El Gobierno argentino busca revalidar el triunfo de 2019 en las elecciones legislativas

Ayelén Oliva

Buenos Aires —

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Argentina irá a las urnas este domingo para definir candidatos a diputados y senadores nacionales, además de legisladores provinciales y municipales, en una interna partidaria. La votación obligatoria para todos los argentinos, en donde los distintos espacios políticos definen sus candidatos, es considerada un anticipo de la elección definitiva del 14 de noviembre. El oficialista Frente de Todos (FdT) intentará que la sociedad argentina confirme el respaldo que le dio a fines de 2019, cuando el presidente Alberto Fernández se convirtió en presidente.

El Gobierno de Fernández, sin embargo, evaluará el resultado de esta PASO (Primaria, Abierta, Simultánea y Obligatoria) como un plebiscito a su gestión. En 2019, la coalición peronista le ganó al conservador Mauricio Macri con la promesa de reactivar la economía y revertir la caída salarial. Pero esa promesa quedó empantanada a raíz del parate que produjo la pandemia. La administración de Fernández asegura que, en adelante, cumplirá ese compromiso trunco. 

El desenlace electoral, principalmente en la Provincia de Buenos Aires donde votan 4 de cada 10 argentinos, además pondrá a prueba el funcionamiento de la coalición de gobierno. El FdT se compone de distintos grupos peronistas: el liderado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, el del peronismo más ortodoxo y otras ramas minoritarias. 

El frente opositor, por su parte, buscará dejar definitivamente atrás la experiencia fallida del Gobierno de Macri. Juntos por el Cambio (JxC), su sello políticos, quiere mirar hacia adelante y hace campaña sostenido en la crítica al Gobierno de Fernández por no haber cumplido sus promesas de reactivar la economía. Pero además la elección primaria le servirá al espacio para ordenarse internamente. Desde la salida del poder de Macri, el PRO fundado por el expresidente y la histórica Unión Cívica Radical (UCR) compiten por conducir la alianza opositora. 

Para Juntos por el Cambio, el resultado más concreto de las PASO será encontrar un parámetro objetivo y externo para procesar sus diferencias y jerarquizar liderazgos, de cara a las presidenciales del 2023. El alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, impuso a sus candidatos en la Capital y en la provincia de Buenos Aires. Y lo hizo en contra de la voluntad del expresidente Mauricio Macri y de buena parte de la estructura provincial del PRO.

Si la apuesta le sale aceptablemente bien, Rodríguez Larreta reafirmará su condición de líder dentro de ese espacio. Y quedará parado como el principal aspirante opositor a la Casa Rosada dentro de dos años. La UCR, un partido con 130 años de historia y numerosas fracturas internas, tratará de no facilitarle esa condición de presidenciable a su aliado. 

Por fuera de la oposición que lidera el expresidente Macri, dos fuerzas intentarán captar el descontento social y quebrar la polarización vigente en la Argentina. La izquierda buscará renovar dos bancas en Diputados y crecer al calor de la crisis pandémica.

Pero hay otro espacio que tendrá el mismo objetivo, aunque con un discurso novedoso y de alcance aún incierto. Se trata de la derecha extrema encarnada en un sector denominado “libertario”. Su principal figura, Javier Milei, es un economista de ultraderecha que detenta un discurso antisistema por momentos agresivo y violento. Al momento, el economista libertario demostró ser taquillero en los medios, en las redes sociales y entre ciertos jóvenes de clase media de la ciudad de Buenos Aires. Su desafío será darle volumen electoral a este nuevo fenómeno en Argentina.