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The Guardian en español

La izquierda no está vetada para los hipsters de clase media

El laborista Jeremy Corbyn pide justicia y paz en un discurso en Glastonbury

Owen Jones

La izquierda nunca conseguirá atraer a la clase media; o esto era lo que afirmaban sus detractores. Ahora acusan a la izquierda de haber atraído a demasiados votantes de clase media. Cuatro de cada diez electores británicos han optado por votar el manifiesto laborista más de izquierdas desde 1983.

Según el sociólogo especializado en elecciones John Curtice, el hecho de que las políticas socialistas hayan conseguido tanto apoyo por parte del electorado y que el laborismo liderado por Jeremy Corbyn se haya convertido en un partido con posibilidades de ganar contradice las leyes de la gravedad política. Al menos, así lo creen todos aquellos cuyo credo político se fundamenta sobre la base de que las políticas de izquierdas solo consiguen atraer a los votantes más apocalípticos. Por todo ello, ahora aflora un nuevo argumento: los electores que han apoyado al Partido Laborista y que con su voto han propiciado un resultado electoral histórico no pertenecen en realidad a este partido. Tienen demasiado dinero, son demasiado “clase media”. Sin embargo, lo cierto es que el socialismo ofrece alicientes tanto a la clase media como a la clase trabajadora. Es más, solo así el laborismo puede ganar unas elecciones.

La calurosa acogida que han dado los asistentes al festival de Glastonbury a Corbyn demuestra que estos hipsters de clase media integran la base de votantes que ha propiciado los buenos resultados electorales del laborismo. “Esta es la fuerza política que menciona al poeta británico Percy Bysshe Shelley delante de un auditorio integrado por personas que han pagado 243 libras esterlinas para poder estar allí”, escribió un comentarista. “La ironía ha muerto”, indican con sorna las redes sociales al describir cómo los adinerados asistentes vitoreaban a Corbyn cuando criticaba las injusticias sociales. Otro resumía el corbynismo como “populismo para la clase media”. Otros lo describen como “una muestra del romanticismo de la clase media”. La revista The Spectator afirma que ahora el laborismo es el partido de la clase media.

Cerca de 13 millones de personas votaron al Partido Laborista hace unas semanas: de estos, algunos son radicales bohemios adinerados. Cuando hacen referencia a Glastonbury, las críticas de los detractores de Corbyn se basan en una noción muy condescendiente de lo que es la clase trabajadora británica. La gente que conocí durante mi infancia en Stockport presumía de saber ahorrar para darse algunos placeres; ropa de marca, vacaciones en la playa o, como es el caso que nos ocupa, festivales de música. Muchas de las personas que asistieron al festival de Glastonbury han estado ahorrando durante todo el año para pagar la entrada por la simple razón de que este festival es una prioridad para ellas.

En cualquier caso, los resultados electorales no dan lugar a dudas. Los jóvenes de clase trabajadora son el pilar fundamental de la base de votantes de Corbyn. El 52% de los profesionales de clase media de menos de 35 años votaron al Partido Laborista, en comparación con el 70% de jóvenes de clase trabajadora. Una de las plataformas que consiguió atraer a más votantes jóvenes fue Grime4Corbyn (la mugre a favor de Corbyn), que fue muy efectiva entre los jóvenes de clase trabajadora, muchos de ellos miembros de minorías.

En general, los laboristas consiguieron más votos de la clase trabajadora que hace dos años. Los laboristas consiguieron una ventaja de nueve puntos respecto a los conservadores entre los trabajadores que entran en la categoría “DE”, que incluye a los obreros no cualificados o semicualificados. Sin lugar a dudas, la caída en votos de Ukip hizo que los conservadores se quedaran con el voto de la clase trabajadora de más edad. Los laboristas tendrán que superar este reto en el futuro. Los conservadores consiguieron una ventaja de cuatro puntos entre los trabajadores cualificados pero los laboristas consiguieron una ventaja de nueve puntos entre los electores que ya los habían votado en 2015.

La base electoral de los laboristas está formada por votantes de clase media y de clase trabajadora. No fueron suficientes como para ganar las elecciones pero lo que es evidente es que el mapa electoral del Reino Unido tiene ahora muchos grupos de votantes que, con la estrategia adecuada, se podrían unir a las filas laboristas en las siguientes elecciones. De hecho, esta es la estrategia que ha utilizado el partido para ganar en sitios donde nunca había ganado, como Kensington y Canterbury. Hasta ahora, a la izquierda se la acusaba de atraer a un tipo de votante muy homogéneo.

Ahora, la acusan de ser demasiado diversa. “La base heterogénea de votantes que Corbyn ha conseguido en Kensington y en Doncaster no es sostenible a largo plazo”, indica el académico Matthew Goodwin: “Llegará un momento en el que alguno de los grupos no podrá obtener lo que quiere”. A la izquierda se la criticaba por no ser capaz de atraer votantes de clase media y ahora se la critica por atraer a demasiados votantes adinerados. Se la acusa de traicionar a los votantes que más necesita cuando no es capaz de conseguir el voto de electores más adinerados y, por tanto, pierde las elecciones, o se la acusa de haber conseguido una base de votantes demasiado heterogénea que le causará problemas.

El Partido Laborista, liderado por su flanco más de izquierdas, está cada vez más cerca de la cima si bien un caótico gobierno conservador, que intentará por todos los medios que esto no suceda, se agarrará a la silla tanto tiempo como pueda. Solo la unión de los votantes de clase media y trabajadora hará posible que el Partido Laborista gane por mayoría. Tanto la clase media como la clase trabajadora dependen de servicios públicos como el sistema educativo o el sistema nacional de salud. Ambas desean un trabajo bien remunerado y estable, no solo para ellos sino también para sus hijos. A ambas les gustaría acabar con una crisis de la vivienda que a menudo priva a sus hijos de la posibilidad de acceder a una casa segura, confortable y asequible. Ambas quieren una jubilación digna. Ambas sufren las consecuencias de que ciertos servicios, como la red de ferrocarriles, hayan caído en manos de aprovechados que no prestan atención a las necesidades de los usuarios. Ambas quieren un sistema de guarderías asequibles para no tener que elegir entre sus carreras y la familia. Ambas se beneficiarían si los más ricos pagaran más impuestos y que con este dinero se mejoraran las infraestructuras, los servicios, el sistema educativo, se garantizara el acceso a la vivienda y se crearan puestos de trabajo.

En los últimos años ha prevalecido la opinión de los medios de comunicación que defienden que el Partido Laborista perdió en 2015 porque estaba demasiado escorado a la izquierda. Tomemos el ejemplo de Battersea en Londres: algunos aseguran que el Partido Laborista perdió este escaño en 2015 debido al impuesto “a las mansiones” defendido por el partido. Sin embargo, ahora el partido ha conseguido este escaño después de prometer que, si llegaba al gobierno, los que más ganan pagarían más impuestos. La clase media no dejó de votar al Partido Laborista por el hecho de que este hubiera sugerido que los que ganan más de 80.000 libras esterlinas deberían pagar más impuestos.

Sí, es cierto que los laboristas deben conseguir a más votantes de clase trabajadora de una cierta edad y deben conseguir que muchos jóvenes no se abstengan y acudan a las urnas. También lo es que estas elecciones han demostrado que el socialismo puede convencer tanto a la clase media como a la trabajadora. Los detractores de esta estrategia siempre los criticarán. Dirán que la izquierda tiene poco apoyo de la clase media o que tiene demasiado. El socialismo democrático necesita los votos de la clase trabajadora y de la clase media. Cuando lo vota la clase media no significa que ha fracasado o ha dado la espalda a sus valores. Significa que lo ha conseguido. El socialismo no solo representa mayores oportunidades para la clase trabajadora del Reino Unido. Es una ideología que puede dar una visión positiva y de futuro a muchos miembros de la clase media.

Traducido por Emma Reverter

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