Un libro sobre caca para aprender japonés
Como muchos profesores y padres podrán atestiguar, conseguir que los niños pequeños escriban y memoricen cientos de caracteres kanji (caracteres chinos que se usan en la escritura de la lengua japonesa) puede ser una tarea desagradecida. Pero, una nueva serie de libros de texto ha generado un gran interés por el orden de los trazos, y por las alternativas y radicales pronunciaciones. Todo esto gracias a la eterna obsesión de los niños: la caca.
Este estudio completamente escatológico en forma de ejercicios kanji relacionados con la caca (esta sería más o menos la traducción del título Unko Kamji Doriru) se ha hecho inmensamente popular entre los estudiantes de primaria del país (y con la bendición de sus padres), desde que la serie de libros apareció en marzo. El libro de ejercicios, siempre acompañados de consejos del Profesor Caca –un mojón-emoticono con gafas y bigote– ha vendido hasta la fecha 1,8 millones de copias.
“Quería hacer que el este estudio tan aburrido fuera más divertido”, cuenta el editor, Shuji Yamamoto, al periódico Mainichi Shimbun.
Yamamoto tiene 40 años y es un antiguo empleado de Lehman Brothers que fundó su propia empresa editorial hace siete años. “Soy una persona extremadamente común. Por eso sé lo que quiere la mayoría de la gente común. Sé lo que es probable que se venda”.
El japonés escrito está compuesto por 2.136 caracteres de origen chino (que se denominan caracteres kanji) y por la escritura fonética del hiragana y del katakana. El hitagana está compuesto de 46 caracteres base que con frecuencia se utilizan como partículas gramaticales o para declinar verbos y adjetivos. Normalmente, se utiliza el mismo número de símbolos procedentes de katakana para escribir las palabras tomadas del extranjero.
Los niños japoneses –entre los más alfabetizados del mundo– se supone que son capaces de leer y escribir 1.006 caracteres kanji después de seis años de educación primaria; el aprendizaje comienza a los seis años. Para ayudarles a alcanzar este objetivo, y prepararles para memorizar los 1.130 caracteres que restan antes de terminar la etapa de enseñanzas oficiales a los 15, el libro incluye la palabra “caca” en cada una de sus 3.018 oraciones de ejemplo.
“Puede que sorprenda a los adultos, pero para los niños, la palabra 'caca' es mágica y hace que las cosas sean más divertidas”, asegura el autor del libro Yusaku Furuya a Kyodo News.
Mientras que el libro ofrece una organización temática del kanji para ayudar a memorizar, algunos de sus ejemplos rozan los surrealista. “Empezamos una reunión de mierda ahora”. Otros llevan los ejemplos en torno al excusado un poco más allá: “Da igual cuántas veces haya tirado de la cadena, la caca no se va”.
Hinata Shibasaki tiene siete años y es una de las niñas que aborrecía el aprendizaje repetitivo en la escuela, pero ahora el kanji se ha transformado completamente. “Es divertido porque hay caca en todos los sitios. Odiaba estudiar kanji, pero ahora estoy enganchada a este libro”.