Un estudio antropológico analiza la evolución del traje popular de las mujeres de Villanueva y la Comarca de la Serena
Es un completo y extenso estudio que cataloga las prendas de vestir de la comarca de la Serena que las asociaciones y grupos folklóricos han mantenido hasta hoy, con las variaciones producidas durante su evolución.
El documento “De paño y piel” analiza las formas de vestir de las clases populares de Villanueva de la Serena y su comarca. Lo hace desde las primeras indumentarias tradicionales, que comienzan a extenderse en el siglo XVIII, y se afianzan en el XIX, hasta las influencias que recibe la provincia pacense, procedentes de Ciudad Real, Córdoba y Sevilla.
Esta indumentaria se caracteriza por la evolución que ha tenido a lo largo del tiempo, determinada sobre todo por la propia historia, la llegada del ferrocarril y la trashumancia.
Revista editada por la Diputación de Badajoz
El número 33 de la revista extremeña de folklore “Saber Popular”, que edita la Diputación de Badajoz en la Imprenta Provincial, acaba de ver la luz con este documento. Se trata de una investigación de Eduardo Acero, cuyo trabajo preliminar fue galardonado en 1990 con el premio “García Matos”.
Se trata, pues, de un estudio evolutivo y antropológico del traje folklórico, donde se mezclan prendas de diferentes épocas. El autor explica que en la evolución y variaciones de estos trajes fueron determinantes las modas extranjeras que influyeron en España durante la dinastía de los Austrias y los primeros Borbones, apreciándose por ejemplo en algunos adornos caracterizados por multitud de ojales y botones, en las aplicaciones y delicadeza de los picados, en los cosidos y en los bordados en blanco de la ropa interior.
También fueron cambiando los colores, de los oscuros y más sobrios a toques de color y tejidos más ligeros, sobre todo para los periodos estivales.
A estas influencias hay que añadir las modas urbanas del XIX con el miriñaque y el polisón, además de los tejidos escoceses y los “de indiana”. A partir de 1940, la sección femenina de Falange configuró uniformes para vestir a las componentes de los grupos de coros y danzas. Extinguida esta organización, sobre 1976, fueron las agrupaciones folklóricas las responsables del estudio y difusión del vestuario tradicional.
Con una tirada de mil ejemplares, este número de la revista se puede adquirir a través de las diferentes asociaciones de folklore de Extremadura.