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Los cartógrafos que dibujan internet en gigantescos e increíbles mapamundis

Los cartógrafos de TeleGeography añadieron monstruos submarinos a este mapamundi tecnológico de estilo antiguo

Lucía Caballero

La tercera parte de los cables que llevan internet a América Latina pasan por Florida, concretamente, por debajo de la soleada Miami. Por eso, cuando un usuario de alguno de los países situados en esta franja del planeta envía un email, el correo electrónico recorre primero los kilómetros que separan al emisor de la ciudad estadounidense para encaminarse después a su destino.

La anterior es solo una de las curiosidades que se esconden en los mapas creados por el equipo de cartógrafos, expertos en datos y diseñadores de TeleGeographyTeleGeography, una empresa estadounidense especializada en la investigación y análisis del sector de las telecomunicaciones. El grupo, afincado en Washington, traduce las frías cifras en obras que conjugan arte y rigor para representar los entresijos de la Red de redes de forma gráfica, entendible y atractiva.

Publican diferentes tipos de mapas que actualizan para incluir los cambios realizados por teleoperadoras y proveedores de internet en todo el mundo. Este año han salido de sus manos las últimas ediciones del atlas mundial de cables submarinos y el mapa detallado de las comunicaciones en Oriente Medio, pero no contentos con dibujar las conexiones, su velocidad y el tráfico global de llamadas, los cartógrafos de la firma han elaborado un mapamundi completo de internet. Y todo en dos versiones; interactiva e imprimible. Enormes muestras en papel de estas auténticas obras de arte han colgado de las paredes del Museo Smithsonian del Aire y el Espacio (Washington), el Museo de Comunicaciones de Frankfurt y el año próximo se exhibirán en los muros del Museo de Victoria y Albert, en Londres, entre otras instituciones.

El equipo cuenta ahora con herramientas tecnológicas que les facilitan la tarea, sin embargo, no siempre ha sido tan sencillo. “Los inicios cartográficos de TeleGeography se remontan a 1991, con la primera visualización de los flujos de tráfico de voz, el primer gran conjunto de datos que reunimos”, explica a HojaDeRouter.com Markus Krisetya, cartógrafo del grupo. El mapa, publicado en 1996, mostraba tanto las llamadas como las infraestructuras que daban soporte a la red, incluidos los cables submarinos, aunque posteriormente separaron las variables para crear dos atlas distintos.

“El primer mapa de internet, que representaba el alcance de los nodos que conectan el mundo, vio la luz en 2001”, señala Krisetya. Desde entonces lo han actualizado varias veces, para ampliar una red en constante crecimiento, añadir información y cambiar el diseño. Su penúltima edición tiene la apariencia de un atlas antiguo de rutas comerciales (con monstruos mitológicos incluidos). Pero, ¿cómo logran Krisetya y su equipo recrear en un espacio reducido el esqueleto de este entramado invisible que une millones de ordenadores?

De la imaginación al papel

El proceso comienza con la idea sobre la “dirección temática” del mapa, el estilo que quieren dar al diseño. “El de cables submarinos de 2014 giraba en torno a la historia de las compañías que los instalan y mantienen, los barcos involucrados, la profundidad y cómo las diferentes partes del mundo se separan en regiones de mantenimiento”, describe Krisetya.

El atlas del 2015 se basaba en la apariencia de las antiguas cartas renacentistas, “con monstruos submarinos como peligros imaginados y los riesgos reales para los cables, como las anclas de las naves”, indica. En la última actualización de este año han incluido 321 conexiones, 293 ya existentes y 28 nuevos cables de momento solo planeados sobre el papel. “Cuanto más líneas conecten a un país, mayor será su resiliencia a cualquier fallo en el sistema submarino”, indican desde TeleGeography. Quizá en el futuro tengan que añadir los cables instalados por los gigantes de internet, como el que Google y Facebook planean alojar bajo el océano Pacífico −un cordón de 12.800 kilómetros de largo y una velocidad estimada de 120 terabits por segundo− y el que Microsoft y los de Zuckerberg ubicarán en el fondo del Atlántico.

El siguiente paso es la obtención de los datos, que provienen de diferentes fuentes. “Encuestas enviadas a los operadores de cables submarinos, proveedores de internet y teleoperadoras”, enumera el cartógrafo. Les preguntan sobre la capacidad de las conexiones de datos, las rutas más concurridas y sus planes de expansión. Aparte de los mapas, el equipo de TeleGeography plasma toda esta información en su informe anual ‘Global Internet Geography’.

También utilizan las cifras disponibles públicamente y los datos que recopilan mediante sencillas herramientas de ‘software’ de cosecha propia. “Empleamos una combinación de bases de datos y programas SQL para almacenar y analizar la información que conseguimos”, prosigue el experto. Toman como referencia mapas antiguos, diagramas y metáforas visuales para incluir elementos que adornen y aporten información al diseño.

Los analistas experimentan después con diferentes formas de representar los datos en imágenes y gráficos y, con todo lo anterior, el equipo elabora un boceto global del proyecto para evaluar el resultado, hacer cambios y ultimar los detalles. “El objetivo es conseguir un equilibrio estético entre los datos, el diseño y la claridad de la información”, indica Krisetya. Finalmente, reproducen copias para revisarlas y envían el archivo definitivo a la empresa que imprimirá los atlas a tamaño completo en un papel sintético especial. “Viajamos hasta allí para supervisar la impresión ‘in situ’”, dice el cartógrafo.

Asimismo, publican en su web las versiones digitales e interactivas de los atlas para que cualquiera pueda consultarlas. “La información de los mapas está actualizada y el código está disponible gratuitamente con una licencia Creative Commons”, detalla Krisetya.

La traducción no es literal

El cartógrafo recalca que “entender los datos es básico”, aunque algunos aspectos de los elementos que muestran no se corresponden del todo con la realidad. “Los cables submarinos son ilustrativos, para hacer más clara la información de las rutas, y no reflejan el recorrido físico de las líneas”, indica su creador. Si así fuera, muchas de las líneas se superpondrían. “Las estaciones de tierra, donde los cables alcanzan la costa, tampoco muestran el lugar exacto donde se encuentran”, prosigue.

En el caso del mapa de internet, había que tener en cuenta que la misma línea puede ser utilizada por distintos proveedores de conexión. Mientras unas empresas poseen los cables físicos de fibra óptica por los que circula la información, otras simplemente alquilan la velocidad necesaria para satisfacer las necesidades de sus clientes.

En el 2015, las empresas suministraron alrededor de 300 terabits por segundo de ancho de banda a nivel internacional. “Podrías transferir 800.000 películas de dos horas en alta definición en un solo segundo”, explica Paul Brodsky, uno de los analistas de TeleGeography. Pese a que Estados Unidos y Canadá son las regiones más conectadas del planeta, las cuatro ciudades con más ancho de banda se encuentran al otro lado del Atlántico: son Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París.

En Europa contamos con alrededor de 30 gigabits por segundo de ancho de banda, según los datos de la firma estadounidense. Siguiendo las rutas no solo de los cables submarinos, sino también de las conexiones que enlazan nuestro país con el resto del mundo (reflejadas en los mapas de TeleGeography), podrás ver la ruta que sigue la información que enviamos desde España. Recuerda, no obstante, que no todo es lo que parece a simple vista.

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Las imágenes de este artículo son propiedad de TeleGeography

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