Las ‘Carantoñas’ toman las calles de Acehúche engalanadas con pieles y máscaras
Más de medio centenar de Carantoñas, hombres ataviados con pieles de animales y una máscara en la cara con pimientos, orejas y colmillos de animal, toman un año más las calles de Acehúche el 19 y el 20 de enero en una fiesta que se celebra en honor a San Sebastián.
Se trata de una cita muy especial, en la que se celebra su declaración como Fiesta de Interés Nacional. Cada año recibe a miles de personas atraídas por ver en acción una celebración singular compuesta de 'regaoras', salvas y tamboriles y las danzas de las Carantoñas.
Éstas últimas son unas figuras que, según cuenta la leyenda, se acercaron a un San Sebastián, centurión romano, castigado, asaetado y atado a un árbol para que fuera devorado por las fieras. En lugar de ello, los animales percibieron su santidad y lo adoraron, danzando a su pies y haciéndole carantoñas. Generalmente el motivo que lleva a un acehuceño a vestirse de Carantoña es una promesa y un agradecimiento al Santo.
Este año se cuenta de nuevo con puntos de información y una oficina de atención a los medios de comunicación, teniendo en cuenta que cada año son más los que se interesan por esta fiesta.
El ritual
En esta experiencia mística adquieren protagonismo el rito, la misa, la procesión, la loa, la danza, la música y el carácter religioso. Se envuelve al mismo tiempo en un carácter laico, con coincidencias con otras celebraciones o ceremonias que tienen lugar en distintos países del Mediterráneo.
Estos días serán también protagonistas los mayordomos y sus familias, claves en estas fiestas ya que son los que echan la loa al Santo, pidiendo y rogando por algún problema que les aqueje, y son los encargados de lo que se llama “regar el romero”, es decir, extender por las calles el romero que los mozos han recogido el día anterior.
Mientras, las ‘regaoras’ o patanas son las mozas del pueblo ataviadas con el traje típico de “bayeta”. Su función es escoltar la imagen del santo durante la procesión, regándolo de confetis.
Otras de las figuras protagonistas son los 'tiraores', jóvenes armados con escopetas de cartuchos que esperan al Santo a la salida de la iglesia, y que en cada una de las bocacalles y esquinas por donde ha de pasar la procesión disparan al unísono.
Importante es igualmente el tamborilero, que recorre las calles acompañado de vecinos y vecinas del pueblo. Su música acompañará también la procesión del Santo, y la ‘Vaca-Tora’ que es una de las Carantoñas que se coloca unas varas cubiertas por una manta dejando asomar unos largos cuernos de vaca. Lleva colgado un descomunal cencerro y su misión es dar por finalizada las fiestas, asustando a las Carantoñas y dispersándolas entre carreras y jolgorio en el que participan todos los asistentes.
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