El sábado 10 de enero, el PSdeG-PSOE celebrará un Comité Nacional Extraordinario en el que se abordarán las denuncias por presunto acoso sexual y laboral que han marcado la actualidad del partido durante las últimas semanas. Una cita que servirá para analizar, también, “las actuaciones y decisiones adoptadas por el partido desde que se tuvo conocimiento de los hechos”.
Según informó el PSdeG en un comunicado –ya que no hubo comparecencia tras la reunión extraordinaria de la Executiva Nacional de la tarde de este lunes–, con la celebración del Comité los socialistas pretenden “marcar el inicio del año político” y “definir” un calendario de acciones de cara a las próximas elecciones municipales.
Para la dirección gallega es “necesario” tratar las denuncias de acoso “en el órgano máximo entre congresos, con toda la información disponible y desde el respeto a los procedimientos internos y a las garantías que deben regir en situaciones de esta naturaleza” con la protección a las víctimas siempre “en el centro”.
Cascada de denuncias
Las primeras denuncias por acoso sexual saltaron a la luz pública el pasado martes, 9 de diciembre, a través del programa de Cuatro Código 10. En ellas se señalaba al presidente de la Deputación de Lugo, alcalde de Monforte y responsable del partido en la provincia, José Tomé, uno de los hombres fuertes del PSdeG. Después de que Ferraz confirmase que, 24 horas antes de la emisión del espacio, se había registrado una acusación contra él en el canal interno del PSOE, Tomé decidió abandonar “cautelarmente” la formación y dimitir en diferido de la institución lucense –su relevo no se elegirá hasta el próximo 14 de enero–, pero se negó a renunciar a su acta tanto allí como en el consistorio, donde seguirá gobernando al frente de un grupo de concejales no adscritos.
El siguiente terremoto llegó con la dimisión de la secretaria de Igualdade del PSdeG, Silvia Fraga, por considerar que la dirección no había dado suficientes explicaciones. Casi al tiempo, el líder del partido en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, admitía que había conocido las primeras denuncias contra Tomé ya en el mes de octubre, “a través de una tercera persona”. Un manifiesto impulsado por un grupo de alcaldesas –entre las que destacaba la de A Coruña, Inés Rey–, visibilizó la fractura interna de los socialistas gallegos tras estas revelaciones. El documento, secundado entre otros por los expresidentes de la Xunta Pérez Touriño y González Laxe, superó el medio millar de respaldos.
Días después, la cúpula gallega daba un paso al frente al apartar del partido al alcalde de Barbadás (Ourense, 12.000 habitantes), Xosé Carlos Valcárcel, acusado de acoso laboral por la misma edila que, en 2024, culpó de acoso sexual a un compañero de corporación, lo que provocó su dimisión. Valcárcel acababa de firmar el manifiesto crítico impulsado por las regidoras y entendió esa expulsión como una venganza de Besteiro contra él.
Inés Rey fue, precisamente, la siguiente en ser señalada a través del canal interno, en este caso, junto a su número dos en el ayuntamiento herculino, José Manuel Lage Tuñas, como responsables de un supuesto acoso laboral contra dos exconcejalas del gobierno local de A Coruña, cesadas en 2023 y próximas al anterior secretario xeral del partido en Galicia, Gonzalo Caballero. Esta vez, ni en Ferraz ni en O Pino –la sede gallega del partido– se tenían noticias de esas quejas.