Los líderes de la UE suscriben una declaración de buenos deseos ante la amenaza de la extrema derecha en las europeas

Andrés Gil

Enviado especial a Sibiu (Rumanía) —

Robert Schuman, ministro francés de Exteriores, pronunció el 9 de mayo de 1950 una declaración que alumbró la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. Hacía cinco años que había acabado la Segunda Guerra Mundial –de hecho, el 9 de mayo de 1945 fue declarado por la URSS Día de la Victoria–, y se trataba de evitar una tercera a través de una alianza de paz entre Francia y Alemania.

El 9 de mayo fue declarado Día de Europa en 1985, y desde entonces la UE intenta dorarlo de contenido. En esta ocasión se han intentado sumar varios elementos: que la presidencia de turno de la UE recae en Rumanía, país que hace 30 años se encontraba en la órbita soviética; que entró en la UE con la gran ampliación al Este de 2007; y que estaba previsto que Reino Unido ya hubiera salido de la UE y los 27 querían hacer un ejercicio de proyección hacia adelante.

En ese contexto, los líderes europeos han querido firmar una declaración, a la que se sumarán unas líneas estratégicas para el próximo quinquenio, a dos semanas de las elecciones europeas en las que la extrema derecha puede ganar un peso inédito, fundamental para el desarrollo de la UE en el futuro.

Así, los 27 se comprometen a “defender una sola Europa, de este a oeste, de norte a sur”; a mantenerse “unidos, pase lo que pase”; a buscar “soluciones conjuntas”; a proteger “nuestro modo de vida, la democracia y el estado de Derecho”; a que “Europa seguirá siendo importante en los asuntos importantes”; a defender “el principio de equidad”; a proporcionar “a la Unión los medios necesarios para alcanzar sus objetivos y llevar a cabo sus políticas”; a preservar “el porvenir de las futuras generaciones de europeos”; a proteger a los “ciudadanos invirtiendo en poder blando y poder duro y colaborando con nuestros socios internacionales”; y a que Europea sea “un líder mundial responsable”.

Declaración de Sibiu

Los dirigentes de la Unión Europea nos hemos reunido en Sibiu para debatir y encarar nuestro futuro común.

Dentro de pocas semanas, los europeos elegirán a sus representantes en el Parlamento Europeo, cuando se cumplen cuarenta años de la primera vez que ejercieron este derecho fundamental. La reunificación de Europa en paz y democracia es solo uno de muchos logros. Desde su creación, la Unión Europea se ha guiado por sus valores y libertades y ha proporcionado estabilidad y prosperidad a toda Europa, dentro y fuera de sus fronteras. A lo largo de todos estos años ha ido creciendo hasta convertirse en un actor clave en la escena internacional. Con sus cerca de 500 millones de ciudadanos y su competitivo mercado único, lidera el comercio mundial y perfila la política internacional.

Reafirmamos nuestra convicción de que unidos somos más fuertes en este mundo cada vez más inestable y exigente. Reconocemos la responsabilidad que tenemos como dirigentes de reforzar la Unión y dotarla de un futuro prometedor, al tiempo que reconocemos la perspectiva europea de otros Estados europeos. Esta es la razón por la que hoy acordamos de forma unánime diez compromisos que nos ayudarán a estar a la altura de dicha responsabilidad:

Defenderemos una sola Europa: de este a oeste, de norte a sur. Hace treinta años, millones de personas lucharon por su libertad y por la unidad y provocaron la caída del Telón de Acero, que había dividido Europa durante décadas. No hay cabida para las divisiones que operan en contra de nuestro interés colectivo.

Nos mantendremos unidos, pase lo que pase. Mostraremos nuestra solidaridad mutua en momentos de necesidad y siempre actuaremos codo con codo. Podemos hablar con una única voz, y así lo haremos.

Siempre buscaremos soluciones conjuntas y nos escucharemos mutuamente con ánimo de entendernos y respetarnos.

Seguiremos protegiendo nuestro modo de vida, la democracia y el estado de Derecho. Los derechos inalienables y las libertades fundamentales de todos los europeos se lograron tras una ardua lucha y nunca han de darse por sentados. Defenderemos nuestros valores y principios compartidos que consagran los Tratados.

Cumpliremos allí donde sea más necesario. Europa seguirá siendo importante en los asuntos importantes. Seguiremos atendiendo a las inquietudes y esperanzas de todos los europeos, acercando la Unión a nuestros ciudadanos, y actuaremos en consecuencia, con ambición y determinación.

Siempre defenderemos el principio de equidad, ya sea en el mercado laboral, en el bienestar social, en la economía o en la transformación digital. Seguiremos reduciendo las desigualdades que existen entre nosotros y siempre ayudaremos a los más vulnerables de Europa, anteponiendo la gente a la política.

Nos dotaremos de los medios para cumplir nuestras ambiciones. Proporcionaremos a la Unión los medios necesarios para alcanzar sus objetivos y llevar a cabo sus políticas.

Preservaremos el porvenir de las futuras generaciones de europeos. Invertiremos en la juventud y construiremos una Unión adaptada al futuro, capaz de hacer frente a los retos más acuciantes del siglo XXI.

Protegeremos a nuestros ciudadanos y los mantendremos a salvo invirtiendo en poder blando y poder duro y colaborando con nuestros socios internacionales.

Europa será un líder mundial responsable. Los retos a los que nos enfrentamos hoy en día nos afectan a todos. Seguiremos trabajando con nuestros socios de todo el mundo para amparar y desarrollar un orden internacional basado en normas, para aprovechar al máximo las nuevas oportunidades comerciales y para abordar juntos cuestiones de ámbito mundial como la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

Las decisiones que tomemos respetarán la esencia y la letra de estos diez compromisos. Hoy la Unión es más fuerte que ayer, y queremos seguir reforzándola para el mañana. He aquí nuestro compromiso para las generaciones futuras. Esta es la esencia de Sibiu y de la nueva Unión de los Veintisiete, preparados para afrontar su futuro todos a una.