Trece comunidades se comprometen con Memoria Histórica para avanzar en democracia
Trece comunidades autónomas, entre ellas Extremadura, firmaron en Pamplona una declaración institucional con la que se comprometen con la memoria histórica como herramienta de profundización democrática.
Con esta declaración terminó el I encuentro de la Red Interautonómica de Memoria Histórica, cuyos miembros visitaron después la ruta de montaña GR-225, en la que conocieron la historia de la fuga del penal de Ezkaba, y dos exhumaciones en las localidades de Saigots y Urdániz promovidas por el Gobierno de Navarra.
En el texto Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Extremadura, La Rioja, País Vasco y Navarra fijan la convivencia como “uno de los objetivos básicos e ineludibles de todas las sociedades democráticas” y afirman que para que sea “real y justa, es preciso proyectar una mirada crítica sobre el pasado”.
“Una mirada que, desde valores democráticos y desde unos principios éticos firmes, condene todas las vulneraciones de Derechos Humanos cometidas” y permita políticas públicas que den respuesta a las víctimas.
Golpe y dictadura
Las trece comunidades afirman por ello su “condena del golpe militar de 1936 y de la dictadura franquista”, y su “compromiso con una cultura de paz, respeto y tolerancia”.
Muestran además su convencimiento de que la memoria es una “herramienta para el recuerdo de la injusticia de la violencia y como medio para construir sociedades más justas, más éticas, más solidarias y más democráticas, donde aquellos trágicos acontecimientos no puedan volver a producirse”.
Por último reiteran su compromiso también “con los Derechos Humanos y con el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación”.
Además de firmar esta declaración, las trece comunidades mantuvieron una sesión de trabajo en la que exploraron las posibilidades de colaborar, han mostrado su disposición a hacerlo para la localización de familiares, y también para trabajar en una mesa técnica y explorar las posibilidades de compartir esfuerzos entre los bancos de ADN ya operativos (Navarra, Andalucía, Euskadi y Cataluña).