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The Guardian en español

El club Bilderberg sigue siendo poderoso, pero quizá está más inquieto este año

El exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, que participa en el club Bilderberg, en una imagen de 2014.

Charlie Skelton

Varios primeros ministros, ministros de Economía, empresarios de primera línea y un antiguo jefe de espías están entre los asistentes a la influyente conferencia Bilderberg de este año. La lista de invitados del evento, que ha empezado este jueves en Dresde, se publicó el martes e incluye a un gran número de políticos de primer nivel, decenas de ejecutivos bancarios y multimillonarios de las altas finanzas que se reúnen dentro de la recién erigida valla de seguridad en torno al Hotel Taschenbergpalais.

Dos primeros ministros, cuatro ministros de Economía, la directora del FMI y una vicepresidenta de la Comisión Europea están en la lista de asistentes. Con la presencia de tantos políticos, incluidos tres miembros del Gobierno alemán, los planes incluyen que el Ejército alemán supervise la seguridad.

Los militares se han reunido con el personal de la conferencia, han explorado los alrededores del hotel y han hecho fotos de la entrada. Están trabajando con la seguridad corporativa de Airbus para asegurarse de que los políticos están a salvo de la prensa durante los tres días del evento.

Nadie quiere que el ministro danés de Justicia o el viceprimer ministro de Turquía tengan que responder a preguntas incómodas, como “¿Qué opina del lobbying corporativo?”. Especialmente si están al lado del presidente del HSBC y del de Siemens.

Airbus también es responsable de la elaborada instalación del montaje de tiendas en los jardines del hotel, según algunos de los trabajadores.

El fabricante aeroespacial, la séptima mayor empresa armamentística del mundo, es una pieza clave del Bilderberg 2016. Todos los años, una gran empresa con vínculos con el comité de dirección del evento coordina la seguridad del mismo con la Policía: en Watford, en 2013, fue Barclays. Este año es Airbus. Esto hace aún más obvio el hecho de que toda la conferencia es un acto de lobbying empresarial, en el que los gigantes corporativos organizan todo, desde la seguridad hasta el hielo seco. Y hace que el silencio de los políticos que asisten sea incluso más ofensivo.

Secreto absoluto

Una simple comparación rápida entre la lista de invitados y el programa de la conferencia dispara alertas. Todos esos ministros de Economía debatiendo sobre “la geopolítica de la energía y de los precios de los productos” con el director ejecutivo de BP, el vicepresidente del gigante petrolero portugués Galp Energia y el CEO de Royal Dutch Shell. Y sin decir después nada a sus respectivos parlamentos sobre lo que han hablado. Es tan tremendamente inapropiado que resulta incomprensible.

En relación con Royal Dutch Shell, el rey de Holanda está invitado a la conferencia de este año, en sustitución de su madre, Beatriz, parte del núcleo duro de Bilderberg. Dados los intereses que siempre ha tenido su familia en los grandes negocios petroleros, no hay duda de que el rey Guillermo Alejandro tendrá mucho que hablar con la ministra holandesa de Medio Ambiente, Sharon Dijksma.

Es estupendo para todos que estas conversaciones de alto nivel entre políticos y directivos de empresas petroleras transnacionales tengan lugar bajo una privacidad tan protegida, sin ninguna supervisión de la prensa en absoluto. Especialmente estupendo si eres directivo de BP.

Como, por ejemplo, sir John Sawers. Además de ser directivo de BP, este exdirector del servicio de inteligencia británico, un hombre cercano a Tony Blair, pertenece al comité de dirección de Bilderberg y es el presidente de Macro Advisory Partners, una consultora internacional que tiene importantes vínculos con la comunidad de la inteligencia transatlántica, al estilo de Kissinger Associates.

¡Y hablando del rey de Roma! El eterno exsecretario de Estado estadounidense, a sus 93 años, está en Dresde, (derrochando sabiduría desde el trono de huesos que se desplaza a todas partes. Henry Kissinger se sigue reuniendo con George Osborne para asesorarle en geopolítica, y hace poco mantuvo una reunión con Donald Trump de la que se habló mucho. Yo diría que me gustaría haber sido una mosca en la pared de esa habitación, pero me temo que la lengua de Kissinger me habría sacado de la pared en cuestión de segundos.

Con 93 años, Kissinger debe de estar pensando más de lo habitual en el futuro, lo que explica quizá el reciente interés de Bilderberg en la inteligencia artificial. Henry debe de estar desesperado para elevar su conciencia a un dron del Pentágono, para poder revolotear de forma más fácil entre cumbres geopolíticas y lanzar alguna bomba ocasional en algún pueblo, por los viejos tiempos. En Dresde, Kissinger recibirá consejos sobre dónde poner sus puertos USB por parte del director del proyecto DeepMind de Google y experto en inteligencia artificial Demis Hassabis y del copresidente de OpenAI, Sam Altman.

El romance con Silicon Valley

Con el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, una vez más convidado al evento, parece que la historia de amor entre Bilderberg y Silicon Valley está prosperando. Y con un gran protagonismo de la ciberseguridad en el programa de la conferencia, no se puede obviar una mención a Alex Karp, el CEO del gigante de la vigilancia y del data mining Palantir. Estrella emergente de los grandes negocios, Karp es el lugarteniente del habitual de Bilderberg Peter Thiel (director de Facebook y fundador de PayPal), amante del chi kung. Karp, de mirada penetrante, es como un Kissinger más joven y hippy, y entró hace poco en el equipo del Economist Group, sin duda una señal de que fue aceptado por las élites.

Y ese es el aspecto del Bilderberg de este año: la élite transatlántica financiera, industrial y tecnológica. Aún suficientemente poderosa para que ministros y comisarios europeos vengan corriendo cuando abren las puertas, pero quizá un poco más inquieta que en las décadas pasadas. Rusia y China siguen pululando alrededor del programa, y ahora hay una nueva preocupación: el Brexit.

Muchos de los participantes en la reunión de este año se han manifestado públicamente contra él. Y en el programa de este año encontramos el intrigante tema: “Europa: migración, crecimiento, reforma, visión y unidad”. Desde que empezó en los años 50, Bilderberg ha estado presionando por la unidad de Europa, y no va a dejarlo ahora.

El CEO de Airbus, Thomas Enders, dijo hace poco: “La industria aeroespacial –creo que entre otras– presionará para que el electorado británico vote a favor de la UE”. Pase lo que pase en los días previos al referéndum, podemos estar seguros de que Bilderberg estará presionando con firmeza. Después de todo, es lo que mejor hacen.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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