Los estudiantes argelinos protestan un martes más contra el régimen militar

Cientos de estudiantes argelinos marcharon hoy por el centro de Argel para exigir un sistema civil, como lo hacen cada martes desde que el pasado 22 de febrero estallaran las protestas populares masivas contra el régimen militar.

Mucho menos numerosos que en otras ocasiones, los estudiantes llegaron a la plaza de la Grand Post, cerrada por la policía por una supuestas obras, a través de calles aledañas y se concentraron en la plaza de Audin, próxima a la facultad.

Al igual que en marchas precedentes, el grito dominante fue “queremos un estado civil y no militar” y las reivindicaciones más repetidas la libertad de los presos y la caída del general Ahmed Gaïd Salah, jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país tras forzar la renuncia del enfermo presidente Abdelaziz Bouteflika.

La situación política en Argelia es de bloqueo, con un polémico y aparente “vacío de poder” en la presidencia y una iniciativa de diálogo que ha divido al movimiento de protesta (hirak) y despertado escaso entusiasmo en la población.

La propuesta, lanzada por el Foro Civil por el Cambio, sugiere que se entable un diálogo entre 13 miembros destacados de la política y la sociedad civil y el gobierno de transición para hallar una salida a la crisis.

Aplaudida el pasado jueves por el jefe del Estado interino, Abdelkader Bensalah, analistas locales aseguran que la iniciativa amenaza con dinamitar movimiento de protesta, ya que algunos de los elegidos en la lista han sido incluidos sin su consentimiento.

Una de las más críticas fue la heroína de la guerra de la independencia en Argelia (muhayida) Djamila Bouhired, quien se mostró sorprendida al ver su nombre.

El objetivo de la iniciativa es acabar con la confusa situación política que vive el país desde que hace dos semanas concluyera el periodo interino de tres meses sin que se hayan celebrado nuevos comicios presidenciales y sin que exista aún una fecha para los mismos.

Mientras que el Ejército y el gobierno interno, afín al antiguo régimen, consideran que el mandato provisional del también enfermo y anciano Bensalah sigue en vigor, los constitucionalista recuerdan que no está especificado en la Carta Magna y que existe “un vacío de poder”.

Los manifestantes también critican la campaña de “manos limpias” impulsada por Gaïd Salah tras forzar la dimisión de Bouteflika, que ha llevado a la cárcel a empresarios, políticos, ministros, oficiales de alto rango del Ejército, a dos exprimeros ministro y al hermano del dimitido presidente, Said.

Gran parte de la población considera que se trata de una “caza de brujas” azuzada por el general para afianzarse en el poder e intentar desvincularse de un régimen del que fue pilar fundamental como jefe del Ejército nombrado por Bouteflika en 2004.