Aire limpio, un año más de vida
“La contaminación ambiental es la causante de una gran variedad de problemas de salud”. Isabel Hernández, subdirectora general de prevención y control atmosférico del departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya, y Nino Künzli, profesor de investigación ICREA en el Centro de Investigación Epidemiológica Ambiental (CREAL) del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM), coincidieron en señalar a la contaminación del aire como un grave problema para la salud pública.
Ambos expertos ofrecieron sus puntos de vista sobre la calidad del aire y sus efectos sanitarios en el Aula El País titulada “¿Barcelona, ciudad contaminada?”. Se trata de una nueva edición de esta actividad divulgativa organizada por El País, el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra, con la colaboración del Instituto Novartis de Comunicación en Biomedicina, en la que periódicamente se acercan a la población temas de actualidad relacionados con la investigación científica y biomédica.
El aumento de la contaminación ambiental es una constante en la sociedad actual, especialmente en las ciudades. La preocupación de la ciudadanía sobre las repercusiones sanitarias de esta situación está justificada: “La esperanza de vida aumentaría en 14 meses, si se cumplieran los estándares de calidad del aire marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No es poco si tenemos en cuenta que en los últimos diez años, sólo ha aumentado en tres meses como resultado de todos los avances médicos”, asegura el doctor Künzli.
Esta mejora de la esperanza de vida responde a una relación muy marcada entre la calidad del aire y la salud de las personas. “Cuando la contaminación aumenta, se producen más problemas de salud: ataques asmáticos, apoplejías,etc… Nuestras investigaciones señalan que un 25% de las bronquitis en adultos se deben a la contaminación y que mejorando la calidad del aire se reducirían un 2% los ingresos hospitalarios”, afirma.
Las pruebas que confirman esta alarmante relación se basan en diferentes estudios toxicológicos y epidemiológicos. Entre las evidencias científicas, el investigador suizo explicó un estudio desarrollado en California del Sur que lleva analizando desde principios de los años 90 los efectos de la contaminación ambiental en los adolescentes. Entre las conclusiones más destacadas de la investigación, se demostró que los niños que vivían en zonas más contaminadas desarrollan una menor función pulmonar, con los problemas que de ello se derivan. ¿Se podría extrapolar esta situación a la ciudad de Barcelona? “Barcelona es muy similar a las zonas contaminadas de Los Ángeles y además aquí se vive más cerca de las vías con tráfico, por lo que sus habitantes estarían incluso más afectados”, aclara el experto del CREAL.
La respuesta de la Generalitat de Catalunya ante esta amenaza ha sido el Plan para la mejora de la calidad del aire, “un conjunto de actuaciones que contiene 73 medidas repartidas en diferentes campos como la prevención, la industria, la energía, el transporte urbano o la sensibilización de la población”, detalla Isabel Hernández. En esta normativa, se incluye el discutido control de la velocidad de los vehículos. Según la experta del departamento de Medio Ambiente, esta norma “ha reducido en el último semestre un 10% la contaminación global”. Por último, recordó que se trata de una medida emprendida en otras ciudades europeas como Rótterdam o Ámsterdam.
Sobre la efectividad de este tipo de normativas, el doctor Künzel se mostró optimista: “Hay gente que duda que pueda revertirse esta situación, pero la contaminación atmosférica la ha provocado el hombre y por lo tanto se puede cambiar. La reducción de la contaminación es el resultado de muchas estrategias diferentes. En otros lugares, como en California, ya se ha conseguido”, concluyó.
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