Jóvenes de Portugal llevan a 32 gobiernos europeos a los tribunales por la crisis climática

Sandra Laville

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Cláudia Agostinho va a la playa de Pedrógão desde que era una niña. Cuando era pequeña, esta playa era una extensión de arena de color blanco brillante entre pinos y mar.

Hoy la playa de Pedrogão, en el centro de Portugal, es un recordatorio apocalíptico de la carnicería que el calentamiento global puede generar. Este verano, mientras una vez más se emitían alertas por las altas temperaturas en la región de Leiria –donde se encuentra la playa– y se propagaban múltiples incendios forestales activos, los restos carbonizados del incendio más mortífero en la historia de Portugal seguían a la vista de todos.

En 2017, 66 personas murieron, más de 250 resultaron heridas y 20.000 hectáreas de bosque fueron destruidas a causa de los incendios forestales que se propagaron por la región arrasando con una superficie cuatro veces mayor que la de Lisboa. El impacto del aumento de la temperatura global y la preocupación ante el fracaso de los países para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero han llevado a Agostinho, que ahora es enfermera de 23 años, a una batalla contra los gobiernos europeos.

Mientras el calor y la sequía vuelven a hacer acto de presencia tanto en su región como en todo el país, Agostinho, sus hermanos y sus primos se preparan para una tenaz batalla en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Después de casi cinco años, su demanda contra 32 países europeos, entre los que están Portugal y España y a los que acusan de no tener políticas climáticas adecuadas, será presentada ante 17 jueces este otoño.

Un caso para la Gran Sala

Gearóid Ó Cuinn, de Global Legal Action Network (GLAN, por sus siglas en inglés), la organización que apoya a Agostinho y a su familia, dice: “El hecho de que el Tribunal haya remitido este caso (...) a la Gran Sala es un acontecimiento extremadamente significativo que demuestra cuán importante es la cuestión del cambio climático para los derechos humanos”.

Su demanda se suma a otros litigios climáticos que se presentarán ante la Gran Sala del Tribunal en los próximos meses. Un alcalde francés, Damien Carême, ha emprendido acciones contra la incapacidad del Gobierno de su país para hacer frente al colapso climático. Carême, alcalde de Grande-Synthe, una comuna en el norte de Francia, dice que su ciudad se enfrenta a la amenaza a largo plazo de quedar sumergida si sube el nivel del mar. Otro litigio climático es el de un grupo de mujeres, KlimaSeniorinnen (Mujeres mayores por el clima), que ha emprendido acciones contra el Gobierno suizo por no haber adoptado una política adecuada para la protección del clima.

Agostinho dice que el paso a la presentación del caso ante el Tribunal de Estrasburgo se produjo cuando su región y el resto del país estaban sufriendo nuevamente un clima extremo: “Me he visto impulsada a hacerlo por la preocupación que siento ante lo que está ocurriendo, y ante lo que ocurrirá si no tomamos ninguna medida. Ahora estamos sufriendo de nuevo el calor aquí y pienso: ‘¿Quiero traer niños a este mundo si no hay un buen futuro para ellos?’. Siento que hay que hacer algo, la forma en que vivimos no es sostenible”.

32 países denunciados

Los jóvenes están financiando la batalla legal mediante plataformas de crowdfunding. Arguyen que la crisis climática interfiere en su derecho a la vida, su derecho al respeto de su vida privada y familiar y su derecho a no ser discriminados.

Los seis demandantes portugueses están representados por un equipo de diez abogados provenientes de varios despachos con sede en Reino Unido. Presentan su demanda contra los gobiernos de Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, República Checa, Alemania, Grecia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Croacia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Luxemburgo, Letonia, Malta, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Turquía.

Sofía Oliveira, otra de los demandantes, dice: “Este verano hemos experimentado en Portugal unas temperaturas extremas muy preocupantes y asfixiantes en comparación con el año pasado, por lo que nos esperanza saber que el Tribunal ha dictaminado que nuestro caso es tan importante que debe ser resuelto por 17 jueces”.

“Ahora esperamos que estos jueces atiendan nuestro caso lo antes posible y hagan que los gobiernos europeos tomen las medidas urgentes necesarias para protegernos”.

Si los demandantes tienen éxito, los gobiernos estarían legalmente obligados a recortar aún más las emisiones de gases, pero también a encargarse de su contribución a la crisis climática fuera de sus propios países, incluidas las emisiones alrededor del mundo provocadas por las empresas multinacionales.

El grupo alegará ante los jueces que los incendios forestales que se han producido en Portugal año a año desde 2017 son resultado directo del calentamiento global. Aducen un riesgo para su salud a causa de estos incendios y afirman que, como resultado, han experimentado alteraciones en sus patrones de sueño, alergias y problemas respiratorios, los cuales se ven agravados por las altas temperaturas. Dos demandantes subrayan que la alteración del clima está provocando tormentas muy fuertes durante el invierno y sostienen que su casa, situada cerca del mar en Lisboa, podría correr el riesgo de sufrir daños por las tormentas.

Traducción de Julián Cnochaert.