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Lula designa a su vicepresidente y antiguo rival para coordinar la transición de cambio de Gobierno

El vicepresidente electo de Brasil, Geraldo Alckmin.

Eleonora Gosman

San Pablo (Brasil) —

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En cuanto terminó Jair Bolsonaro su declaración reconociendo su derrota, el ministro jefe de la Casa Civil, Ciro Nogueira, cogió el micrófono para anunciar que darán “inicio inmediato al proceso de transición con el próximo gobierno, tal como fue autorizado por el presidente de la República”. Era la señal más importante esperada por el Congreso y el Poder Judicial sobre la normalización política del país.

Aunque el jefe de Estado omitió mencionar que dejará el sillón presidencial el uno de enero, las palabras de Nogueira actuaron como un bálsamo. La “transición” a la que se refería el funcionario se desarrolla durante los dos meses que suelen pasar entre el fin de las elecciones y el comienzo de la próxima administración. Es una misión que deben cumplir los distintos ministerios para entregar de forma ordenada las gestiones realizadas durante cuatro años. Como dijo el jefe de la Casa Civil, se puso a disposición de los futuros gestores un salón del Palacio del Planalto. Este lunes, Nogueira señaló que se reunirá con el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, quien fue designado por Lula da Silva como el coordinador del proceso de cambio de mando; lo ayudará en esa tarea la presidenta del Partido de los Trabajadores, la diputada Gleisi Hoffmann.

Más reconocimientos de las elecciones

Un poco antes del discurso de Bolsonaro, varias entidades del establishment demandaron públicamente la “preservación” de la democracia, reconociendo implícitamente la legitimidad del triunfo lulista. Ese es el caso de la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA), quien, a través de una nota de prensa, reiteró su apoyo a la democracia, que considera “esencial para el desarrollo del sector” y señaló que está lista para “el diálogo y la cooperación con el gobierno electo, escogido por la mayoría del pueblo brasileño”. De esta forma, la entidad ha reconocido a Lula da Silva como futuro presidente, a pesar de haberse pronunciado anteriormente a favor de la reelección de Jair Messias Bolsonaro.

La Confederación Nacional de la Industria, que reúne a la totalidad del sector manufacturero, se pronunció en forma absoluta contra los bloqueos de rutas realizados por parte de grupos de camioneros bolsonaristas. Advirtió: “El sector industrial se manifiesta contrario a cualquier movimiento que comprometa la libre circulación de trabajadores y del transporte de cargas, pues provocan daños directos en el proceso productivo y en la vida de los ciudadanos”. Concluyó que esas movilizaciones son “antidemocráticas”.

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