A seguir con los mejores
Paso a paso y con los pies en el suelo, la Unión Deportiva Logroñés, palabras de su entrenador Carlos Pouso, “ya puede empezar a pensar en otras metas”. Con la permanencia asegurada, toca no desfallecer, no relajarse y continuar en la línea de las últimas jornadas: dos empates en casa (ante el Compostela tras ir perdiendo 1-3 y frente al líder Oviedo) y un triunfo fuera (contra el Somozas por 0-1). Sumar ante el referente del grupo ayuda a subir la autoestima, a creer en lo que se está trabajando, por mucho que el preparador blanquirrojo diga que los resultados positivos o negativos no afectan tanto como uno piensa en la mente del futbolistas. Por eso el enfrentamiento ante el Sporting B (domingo a las 12.00 horas en el campo Pepe Ortiz de las instalaciones de Mareo) tiene que servir para, de verdad, confirmar que este equipo quiere aferrarse a la fase de ascenso, actual objetivo y que además es alcanzable.
En este sentido, aunque la UDL no vaya a Gijón con la presión por ganar sí que tiene cierta obligación. ¿Por qué? Porque se mide al penúltimo de la tabla y porque las metas entre unos y otros son dispares. Pouso, listo como pocos, considera que el Sporting B “no creo que vaya a descender”, aunque la clasificación diga otra cosa. De hecho, los rojiblancos son penúltimos con 24 puntos y tienen la fase de promoción a 4 y la permanencia a 6. Los de Tomás Hervás sí que están necesitados. Que conformen un grupo “plagado de chicos que juegan muy bien”, que “tienen hambre e ilusión”, que llevan tres partidos en casa sin perder (una victoria y dos empates) y que, en algunos casos, ya saben lo que es jugar en el primer equipo es una dificultad añadida. De ahí que Pouso sea consciente de que jugar ante un filial es peligroso si ellos tienen el día, puesto que es “un equipo que trata de combinar, que es vertical, profundo e incisivo” que trata de manejar una mayoría de registros.
Lógicamente puede que no tengan la contundencia en las áreas que sí poseen otros, “pero es el peaje que hay que pagar con chavales de 18 y 19 años”. No se puede tener todo, es evidente. Militar en un segundo equipo es lo que tiene, que se está en fase de formación pero compitiendo, de tú a tú, contra gente experimentada en mil batallas y que está más pendiente de los resultados que de la evolución personal de un futbolista concreto. En esta línea, Pouso avisa que “si nos despistamos, como contra cualquier rival, lo pasaremos mal”.
De cara al choque del domingo, sólo Íker Alegre presenta dudas: “Veremos cómo está de la lumbalgia”. El resto se encuentran en perfectas condiciones, incluido Joel Valencia, tras sus problemas en el codo. Queda por saber quiénes viajarán el sábado hasta Gijón. Se presupone que no habrá grandes novedades en la lista y que dará continuidad al once que jugó ante el Oviedo. Aunque como viene siendo habitual, Pouso seguro que introduce variaciones: dos o tres, en función de lo que haya visto durante la semana y de qué manera estará más compacto el bloque riojano.
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