61.000 solicitudes de asilo no podrán tramitarse en Reino Unido
La Comisión de Asuntos Internos de la Cámara de los Comunes británica calcula que las autoridades no van a ser capaces de atender unas 61.000 peticiones de asilo, pese a los esfuerzos públicos para acelerar el proceso pertinente. La Comisión admite que el sistema de inmigración “todavía falla” en medio de la “carrera” por eliminar los retrasos.
El ministro de Inmigración, Damian Green, asegura no obstante que el sistema se está recuperando. En total el número de las solicitudes de asilo supera las 400.000. En la mayoría de los casos los funcionarios no han podido concluir con éxito la tramitación, y Green cree que la Agencia Fronteriza de Reino Unido (UKBA, por sus siglas en inglés) no va a poder seguir el rastro y estudiar hasta 61.000 casos.
De cumplirse esta previsión, miles de solicitantes y sus familias quedarían en un limbo, pues no se asentarían legalmente en el país pero tampoco estarían bajo la amenaza de ser expulsados. La Comisión admite que la UKBA no debe perder un “tiempo ilimitado” en esta cuestión, pero estima que probablemente algunas de las personas beneficiadas con el asilo no deberían haber recibido el permiso de residencia.
“Este Gobierno está absolutamente comprometido con garantizar que los casos de asilo terminen antes, con menos coste, y que continuamos mejorando la calidad de nuestra toma de decisiones”, señala Green, quien también abogó por que la Agencia Fronteriza “destine sus recursos con eficacia”.
La comisión parlamentaria advierte de que los funcionarios se enfrentan al “peligro real” de que aumenten los retrasos, pues la cantidad de peticiones no deja de crecer.
El presidente de la Comisión, Keith Vaz, considera que si bien la UKBA ha hecho algunos progresos en los últimos años, todavía no cumple con las expectativas. “Un escrutinio de las aplicaciones más consistente y riguroso llevaría a menos retrasos, menos peticiones, menos incertidumbre para el solicitante, menos presión sobre los propios funcionarios y probablemente menos costes para el contribuyente británico”, sugirió.
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