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The Guardian en español

Elecciones mitad de mandato

Por qué tarda tanto el recuento de votos en Estados Unidos

Personas emiten sus votos en las elecciones de mitad de mandato en un colegio electoral de la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania.

Ed Pilkington / Sam Levine

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Tres días después de las elecciones de mitad de mandato de EEUU, una sensación de deja vu se cierne sobre el país. Igual que en los intensos días de 2020, cuando hicieron falta cuatro días para declarar la victoria presidencial de Joe Biden, los estadounidenses vuelven a preguntarse por qué tienen que esperar tanto para conocer el resultado electoral.

Termina la semana y sigue sin saberse cuál de los dos grandes partidos controlará las cámaras del Congreso. En el Senado, los republicanos tienen 49 escaños y los demócratas, 48. Hay dos estados que aún no se han pronunciado, Arizona y Nevada; y en Georgia se va a celebrar una segunda vuelta electoral.

En la Cámara de Representantes quedan más de 40 escaños por decidir y la carrera está muy reñida en al menos una docena de ellos ¿Qué tiene el sistema electoral estadounidense para que el escrutinio de los votos sea aparentemente tan lento?

¿Dónde siguen los recuentos y por qué?

Cada uno de los 50 estados tiene la responsabilidad de llevar a cabo unas elecciones justas y rápidas, como ocurre con muchas de las normas que regulan el Gobierno de EEUU. La forma del escrutinio y su velocidad varían ligeramente entre los diferentes estados (los negacionistas del resultado electoral han insinuado que los escrutinios lentos son, de alguna manera, irregulares o fraudulentos, pero no es así).

Es importante destacar que el escrutinio se está prolongando en estados con elecciones muy reñidas. Las cadenas de noticias dudan en aventurar un nombre porque las diferencias entre los candidatos son reducidas y aún quedan muchas papeletas por contar. Gran parte de la tensión informativa se concentra en tres estados: Arizona, Nevada y Georgia.

¿Qué ocurre en Arizona?

Varias de las contiendas más importantes tienen lugar en el estado de Arizona, frontera con México. La pelea por el escaño del Senado de Arizona que libran el demócrata Mark Kelly y el aspirante republicano Blake Masters podría determinar cuál es el partido que termina controlando el Senado de Estados Unidos.

En Arizona también se votó el martes para elegir a relevantes cargos del estado, como el de gobernador y el de secretario de Estado, y hay candidatos respaldados por Donald Trump con posibilidades de ganar.

Hasta ahora solo se ha contado el 82% de los votos del estado. Para entender por qué hay que acercarse al condado de Maricopa, donde está Phoenix, capital de Arizona. Maricopa es la segunda mayor jurisdicción electoral de EEUU y representa el 60% de todos los votos del estado.

El número de ciudadanos que votan por adelantado ha aumentado de forma espectacular desde la pandemia de COVID. Este año, el condado de Maricopa también vio cómo aumentaba hasta 290.000 el número de papeletas anticipadas entregadas el mismo día de las elecciones –los llamados “late earlies” [o votos 'anticipados retrasados'], por el procedimiento de retrasar su entrega hasta el día de las elecciones–. Es el mayor número alcanzado en la historia del estado y representa un aumento de 100.000 papeletas sobre las de 2020.

Cada papeleta anticipada tiene que ser verificada para comprobar que la firma del votante coincide con la del censo electoral. Una vez verificada, se envía a un panel formado por representantes de los dos partidos que la aprueban y procesan. Como estamos viendo, todo esto lleva su tiempo.

Mucha gente ha comparado el recuento de votos de Arizona con el de Florida, que anunció sus resultados el mismo martes, pocas horas después del cierre de las urnas. El sistema de ese estado permite a los funcionarios electorales contar los votos por correo tan pronto como se reciben. Los votos por correo tienen que ser solicitados y deben ser recibidos por un supervisor electoral a las siete de la tarde del día de las elecciones, como muy tarde.

Pero la razón principal por la que Ron DeSantis ganó tan rápidamente la reelección el martes fue por su victoria arrolladora: el gobernador republicano obtuvo el 59% de los votos mientras que Charlie Crist, su rival, recibió sólo el 40%.

Lo más probable es que no estuviéramos esperando a que se decidiera la carrera electoral de Arizona y otros estados si la ventaja obtenida por alguno de sus candidatos hubiera sido tan decisiva.

Aun así, es verdad que Arizona va a tener que solucionar algunas cuestiones en próximas elecciones. Como dijo Stephen Richer, registrador del condado de Maricopa, una vez que se asiente el polvo, “lo más probable es que queramos tener una conversación política sobre qué valoramos más, la comodidad de depositar las papeletas anticipadas el mismo día de las elecciones o un mayor porcentaje de votos a 24 horas de la noche electoral”.

¿Qué pasa con Nevada?

Con el 90% de los votos escrutados, Nevada va un poco más rápido que Arizona, pero este año su recuento podría durar hasta el domingo. Como ocurre en Arizona con Phoenix, en Nevada sigue habiendo una gran cantidad de papeletas por procesar en las grandes zonas urbanas de Reno y Las Vegas.

En gran medida las elecciones de Nevada se hacen mediante voto por correo y eso es algo que lleva tiempo. Aunque la fecha de sellado tiene que ser anterior al día de las elecciones para que los votos por correo sean considerados, el estado permite que los sobres lleguen hasta cuatro días después del día de las elecciones (un plazo que este año se cumple el 12 de noviembre).

Existe un debate sobre las ventajas de este sistema. Muchos funcionarios electorales insisten en la importancia de un sistema cómodo, preciso y accesible, antes que uno rápido.

En el escrutinio de Nevada también hay mucho en juego. Incluye una carrera muy igualada entre la senadora en funciones, Catherine Cortez Masto, y el aspirante republicano, Adam Laxalt; tres reñidas peleas por escaños de la Cámara de Representantes en Washington; y una batalla en la que está implicado Jim Marchant, uno de los negacionistas más viscerales de la victoria electoral de Biden, candidato para convertirse en la principal autoridad electoral del estado.

¿Y Georgia?

Georgia ya ha completado el escrutinio para su crítica carrera al Senado, con el titular demócrata Raphael Warnock sacando una victoria ajustada frente a Herschel Walker, una exestrella de fútbol americano que cuenta con el apoyo de Trump. Pero el sistema electoral de Georgia prevé una segunda vuelta cuando ninguno de los candidatos saca más del 50%, y eso es lo que ha ocurrido.

De nuevo parece que estamos en el día de la marmota: en las elecciones que le dieron la presidencia a Biden, para saber que los demócratas controlarían el Senado hubo que esperar hasta enero de 2021 para conocer el resultado de las dos elecciones de desempate. Al menos, Georgia ha acelerado el proceso: la nueva ley electoral SB 202 ha acortado significativamente el periodo para esta segunda ronda electoral, que se celebrará el 6 de diciembre.

Traducido por Francisco de Zárate

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