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The Guardian en español

Documentos internos de la ONU revelan “un patrón de acoso generalizado” de Israel contra la UNRWA

Trabajadores palestinos de la UNRWA organizan la distribución de ayuda humanitaria en Gaza.
Jerusalén —
24 de marzo de 2024 22:04 h

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El Ejército y las autoridades israelíes han sometido a una campaña sistemática de acoso al personal de la ONU que trabaja con los palestinos en la Cisjordania ocupada desde el inicio de la guerra contra la Franja de Gaza, según documentos internos de Naciones Unidas a los que ha tenido acceso The Guardian.

Los informes, que recopilan cientos de incidentes, documentan los supuestos abusos cometidos por autoridades israelíes contra empleados de la ONU detenidos en puestos de control, a quienes vendaron los ojos y golpearon. Además, los papeles también revelan el uso de instalaciones de Naciones Unidas como posiciones de tiro por parte de soldados israelíes durante las incursiones en campos de refugiados en las que murieron ciudadanos palestinos.

Los documentos han sido recopilados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que lleva décadas ofreciendo servicios básicos a los palestinos de los territorios ocupados y en la diáspora (en Cisjordania, gestiona 96 colegios y 43 clínicas para 871.000 refugiados registrados). La agencia fue colocada en el centro de una amarga controversia después de haber sido acusada por Israel de colaborar con Hamás en Gaza. La UNRWA niega la acusación y alega que no se han presentado pruebas sólidas que la respalden.

La portavoz de UNRWA, Juliette Touma, que dijo a The Guardian no haber visto aún los documentos internos, ha descrito los incidentes detallados como “parte de un patrón de acoso generalizado contra la UNRWA en Cisjordania y en Jerusalén Este, ambos territorios ocupados-”.

Por su parte, un portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha afirmado que el Ejército no tiene “ningún problema con la UNRWA en Cisjordania”.

“No intentamos acosarles, no hacemos nada de manera intencionada para perturbar su importante labor, no podemos verificar esas afirmaciones; y no nos han presentado pruebas. Tenemos buena relación con la UNRWA y con otras organizaciones de Cisjordania”, ha añadido.

La retórica agresiva dirigida contra la UNRWA por parte de altos cargos de Israel está soliviantando a la ciudadanía del país. Además de las protestas semanales organizadas frente a las oficinas de la agencia en Jerusalén Este, a principios de año se produjo un ataque del que no se había informado antes: un conductor desconocido disparó desde su vehículo un arma de fuego contra el conductor de un camión de la UNRWA en Jerusalén. La Policía está investigando la agresión.

Los documentos internos de la ONU detallan cómo los centros de salud de la UNRWA en Cisjordania se quedaron sin suministros básicos después de que la aduana israelí retuviera durante más de dos meses un cargamento de medicinas en Jordania. La mercancía, formada por 42 palés, incluía antibióticos, antihistamínicos, analgésicos y medicamentos para la diabetes, la hipertensión y la esquizofrenia.

El cargamento llegó en enero en Ammán, la capital jordana, pero el envío a Cisjordania no se autorizó hasta este domingo, dos horas después de que The Guardian hiciera una consulta sobre este asunto a las autoridades israelíes. Un portavoz de la aduana israelí negó que hubiera retraso alguno.

Los documentos también indican que “el personal de la UNRWA [en Cisjordania] ha sido objeto de intimidaciones verbales, sometidos a cacheos y a la verificación de su identidad, y obligados a levantarse la ropa para demostrar que no llevaban armas”.

Vulneración del estatus de la UNRWA

Además, “se han documentado vulneraciones cada vez más atroces contra las prerrogativas y las inmunidades de la ONU, incluido el ingreso de personal armado en las instalaciones de la UNRWA durante operaciones de las fuerzas de seguridad israelíes, así como daños en las instalaciones de la UNRWA provocados en dichas operaciones”, según los documentos. En ellos, se hace referencia a la Convención sobre Prerrogativas e Inmunidades de la ONU, adoptada en 1946, que otorga a los organismos de la ONU el “derecho a llevar a cabo actividades en apoyo de su mandato sin impedimentos”.

En febrero de 2024, ocurrió uno de los incidentes más graves de todos los documentados: la detención de dos miembros del personal de la UNRWA mientras trataban de salir de un pueblo palestino cercano a Belén en su vehículo, con identificación de la ONU. En un puesto de control temporal, los soldados israelíes les quitaron las llaves “por la fuerza” y “obligaron al personal a salir a punta de pistola” del vehículo. Después, lo registraron y se burlaron de ellos “haciendo referencia al personal [de la UNRWA] que pertenecía a Hamás”. Entonces les obligaron a ponerse de rodillas, les vendaron los ojos, les esposaron con bridas de plástico y les golpearon antes de que interviniera un oficial superior.

Los documentos también revelan que tropas israelíes usaron las instalaciones de la UNRWA durante operaciones militares en Cisjordania y que, en al menos una de esas operaciones, varios palestinos murieron.

Desde el 7 de octubre la UNRWA ha documentado 135 incidentes que afectaron a sus centros sanitarios, oficinas o colegios, entre los que figuran incursiones, uso indebido de las instalaciones y operaciones militares con fuego real o con botes de gas lacrimógeno.

En los documentos, se sostiene que las fuerzas de seguridad israelíes lanzaron el 8 de diciembre una redada contra milicianos en el campo de refugiados de Al Faara (en el norte de Cisjordania), durante la que rompieron la puerta del centro de salud de la UNRWA y retiraron la bandera de la ONU que había en él.

“El centro de salud estaba claramente señalizado con carteles de la ONU y con una bandera. Fueron vistos retirando del tejado la bandera de la ONU y tomando posiciones, con sus armas de fuego apuntadas hacia el campamento, en los balcones, las ventanas de los pisos superiores y el tejado del edificio. Después de que las FDI se retiraran del campamento y cuando se dieron las condiciones de seguridad para que el personal de la UNRWA regresara al centro de salud, en las instalaciones se encontró munición [usada]”. Seis palestinos murieron por esa incursión israelí, entre ellos, un adolescente de 14 años.

En los documentos también se critica a los miembros de milicias palestinas presentes en muchos campamentos de refugiados, a los que la UNRWA llama “actores armados”. “Para desviar a las fuerzas de seguridad israelíes cuando hacen sus incursiones a los campamentos, actores armados de algunos campamentos de refugiados han improvisado un sistema de barricadas y artefactos explosivos, en algunos casos al lado o cerca de instalaciones de la UNRWA, lo que aumenta el peligro para los refugiados que usan estos servicios y para el personal que los presta”, detallan los documentos.

Un lugar donde siempre hay problemas es el campamento de refugiados de Al Arroub, al sur de Belén, sometido a fuertes restricciones por las autoridades israelíes. Desde el 7 de octubre han instalado puertas metálicas nuevas para controlar el acceso a una carretera cercana y evitar que bloqueen con tierra o con rocas las carreteras secundarias. De acuerdo con los documentos, en una ocasión las fuerzas de seguridad israelíes notificaron a la comunidad local que cerrarían las nuevas puertas metálicas durante tres días porque se habían arrojado piedras contra una torre de vigilancia.

A pesar de los intentos por coordinar su labor con las autoridades israelíes en el campo de Al Arroub y sus alrededores, los documentos hablan de insultos al personal de la UNRWA, que son acusados de apoyar el terrorismo, sus vehículos registrados y sus desplazamientos bloqueados a menudo por parte de efectivos israelíes.

“A veces han denegado el acceso por completo aunque haya sido coordinado. El procedimiento para el acceso cambia de manera fortuita y sin previo aviso, en función de los soldados que ocupen el puesto de control, sin ninguna previsibilidad. Estos factores han dificultado en gran medida la planificación de las operaciones de la UNRWA en el campamento de Al Arroub”, destacan los documentos.

Según las autoridades israelíes, las duras medidas son necesarias para impedir que desde Cisjordania se lancen atentados terroristas contra Israel. Según la ONU, en Israel y en Cisjordania (incluyendo Jerusalén Este), han muerto desde el 7 de octubre 15 israelíes, entre ellos cuatro miembros de las fuerzas de seguridad y 99 han resultado heridos. En el mismo periodo, en Cisjordania (incluido Jerusalén Este) han muerto más de 420 palestinos, 410 a manos de las fuerzas de seguridad israelíes y los otros asesinados por colonos israelíes, según la misma fuente.

“Desde diciembre, la decisión de Israel de incrementar su ofensiva contra estos grupos ha reducido de manera significativa el número de atentados exitosos”, escribió a principios de marzo Neomi Neumann, investigadora visitante del Washington Institute for Near East Policy. “Desde el 7 de octubre las Fuerzas de Defensa de Israel han frustrado en total 665 ataques significativos, como mínimo”, escribió Neumann, que fue directora de la Agencia de Seguridad de Israel.

Un documento de la UNRWA hace referencia a la manera en que los cierres y restricciones a la circulación en Cisjordania han creado “dificultades económicas cada vez mayores, sobre todo para los palestinos que trabajan en otra ciudad, o que necesitan viajar a Israel para trabajar”. “Cuanto más tiempo se apliquen las restricciones de acceso y circulación, mayor será la posibilidad de un aumento de la inestabilidad en Cisjordania”, señala ese documento.

La guerra en Gaza desencadenó por un ataque sorpresa al sur de Israel en el que Hamás mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó a más de 200 rehenes, de los cuales un centenar permanecen cautivos en el enclave palestino. La consiguiente guerra iniciada por Israel ha matado hasta ahora a 32.000 personas en Gaza, incluidos 14.000 niños, según las autoridades sanitarias locales.

Israel no permitirá más convoyes de UNRWA al norte de Gaza

Entretanto, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha dicho que Israel ha comunicado a la ONU que no aprobará más convoyes humanitarios dirigidos al norte de la Franja de Gaza, donde la hambruna ya es una realidad. “A pesar de la tragedia que se está desarrollando bajo nuestra vigilancia, las autoridades israelíes informaron a la ONU de que ya no aprobarán ningún convoy de alimentos de UNRWA hacia el norte”, indica Lazzarini en un comunicado publicado este domingo.

El comisionado recuerda que UNRWA, que provee servicios a casi seis millones de palestinos en diferentes países y es el principal actor humanitario en la Franja de Gaza, es “el principal sustento” en plena guerra para más de dos millones de personas en el enclave y el único que puede proporcional “asistencia vital” en el norte. “Esto es indignante y hace que sea intencional obstruir la asistencia para salvar vidas durante una hambruna provocada por el hombre. Estas restricciones deben levantarse”, exige Lazzarini.

El comisionado indica que si se impide a UNRWA cumplir su mandato en Gaza, “el tiempo correrá más rápido hacia la hambruna y muchos más morirán de hambre, deshidratación y falta de refugio”.

La portavoz de la Unrwa, Juliette Touma, dice que la decisión fue transmitida en una reunión con representantes militares israelíes el domingo. La decisión se produce después de que la semana pasada se denegara por escrito en dos ocasiones el envío de convoyes al norte. Touma indica que no se ha dado ninguna razón para la decisión.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha tildado este lunes de “totalmente inaceptable” la decisión de Israel de no permitir más convoyes humanitarios al norte de la Franja de Gaza, donde “ya hay niños muriendo de hambre”.

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