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“No cometeremos la irresponsabilidad de quienes han resucitado a Rajoy. Nos tomamos Galicia en serio”

Ana Pontón, candidata del BNG a la presidencia de la Xunta

David Lombao

En la pontevedresa Praza do Teucro el equipo del BNG desmonta el aparataje del que acaba de ser uno de sus mítines más concurridos de la campaña. La candidata a la Presidencia, Ana Pontón (Sarria, 1977) invierte un buen rato en atender asistentes al acto que se le acercan cuando ya ha finalizado. “¡Lo hiciste muy bien en el debate!”, le había dicho antes una mujer que iba de paso. Ese debate, el que reunió a las fuerzas políticas ante las cámaras de la Televisión de Galicia, fue percibido por la base del Bloque Nacionalista Galego como toda una inyección de moral. Tanta, asegura la presidenciable, como hacía años que no se percibía en la formación soberanista. “Se nota la remontada”, afirma. [Entrevista realizada originalmente en gallego]

¿Cómo lleva la campaña, qué sensaciones tiene?

La llevo bien, con mucha ilusión y energía, porque hay mucha gente a mi redor que me la contagia. Se echa en falta poder descansar un poco más, pero está siendo una buena campaña.

Las encuestas indican una caída del BNG con relación a hace cuatro años, pero ustedes reiteran que sus actos transmiten ilusión...

En los últimos años han pasado muchas cosas, es evidente, y no podemos partir de esa situación, sino de cuál era nuestra posición en los últimos tiempos. Las encuestas son el principal instrumento para influir en el voto y no para informar de loque está pasando. Y desde las pasadas generales demuestran que no dan ni una. Por eso animo a todo el mundo que quiera un cambio y una fuerte presencia del nacionalismo para defender el país y poner en marcha cambios transformadores, vaya votar el 25S. Si eso sucede, va a haber mucho que festejar, porque vamos a enterrar políticamente al señor Feijóo.

Hablan ustedes de “efecto Pontón” y sitúan el punto de inflexión en el debate de la CRTVG. ¿Lo vive usted así?

Los debates son importantes para la democracia y deberían estar blindados por ley. Para que ninguna persona que se presente como candidata a la Presidencia tenga el privilegio de decidir si va o no, porque son un derecho de la ciudadanía. Yo lamento que el señor Feijóo haya ido a un debate y no quiera volver a debatir. Parece que no le salió tan bien como dice. Es una lástima, porque un segundo debate sería importante, quedaron muchos temas por tratar. Si estuviera dispuesto a nosotros nos daría igual el formato: Cara a cara, a tres... Pero que no se esconda.

Las encuestas tienen un valor relativo, pero lo cierto es que dibujan a un PP instalado en la mayoría absoluta. ¿Qué motivos le llevan a pensar que “hay partido”?

Que hay una mayoría social descontenta con lo que está pasando en el país. Porque no llega a fin de mes, porque hay más listas de espera, porque se ha encarecido la vuelta al cole o tiene trabajos precarios, o porque la juventud está forzada a la emigración. Con esas encuestas el PP intenta desmovilizar ese voto, para que no aparezca el día 25. Por eso quiero animar todas esas personas a que su voz se escuche. Si se movilizan, va a haber un cambio. Y hoy por hoy, quien le está disputando la mayoría al PP son los escaños del BNG.

Ponen mucho énfasis en esa disputa de escaños. ¿Cómo se lo explicaría al electorado que puede pensar que eso es difícil, que ustedes no comparten electorado con el PP?

No compartimos electorado, pero hay unos últimos escaños, los que menos votos cuesta conseguir, que se están disputando entre el BNG y el PP o la muleta del PP, Ciudadanos. Quien tenga dudas y quiera que haya un cambio, hoy por hoy su opción es el BNG, que es el voto que va a derrotar el PP.

Venimos de unos años en los que, como usted menciona, han pasado muchas cosas en la izquierda. ¿Por qué alguien que vote por el BNG puede tener la confianza de que está votando por un cambio de gobierno?

Nosotros con los pactos estamos diciéndolo con mucha claridad. Vamos a hablar de programas y no vamos a repetir la irresponsabilidad de las fuerzas políticas estatales. Me llama la atención que hace pocos días Íñigo Errejón les haya pedido a los gallegos que echen a Feijóo para derrotar a Rajoy. Yo le preguntaría por qué en diciembre, cuando lo habían derrotado, en vez utilizar los votos de la gente para poner en marcha el cambio que habían prometido, se entregaron a un juego de tronos con el PSOE y resucitaron el cadáver político de Rajoy. El Bloque no lo ha hecho nunca ni lo va a hacer. Tenemos seriedad, nos tomamos muy en serio este país y no le vamos a fallar a los gallegos y gallegas.

Más allá del reparto de escaños, lo que también dice el CIS es que existe una buena valoración del Gobierno del PP. ¿Cómo lo interpreta, después de años tan convulsos?

Porque en este país funciona muy bien, por desgracia, la publicidad y la propaganda. El PP ha sido muy eficaz en eso. Pero yo después veo que la gente piensa que es necesario un cambio de Gobierno y que una mayoría así lo piensa. Yo estoy absolutamente esperanzada con que a partir del 25 de septiembre vamos a abrir un tiempo nuevo.

En muchos actos se refieren la una situación de “emergencia nacional”. Cuáles serían sus prioridades, más allá de que hay medidas que, necesariamente, no podrían ser inmediatas?

La prioridad sería un plan de rescate de los servicios públicos que significa contratar más profesorado, más personal sanitario, eliminar copagos que dificultan el acceso a la sanidad, la puesta en marcha de una renta de integración social y la puesta en marcha de un programa que facilite que no haya emigración y haya retorno de la gente emigrada. Son para nosotros medidas importantes para avanzar hacia una Galicia con más justicia.

Dicen que más allá de “decir lo que se quiere hacer, hay que saber hacerlo” y ponen como ejemplo los ayuntamientos. ¿Es su gran materia pendiente, ser capaces de trasladar los éxitos electorales municipales al ámbito gallego?

En ocasiones la política local se despolitiza y parece que no son proyectos políticos los que consiguen cambiar las ciudades. No obstante, quien esté atento puede ver que todos los gobiernos municipales del BNG tienen eslabones en común. Son gobiernos que transforman sus núcleos urbanos, que apuestan por la peatonalización, por el comercio, por poner en valor el patrimonio y la cultura, por una economía de desarrollo local o por políticas tan revolucionarias como que, por primera vez, en un ayuntamiento que es gran productor de energía eléctrica su vecindario vaya a tener la luz casi gratis, como es el caso de Muras. Ese es el programa del BNG trasladado al ámbito local, por eso queremos que todo el potencial que hay en el país lo aprovechemos para hacerlo en Galicia. Si lo hacemos en Pontevedra, en Tomiño, en Bueu, en Carballo, ¿por qué no lo vamos a hacer en Galicia?

Sobre esa “despolitización”, Alberto Núñez Feijóo hace mucho énfasis en ella. Señala que estas elecciones no son cuestión “de partidos2 o ”de siglas“ y que él mismo no se presenta por un partido, sino ”por Galicia“...

Feijóo, que es un magnífico propagandista, lo que quiere es ocultar las siglas del PP. Porque el PP es sinónimo de corrupción. El adelanto electoral está claramente marcado por el juicio de la Gürtel, porque quiere huir de la corrupción. Pero no tiene ninguna credibilidad, es tan culpable de la corrupción como el señor Rajoy, la señora Barberá o el señor Baltar. Son dos caras de la misma moneda.

Con respecto a esto, las fotografías de Alberto Núñez Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado han sido, posiblemente, el caso que más le ha afectado personalmente desde un punto de vista público. En los últimos días el candidato del PP ha señalado que no espera que le pase una especial factura electoral. ¿Cómo lo ve usted?

Vemos, por ejemplo, cómo ministras de los países nórdicos dimiten por dar positivo en un control de alcoholemia. Pero un presidente que demuestra que en su pasado tiene un hecho tan deshonroso como ser amigo de un narcotraficante no tiene ninguna consecuencia. Eso da la medida de su falta de moral y ética política y de sentido democrático. Porque esa foto le hace daño a Feijóo, pero sobre todo a Galicia, porque daña nuestra imagen y nos avergüenza.

Pero no es el único compromiso que tiene el señor Núñez Feijóo: nunca nos ha explicado su amistad con Pachi de Lucas, el conseguidor de la trama de fraude en los cursos de formación, que no deja de ser el caso gallego de los ERE, la Operación Zeta, con una vinculación muy clara con el señor Feijóo, que venía con el conseguidor a la plaza de toros de Pontevedra. Y ahí se ha corrido una cortina de humo y el tema ha desaparecido del debate. La corrupción no le pasa más factura porque hay un muro de contención que impide, en muchas ocasiones, que los gallegos y gallegas tengan más información de lo que sucede en la Xunta. Yo estoy convencida de que, si llegamos al gobierno, cuando abramos las ventanas conoceremos el verdadero rostro del señor Núñez Feijóo.

¿En ese caso usted sería partidaria de lo que se conoce como “levantar las alfombras”? Al bipartito llegó a reprochársele que no hiciera eso mismo con el gobierno de Manuel Fraga...

Un gobierno está para gobernar y solucionar los problemas de la gente, pero también para transparentar la situación de la Xunta. Es lógico analizar qué ha pasado y revisar grandes casos que esconden otra corrupción, la legal, la que beneficia a las grandes empresas, como puede ser la privatización del hospital de Vigo o la venta de Novagalicia Banco y la desaparición de las cajas, por la me sigue pareciendo un escándalo que nadie esté en la cárcel. Los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad, es fundamental para que haya democracia.

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