y la presidenta de la Junta, María Guardiola, el día que sellaron su pacto de gobierno en la Asamblea

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Dice la presidenta de la Junta de Extremadura, la señora Guardiola, que su gobierno es un gobierno feminista. Así, con todas las letras. Estamos acostumbradas a esa doble realidad en la que vive la señora Guardiola, pero decir eso sin sonrojarse cuando tiene en su gobierno al partido que lleva su machismo y misoginia por bandera es insultante. 

En el pasado Pleno de la Asamblea los cinco señores diputados de Vox se retrataron votando en contra de garantizar el derecho al aborto en la sanidad pública extremeña, y de que Europa siguiera avanzando en la legislación contra la trata de mujeres y niñas que son explotadas sexualmente. Además, ha sido el único año en el que no se ha podido leer una Declaración Institucional en la Asamblea precisamente porque a Vox le parecía demasiado ideologizada. Que los socios de gobierno de la señora Guardiola voten en contra de garantizar nuestros derechos y de luchar contra las violencias que nos atraviesan no es una novedad, pero que la Presidenta nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino diciendo que este gobierno es feminista es algo que no nos veíamos venir y nos ha dejado a algunas muy desconcertadas. Quizás es que no tenemos el mismo concepto cuando hablamos de feminismo. 

En 2018 el feminismo inundó las calles de las ciudades de muchas partes del mundo mostrando el enorme potencial de transformación social y político que era. Eso supuso que creciera también una reacción por parte de aquellos que veían peligrar los privilegios que les había concedido el patriarcado. 

El feminismo, en contra de lo que dijo la señora Guardiola en su discurso institucional este pasado jueves, es una poderosa herramienta política para hacer nuestra sociedad más justa, más libre y más democrática. Pero el feminismo no puede envolverse solo de mensajes empoderadores del estilo “si tú quieres, tu puedes”, porque precisamente el feminismo pone de manifiesto que el patriarcado nos impide estar en igualdad de condiciones. También cansa ya escuchar a PP y PSOE hablar de romper techos de cristal cuando la mayoría de las mujeres se encuentran peleando por desprenderse de los suelos pegajosos en trabajos altamente precarizados e invisibilizados. La mayor parte de las mujeres se encuentran barriendo los cristales de las pocas que consiguen romper los techos y que lo hacen gracias a que otras mujeres (en muchas ocasiones migrantes) se dedican a realizar los cuidados de sus hogares. 

Cuando hablamos de feminismo hablamos también de antirracismo, de pacifismo, de transfeminismo… porque todas las vidas nos importan y todas valen lo mismo.

Hablar de un gobierno feminista cuando PP y Vox se niegan a subir el SMI, a revalorizar las pensiones, a condenar el genocidio de Gaza, a garantizar la gratuidad universal de los comedores escolares mientras se perdonan los impuestos a los más ricos, a garantizar el aborto en la sanidad pública extremeña, a mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras de la ayuda a domicilio…es engañar a la ciudadanía, y sobre todo, a las mujeres.

Tener a una mujer Presidenta no discuto que sea un gran avance en nuestra región, pero necesitamos que eso venga acompañado de verdaderas políticas de igualdad y no de lemas vacíos motivacionales que poco tienen que ver con la cotidianidad de la mayoría de las mujeres que tienen que lidiar con violencias machistas, mientras llegan a fin de mes en trabajos precarios y nada reconocidos.

Regalar pendientes rosas con mensaje el 8M mientras se normaliza la presencia de la extrema derecha machista y misógina en el gobierno es todo lo contrario a hacer políticas feministas.

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