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La orquesta del Titanic

Pablo Sánchez

Dijo el PP cuando entonces, cuando vivía en una oposición feliz y despreocupada, que crear empleo público en los ayuntamientos era cosa de gente ilusa o izquierdista, y cinco meses antes de las elecciones destina 21 millones para crear 2000 empleos públicos con contratos temporales en los ayuntamientos extremeños. Cambio de parecer, según parece.

Dijo el PP, cuando entonces, que la embajada extremeña en Lisboa era la casa de todos los extremeños en Portugal y que antes, mucho antes, debería haberse comprado. Y ahora, de prisa, y con una rebaja del 25% sobre el precio de salida, se vende.

Dijo el PP, cuando las cuentas se ponían en números rojos, que un gobierno como dios manda no podía gastar más de lo que ingresaba, por tanto, que nada de meterse en deudas cual socialistas manirrotos. Y en tres años de gobierno, Monago va camino de ganar el campeonato de la deuda extremeña, con muchos puntos por delante de sus más directos rivales. Pero quizás no es lo mismo, dicen.

Dijo el PP, con mucha vehemencia, eso sí, que las cifras de paro que había cuando entonces, eran un desastre, y tres años después, el desastre ha crecido y ha incorporado la cara y el hambre de varios miles más de parados. Pero ya no es lo mismo, dicen, claro que no.

Nada es lo mismo. Ni siquiera nosotros, los de entonces, somos los mismos, observó Neruda. Aunque a veces, en los momentos del silencio, parece que sí, que es todo bastante parecido, aunque un poco más negro, un poco más desigual.

Por eso, será por eso, que este gobierno no para de subir músicos a un barco que deambula entre la niebla. Y ahí van subiendo al buque, ahora Robe, luego Woody, que si Huecco, los de Sínkope, el otro, el de la moto, mucha cartelería, mucha gala, mucho ruido… todos tocando para disipar el miedo a la tormenta, como entonces, como aquella orquesta que tocaba a bordo del Titanic.

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