Piden la retirada del Premio Princesa de Asturias a la UE por incumplir sus compromisos de asilo
Las plataformas de apoyo a las personas refugiadas en Extremadura han mostrado su profunda preocupación por la concesión del premio Princesa de Asturias de la Concordia 2017 a la Unión Europea.
Recuerdan que la UE ha incumplido sus obligaciones en materia de asilo y refugio. Critican que cuando faltan unos 100 días para que se cumpla el plazo de acogida acordado en su momento, “la UE sigue pendiente por reubicar y reasentar más del de 90 % de las personas”.
Refugiados Extremadura destaca que las políticas de acogida de la UE están siendo contestadas por la ciudadanía en las calles. “El sentir popular es que sus vergonzantes acuerdos con Turquía o Líbia para frenar el flujo de personas expuestas a las mafias en las que la UE parece haber delegado el control de los movimientos migratorios en lugar de abrir corredores humanitarios, más que un premio, merecen un duro correctivo que les haga cumplir los acuerdos y plazos”.
Abogan por la retirada del premio otorgado “a una UE gobernada con criterios neoliberales, que dista mucho aún de ser la Unión de los pueblos, de las personas, de la igualdad, de los derechos, libertades y concordia, por la que apostamos sin ninguna duda”.
“Respeto a los derechos humanos”
El colectivo subraya que un premio tan importante se 'desprestigia' cuando se otorga a una institución “que hasta hoy se ha distinguido por promover diligentemente toda clase de acuerdos económicos que benefician a bancos y corporaciones, y aún no ha echado a andar en materia de respeto al derecho de asilo recogido en la carta de los Derechos Humanos de la ONU”.
“Las consecuencias de este incumplimiento es que cientos de miles de personas, mayores, mujeres y menores, muchos de ellos no acompañados, que lo ha perdido todo y huyen del hambre y de la guerra, sobreviven durante años retenidas y hacinadas en campamentos infames que recuerdan a los campos de concentración”.
Personas que permanecen “sin las menores atenciones humanitarias expuestas al sol, al frío, a la pobreza y a las enfermedades, dependiendo de la generosidad de las personas que donan alimentos, enseres o unos cuantos euros”.