¿Se juzga a Rajoy en Galicia o no?
El primer fin de semana de la campaña pareció girar sobre el interés de Feijoo por alejar de los comicios gallegos el examen a la gestión del Gobierno central, y los intentos en sentido contrario de los grupos de la oposición para que los recortes, la gestión económica del Ejecutivo y el probable rescate se conviertan en el centro de las elecciones. Justo coincidiendo con el único gran acto electoral que Mariano Rajoy protagonizará en Galicia.
Da la impresión de que unos y otros son conscientes de que los resultados en la noche del 21 pueden ser muy distintos -o suficientemente distintos- si el foco de la campaña y los debates giran sobre la crisis global o si por el contrario lo hacen sobre la gestión específica del Gobierno gallego. En este caso, además, la campaña adquiriría un perfil más bajo lo que a buen seguro también beneficiaría a los intereses del PP. Y no será porque en su gestión gallega el PP tenga mucho de lo que presumir, pues incluso aquellos dos temas de los que hasta ahora presumió con más fuerza: las grandes cuentas macroeconómicas y los acuerdos con Pemex, están en la picota.
A pesar de que buena parte de las portadas de sábado y domingo de los periódicos tenían el acto conjunto de Feijoo y Rajoy en la Plaza de Toros de Pontevedra como primera noticia, el empeño del PP en este fin de semana fue a mantener las elecciones del 21-O en un marco gallego. Algo que llevan intentando desde la propia elección de su lema: Galicia primeiro y la decisión de que pocos dirigentes estatales del partido pasen por la caravana popular en estas semanas. No es casualidad en este sentido el titular de la entrevista con Feijoo que este domingo publica La Voz de Galicia sea Los gallegos van a votar a Vázquez o a mí, no a Rubalcaba o Rajoy.
Por el contrario, los mensajes de los grupos de la oposición cada vez inciden más en lo contrario: que las elecciones gallegas son el escenario en el que se van a juzgar los recortes efectuados por el Gobierno central y que una victoria popular ratificaría estas políticas. Este viernes Rubalcaba instaba a elegir entre “un presidente gallego o alguien que aplique los recortes de Rajoy” y a lo largo del fin de semana el PSdeG repitió el mensaje de que “una amplia mayoría de los gallegos y gallegas están enfadados con el Gobierno y con los recortes del PP y que si esos gallegos que quieren cambio votan el 21 de octubre la conclusión será ineludible: habrá cambio”.
Con la misma o mayor fuerza repitió AGE el mensaje de que Feijoo es apenas un “ventrílocuo” de Rajoy o, como afirmó este domingo en Vigo Yolanda Díaz, su “mando a distancia”. De hecho AGE basó su campaña desde el inicio en la necesidad de luchar globalmente contra los causantes de la crisis, y en este caso las políticas de ajuste de Rajoy son el mejor blanco. En este mismo acto de Vigo Cayo Lara denunció que Feijoo “pretende desviar la atención para que la gente no piense en el señor Rajoy cuando vaya a las urnas”.
El BNG también carga repetidas veces contra Rajoy y sus políticas y el mismo viernes Jorquera afirmó que “votar a Feijóo es darle un cheque en blanco a Rajoy para que baje las pensiones, los salarios y las prestaciones por desempleo, para que sigan pagando la crisis los de siempre”. Con todo, el BNG también quiso fijar un discurso propio y el sábado y domingo centró su mensaje en la reivindicación de un concierto económico para Galicia, siguiendo la estela abierta por las reivindicaciones de Catalunya y destacando que “España no está en peligro, lo que está en peligro es Galicia”.
Parece que buena parte del resultado de estas elecciones dependerá del éxito de unos y otros a la hora de enmarcar los debates en un sentido o en otro. Quedan dos semanas y los factores externos -la probable petición de un rescate que en principio se efectuaría en noviembre- pueden cambiar muchas cosas de aquí al 21.